Cuando Franz Anton Beckenbauer, el legendario exfutbolista internacional y uno de los íconos del deporte alemán, falleció en forma inesperada hace casi un año, el domingo 7 de enero del 2024 a los 78 años de edad en Salzburgo, Austria, la noticia trascendió a nivel mundial al comunicarlo su familia un día después, el día 8, y la prensa deportiva local e internacional empezó a publicar semblanzas y reacciones de todo tipo. La idea entonces era recoger los hechos, historias, estadísticas, anécdotas y polémicos pasajes alrededor del eterno personaje, que resultó monarca universal como futbolista contra Países Bajos (2-1), en la Copa del Mundo de Alemania 1974, y como director técnico frente a Argentina (1-0), en la cita mundialista de Italia 1990.
El colega Alejandro Monge, del sitio digital de la cadena estadounidense ESPN, me consultó sobre el admirado “Káiser” (“Emperador“), con una exitosa carrera profesional de 20 años, entre 1963 y 1983, al brillar con el Bayern Múnich, el Cosmos de Nueva York, el Hamburgo SV y el seleccionado germano. En aquel momento empecé a recordarle historias que surgieron en dos de las cuatro visitas al país, en 1984, 1985, 2000 y 2006. Una fue la entrevista que sostuvo con los periodistas Manuel Fernández-Cuesta, Rafael Ángel Parra, Erwin Wino Knohr y este servidor, de la redacción de la extinta revista deportiva Triunfo, con la presencia de su hijo Thomas que radicaba aquí y que fungió como el traductor de esta charla del idioma alemán al español, que se dio el 12 de diciembre de 1985 en las cercanías de la piscina del Hotel Irazú, en San José.
Pero para mí fue muy especial una cobertura que le realicé en el 2000 a Beckenbauer, entonces con 54 años, luego de que me acreditara por el diario La Nación, en su sección de Deportes. En esa época era requerido ahora en puestos ejecutivos como el embajador oficial de Alemania y vicepresidente de la Federación Alemana de Futbol. Su presencia en Costa Rica se alargó casi 50 horas, entre el 27 y el 29 de marzo de ese año, como parte del proyecto de la entidad federativa germana para estructurar un nuevo Mundial, iniciativa que había empezado en 1992, pero a la que se integró Beckenbauer a finales de 1996 y luego lideró el comité de la candidatura a partir de 1998.
La primera impresión fue que el “Káiser” se mostraba cansado del largo viaje desde su natal Múnich, en el vuelo 902 de la compañía germana LTU, que arribó a la terminal aérea a las 3:40 p. m. del lunes 27 de marzo del 2000, junto a su compatriota, Fedor Radmann, coordinador para Alemania de la iniciativa para impulsarlo como sede mundialista del 2006, por segunda vez desde 1974. Fue recibido por el embajador alemán en San José, Friedrich Gröning, y su representante de prensa, Bettina Sassen, con la notoria ausencia de miembros del Gobierno de la República, del presidente Miguel Ángel Rodríguez (1998-2002), y de la Federación Costarricense de Futbol, liderada por Hermes Navarro (1999-2006).
En todo momento ante los periodistas, al arribar al país, se mostró siempre tan atlético y elegante, como en sus mejores días de futbolista, aunque más canoso, avejentado y con un tono parco pero afable, simpático y jovial. Lució un impecable saco deportivo azul marino, camiseta celeste oscuro, pantalón gris y zapatos café. Después rompió el hielo y a su estilo, muy diplomático en el trato, se saltó el estricto protocolo que rodeó, apenas divisó una camiseta de su querido Bayern Múnich y otra de su amada selección alemana, que peleó en la cancha, luego en el banquillo y desde un escritorio. El jerarca del club bávaro se topó con los hermanos Fabián y Rafael Rojas, de Zapote, fieles seguidores del mejor jugador en la historia del futbol alemán, quien les estampó autógrafos en sus vestimentas. Segundos después hizo lo mismo con una pequeña colonia alemana que lo identificó.
Misión en Costa Rica…
Días antes de su llegada publiqué entretelones de la misión de su gira latinoamericana, que incluyó las ciudades de San José, Costa Rica; Buenos Aires, Argentina; Montevideo, Uruguay, donde se celebraba el centenario de fundación de la asociación charrúa; y Puerto España, Trinidad y Tobago. Todo dentro de su carrera de proselitismo en pro entonces de la aspiración alemana para organizar un Mundial ante la FIFA, el del 2006, que le disputaba a Inglaterra, Brasil, Sudáfrica y Marruecos. Por eso sostuvo conversaciones formales y claves, en su orden, con el costarricense Isaac David Sasso, el argentino Julio Grondona, el paraguayo Nicolás Leoz y el trinitense Jack Warner, cuatro de los 24 miembros del Comité Ejecutivo del ente rector del balompié universal.
“Sasso es uno de los dirigentes más importantes del mundo y por eso me interesa exponerle nuestro plan“, expresó el ilustre visitante al atender en una tranquila tarde a reporteros ticos, durante una improvisada conferencia de prensa en el salón diplomático del Aeropuerto Internacional Juan Santamaría, en Alajuela. Y después hasta soltó una frase particular sobre el cetro mundial que ganó en el banquillo: “¿Qué pienso de Costa Rica? Hizo un buen papel en Italia ’90, con Bora Milutinovic. ¿Saben quién fue el campeón? ¡Alemania!“.
Específicamente, la amena cita de Franz con Sasso se produjo a las 10 a. m. del miércoles 29 de marzo del 2000, que se dio por una hora en las oficinas tibaseñas del empresario nacional. Tras el encuentro, el alto dirigente de la FIFA reveló que la Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe de Fútbol (Concacaf), a través de sus tres representantes ante el organismo mundial –Sasso, el trinitense Jack Warner y el estadounidense Chuck Blazer–, llevaría una postura conjunta y votaría unida en el Congreso del organismo, que se iba dar a dar el 7 de julio del 2000 en Zúrich, Suiza, con el propósito apoyar a uno de los cinco aspirantes a montar el Campeonato Mundial del 2006.
“La lucha ha sido decente y los candidatos tienen sus bondades. Alemania me justificó las fortalezas de 18 ciudades (…). No podemos adelantar a quien apoyaremos, porque nos lo prohíben los estatutos de FIFA. Pero sí será público luego de la elección“, según aclaró entonces Isaac Sasso, miembro por Centroamérica y la Concacaf del Comité Ejecutivo de la FIFA (1990-2007) y condecorado con el “Orden Mérito” del organismo en 2008, quien en aquella época ya había recibido en su despacho a misiones inglesas, sudafricanas y marroquíes. Después se supo que la postura regional fue darle el apoyo a la candidatura alemana, que finalmente se le concedió para que se disputara del 9 de junio al 9 de julio del 2006, en estadios de 12 ciudades.
Sudáfrica figuraba como la favorita de organizarlo debido al planteamiento de rotación continental, pues se esperaba que el continente africano albergara por primera vez un Mundial. Brasil retiró su aspiración tres días antes y apoyó oficialmente a Sudáfrica, que también recibió el aval del entonces presidente de la FIFA, el suizo Joseph Blatter. Sin embargo, luego de tres rondas en las que quedaron eliminadas las propuestas de Marruecos e Inglaterra, la votación terminó con 12 votos para Alemania, 11 para Sudáfrica y la polémica abstención del representante neozelandés, Charles Dempsey, quien supuestamente fue convencido por los delegados de Asia para renunciar al respaldo a los sudafricanos.
Entre las actividades que desarrolló aquí por más de dos ajetreados días, sostuvo una recepción con Dieter Fieberg, presidente de la Cámara de Comercio e Industria entre Costa Rica y Alemania; ofreció una amplia rueda de prensa, visitó a la Selección Sub-20, que entrenaba Carlos Watson; fue recibido por el mandatario Miguel Ángel Rodríguez y hasta registró reuniones privadas con el canciller Roberto Rojas, el ministro de Cultura Enrique Granados, el jerarca federativo Hermes Navarro y, durante dos horas, con dirigentes del fútbol de la Primera División, la Fedefútbol y el Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación (Icoder), que tuvo lugar en el estadio Eladio Rosabal Cordero, de Heredia.
En este encuentro se comprometió a ayudar al futbol costarricense. Se divulgó en aquel tiempo que su ofrecimiento consistía en reforzar intercambios en el área deportiva en ligas menores, asesoramiento en la construcción de estadios, el aporte del técnico alemán Manfred Hörner y la visita de la división juvenil del Bayern Múnich, que por cierto nunca se dio. Según el entonces presidente del Team Florense, Orlando Moreira, la visita del Káiser abrió la coyuntura para presentar una propuesta conjunta entre los clubes locales. “Beckenbauer comió tamal y frijoles molidos y… hasta bailó en Heredia“, describió en La Nación Bettina Sassen, vocera ya fallecida de la embajada alemana en San José.
Franz mantuvo una cita en el Estadio Nacional con niños discapacitados de las escuelas de Rehabilitación y de Educación Especial “Fernando Centeno Güell”, y la fundación de Olimpiadas Especiales. El 15 de mayo de 1982, el otrora exastro alemán creó en Hamburgo, Alemania, una fundación que lleva su nombre hasta la fecha, para atender a personas enfermas, necesitadas y discapacitadas. Lo hizo con la recaudación de su juego de despedida en 1982, que él redondeó en un millón de marcos alemanes; su ayuda económica se proyecta hoy en Alemania, México, Marruecos, Camerún, Tailandia y Costa Rica.
Además regaló balones y uniformes de futbol a niños de bajos recursos del Liceo Académico de Pavas y el colegio Daniel Oduber, de Agua Caliente de Cartago. “Estoy muy emocionado. Los niños son muy disciplinados y todos muy amables. Quiero volver a la escuela…”, expresó Beckenbauer en el campo de futbol del Colegio Humboldt, donde se celebro el acto de carácter social en Rohrmoser, San José. La fama nunca lo abrumó y, con paciencia, firmó autógrafos en gran cantidad, que luego fueron rifados entre los alumnos y docentes de la Humboldt, dijo esa vez su director de primaria, Egon Koch.
Y, finalmente, Franz Beckenbauer partió del país a las 5:30 p. m., del miércoles 29 de marzo del 2000, hace casi 25 años, rumbo a cumplir propósitos semejantes en procura de obtener votos a favor de la aspiración de Alemania hacia la organización del Mundial 2006, en otras visitas similares que programó en Sudamérica y el Caribe.
… y aquella entrevista del 2000
No hay duda que, fuera donde fuera, el “Káiser” sabía dejar huella dentro y fuera de los terrenos de juego. Fue un futbolista extraordinario, ubicado en el Olimpo de los mejores de la historia, al lado de Pelé, Diego Armando Maradona, Johan Cruyff, Alfredo Di Stéfano y Lionel Messi, por citar un círculo muy cerrado. Evoco con cariño que fue uno de los mis ídolos colegiales de juventud y durante mis primeros años de estudiante de periodismo y ejercicio de la profesión, por su fútbol excelso con la Selección de Alemania, el Bayern Múnich, el Cosmos de Nueva York y el Hamburgo SV.
Mi admiración absoluta por Beckenbauer cuando, en las transmisiones televisivas del fútbol alemán de Transtel, que se difundían en las tardes sabatinas en Teletica Canal 7 con el fabuloso narrador colombiano Andrés Salcedo, lo seguía por su liderazgo, prestancia, calidad, talento, inteligencia y profesionalismo. Y hasta trataba de imitar sus movimientos en las típicas mejengas que sostenía con mis compañeros del Liceo Laboratorio de la Universidad de Costa Rica (UCR), mis vecinos y amigos en los lotes baldíos de los barrios josefinos de Aranjuez, Amón y Escalante; y cuando jugaba con el equipo de la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva de la UCR.
Cuando la colega Bettina Sassen –ya fallecida–, de la Embajada de Alemania en San José, me comunicó que Beckenbauer había aceptado una entrevista por aparte con La Nación, me emocioné y traté de prepararme con un cuestionario previo, para aprovechar al máximo los 30 minutos que me concedió, a las 5 p. m. del martes 28 de marzo del 2000, en los alrededores de la piscina del hotel Camino Real, donde estuvo hospedado por tres días en Guachipelín, de Escazú, San José. Del diario josefino, me acompañaron el fotógrafo Jorge Arce y el traductor Gerardo Chaves.
Antes de empezar el diálogo, me reclamó en tono amable que utilizara en el artículo sobre su llegada la palabra “avejentado“, al describir su físico y lo canoso que se veía, y me dijo que era todo lo contrario, que se sentía con toda la energía para impulsar a Alemania a organizar una Copa Mundial. Recuerdo que antes, durante y después de la entrevista me quedó la imagen de una persona súper amable y accesible.
Sin embargo, el embajador del Mundial de Alemania 2006 fue muy estricto y recto con respecto al horario de su agenda. Primero, no aceptó en ningún momento al traductor que llevé a la entrevista, Gerardo Chaves, pues me indicó que esa función tenía que asumirla la funcionaria que trabajaba en la Embajada de Alemania, la periodista Bettina Sassen, a quien le tenía más confianza. Por algunos ratos, además, se fijaba en su reloj ya que tenía un compromiso con antelación: la grabación de otra entrevista con colegas de Teletica Deportes, que se pasaría en horario nocturno en Teletica Canal 7, y sabía que no podía fallarles.
Era común en esos días que Franz eludiera las preguntas esenciales en cada entrevista que diera al periodismo internacional, como en sus años mozos como el célebre futbolista de Alemania. Pero siempre dejó claro las bondades y ventajas de que su país natal lograra la sede del Mundial del 2006. De lo contrario, él como líder muy popular y dirigente deportivo tendría una gran decepción.
El entusiasmo y el optimismo que irradiaba el expresidente del Bayern Múnich y exvicepresidente de la Federación de Futbol de Alemania eran elocuentes, de cara al fallo que dictó el Congreso de la FIFA. Por esa razón, comenzó un recorrido aéreo y presencial desde enero del 2000 para convencer a los 24 miembros de su Comité Ejecutivo, incluido Isaac Sasso.
Al Káiser no le gustaba hablar esa vez de sus oponentes políticos (Inglaterra, Brasil, Marruecos y Sudáfrica), sino de las condiciones que ofrecía su plan en infraestructura, comunicaciones, facilidad hotelera y estabilidad política y financiera de Alemania. En esa ocasión, Beckenbauer trataba de ganarle la partida a su contraparte británico, el exastro inglés Robert Bobby Charlton, en un nuevo duelo diplomático por la rivalidad deportiva entre ambos que surgió propiamente en la cancha, desde aquella legendaria final del Mundial de Inglaterra 1966 en el Estadio de Wembley, que fue ganada por los ingleses por 4-2; el Káiser tuvo su revancha cuatro años más tarde en la cita universal de México 1970, con golazo incluido de Franz en el minuto 68, cuando Alemania Occidental superó en una remontada increíble de 3-2 a Inglaterra, tras perder 0-2 hasta el 49′, y la eliminó en la segunda fase de Cuartos de final en León.
Después de esta introducción, a continuación un extracto de la audiencia con Franz Beckenbauer y sus sinceras respuestas a las preguntas que le formulé para el periódico La Nación, dentro de un artículo que titulé “Beckenbauer contundente“, con la frase de que “Alemania es el lugar ideal para el Mundial 2006“, y que publiqué al día siguiente, en la página 34A de la sección deportiva del miércoles 29 de marzo del 2000.
–Bobby Charlton lo superó en el Mundial 1966, y ahora lo tiene de principal rival en esta candidatura. ¿Qué piensa del duelo?
–Son cosas de la vida. Bobby me hizo correr mucho en aquel juego, pero eso no quiere decir que no podamos tener una relación amigable, cultivada en las últimas décadas.
“Bobby y yo sabemos mantener la calma y mantendremos una relación fuerte, pese a tener dos lados opuestos”.
–Charlton ya vino a Costa Rica dos veces a entrevistarse con Sr. Isaac Sasso, ¿otra vez le sacó ventaja en una carrera deportiva?
–No sé si eso le dará alguna ventaja. Solo demuestra que todos nos preocupamos por las candidaturas. Hemos viajado mucho. Eso es algo legítimo.
–En medio de sus éxitos, ¿el Mundial 2006 es el reto más difícil de su carrera?
–He tenido un poco de suerte, pero siempre trabajé duro. Queremos convencer que Alemania tiene las mejores condiciones y es el lugar ideal para el 2006. Estamos listos y si fuera necesario, podríamos comenzar mañana mismo.
–¿Qué piensa de un Mundial cada dos años, como propone Joseph Blatter?
–Son cosas que hay que discutir. Lo importante es llegar a implementar un calendario internacional que sea armónico.
–¿Cuál fue el mejor Beckenbauer que vio el mundo, como futbolista?
–Mis tres años en el Cosmos de Nueva York fueron maravillosos, porque me sentí bien al lado de grandes jugadores, pero para mi el mejor tiempo siempre es el actual.
–¿Y como entrenador?
–Pasé muy rápido a la etapa de técnico. No tuve tiempo de prepararme, pero cuando gané el Mundial de Italia ’90, recogí mi mejor recuerdo.
–Bayern Munich es un club exitoso ¿Eso se atribuye a que en directiva deciden los jugadores?
–Tenemos muchas personas capaces y experimentadas, pero no sé si esa es la razón de que funcione. Solo sé que todos trabajamos con mucha alegría.
–Alemania apostó a los veteranos en Francia ’98 y fracasó. ¿La actual generación tiene la casta para volver al ganar el Mundial?
–Eso es un gran problema en Alemania, porque no hay jugadores jóvenes que vengan de atrás. Los jugadores tienen mucho coraje, pero no tienen la calidad del equipo de 1974.
–Después de la partida de Lothar Matthaus a la MLS, ¿quién asumirá ahora la bandera de liderazgo en el Bayern y la selección?
–Es una lástima que se haya ido a Estados Unidos, pero la vida sigue y debemos analizar otras opciones y sistemas.
–¿Cómo están las opciones del Bayern Munich en la Liga de Campeones?
–Vamos por buen camino. Estamos en cuartos de final con el Oporto, un rival difícil, pero el Bayern es el favorito y va a llegar a la gran final (en aquella ocasión, el Bayern Múnich fue eliminado por el Real Madrid CF, posterior campeón, con un global de 3-2 en las semifinales, en mayo del 2000).
–¿Qué piensa de los altos precios que se pagan en el futbol de hoy?
–Es algo exagerado y muy peligroso para el futuro…
–¿Cómo recibió el triunfo de Holger Osieck con Canadá en la Copa de Oro del 2000?
–Me alegré muchísimo. Yo lo recomendé, luego de ser mi asistente en Italia ’90. Me sorprendió el triunfo, porque no es un país con tradición.
–¿Cómo es la relación con sus tres hijos?
–Muy buena. Ya soy abuelo… tengo cuatro nietos, pero no logré aún que mi hijo mayor, Thomas, sea padre, porque todavía está “entrenando”.
–Aunque maneja varios proyectos, ¿cómo serán los últimos años de su vida?
–Solo me interesa conseguir la sede del Mundial 2006 y luego me pensiono, para jugar golf. No me interesa escribir memorias, porque es demasiado tedioso. Solo son interesantes cuando se habla la verdad, pero esa no la puedo decir.
Tras la entrevista y en medio de la sesión de fotografías de rigor, Franz Beckenbauer me autografió un empastado de la revista Onze, de Francia, como también me lo había firmado en la citada entrevista con la ya desaparecida revista deportiva Triunfo, en diciembre de 1985. Pero en aquel encuentro del año 2000, además de su firma y fecha en que se dio, el Káiser puso el siguiente mensaje: “Para Rodrigo con todos mis mejores deseos“. Un recuerdo inolvidable que deseaba compartir, a propósito de cumplirse un año de su fallecimiento, en enero del 2024.
(*) Colaboraron en esta entrevista de marzo del 2000 tanto el traductor Gerardo Chaves como Bettina Sassen, ya fallecida, quien era la periodista y encargada de prensa de la Embajada de Alemania en San José.
Franz Beckenbauer en frases del 2000
El Káiser Franz Beckenbauer, campeón del mundo con Alemania como jugador y seleccionador, se refirió hace casi 25 años, el 28 de marzo del año 2000, sobre diversos temas futbolísticos durante el encuentro con la prensa nacional e internacional, que se realizó en uno de los salones del hotel Camino Real, en Guachipelín de Escazú, en San José, Costa Rica.
CANDIDATURA AL MUNDIAL 2006: “No somos los mejores, pero sí los que hemos dado lo mejor, desde que fuimos los primeros en levantar la mano… Un 90 por ciento de la población de Alemania apoya la iniciativa. Hemos mejorado mucho la infraestructura, la seguridad y la facilidad hotelera. Nuestra estabilidad financiera y política nos hacen fuertes”.
EL VOTO DE SASSO: “Costa Rica tiene un voto muy importante en esta elección final del 6 de julio (del 2000) en la FIFA, a través de Isaac Sasso Sasso. Este es uno de los muchos viajes que hemos organizado, para convencer a los 24 miembros de su Comité Ejecutivo de que Alemania es el lugar ideal para el Mundial”.
MUNDIAL EN ÁFRICA: “Es muy justo lo que piensa Joseph Blatter (presidente de la FIFA) para que África organice un Mundial, pero que sea después del 2006” (y se dio de inmediato, en Sudáfrica 2010).
EL CASO DE DIEGO ARMANDO MARADONA: “Maradona fue el mejor futbolista en los años 80 y el más valioso en el Mundial de México ’86. Nuestro deber es extenderle la mano para ayudar a uno de los más grandes de la historia. Es necesario que la FIFA establezca programas preventivos para combatir las drogas en la juventud, como los tenemos en Alemania”.
AYUDA A COSTA RICA: “Vamos a tener conversaciones con Hermes Navarro, para hacer intercambios. Les enviaremos un entrenador, Manfred Hörner, para que ayude en la actividad que se defina. El Bayern Múnich podría enviar equipos juveniles o recibir una delegación menor de Costa Rica”.
EL FUTBOL TICO: “Ustedes tienen un pequeño país, de tres millones de habitantes, y es difícil que puedan competir contra naciones de mayor tradición. El técnico que les enviaremos, Manfred Hörner, ya conoce Costa Rica y puede ayudar mucho a mejorar el desarrollo del futbol costarricense”.
SELECCIÓN JUVENIL: “Ustedes poseen un prometedor equipo Sub-20, que sería la base del 2006, jugando en el Mundial que aspiramos organizar. Tienen jugadores que fueron al Mundial de Nigeria (1999), que vi por la televisión. No recordaba que nos ganaron 2 a 1. A veces hay que ser gentil en el fútbol”.
Galería: Entrevista a Franz Beckenbauer por la revista “Triunfo”: 1985
Recortes: Cobertura de la visita de Franz Beckenbauer a Costa Rica: 2000
Franz Beckenbauer: Un triunfador del fútbol
Nombre: Franz Anton Beckenbauer.
Apodo: El Káiser (El Emperador).
Nacimiento: 11 de setiembre de 1945, en Giesing, próximo a Múnich, Alemania.
Fallecimiento: 7 de enero del 2024, a los 78 años, en Salzburgo, Austria.
Estado civil: Se casó tres veces. Padre de tres hijos, fruto de su primera relación con Brigitte Wittmann: Thomas, Michael y Stefan (fallecido de un tumor cerebral el 31 de julio de 2015, a los 46 años). Divorciado de su segunda esposa, Sybille Weimer. Su última esposa, Heidrun, es la presidenta de la Fundación Franz Beckenbauer, creada el 15 de mayo de 1982 en Hamburgo para ayudar a los discapacitados, enfermos y necesitados.
Peso y estatura: 75 kilos y 1,81 metros.
Puesto como futbolista: Mediocampista y defensor, éste último como líbero.
Clubes donde actuó: Su brillante carrera deportiva comenzó durante su juventud, cuando tuvo su primer equipo, el SC 1860 Múnich (1954-1958). Después como profesional jugó para el Bayern Múnich (1958-1977), el Cosmos de Nueva York (1977-1980), el Hamburgo SV (1980-1982) y nuevamente el Cosmos de Nueva York (mayo a noviembre de 1983).
Estadísticas en la Bundesliga de Alemania: Participó en 424 encuentros y marcó 44 goles (todos para el Bayern). Actuó 396 veces para el Bayern Múnich y 28 para el Hamburgo. Durante ese tiempo, tuvo una participación del 89 por ciento en todos los partidos de liga.
Seleccionado alemán: Anotó 14 goles y jugó 103 partidos internacionales ante 36 países distintos, entre 1965 y 1977. Mundialista de Inglaterra 1966 (2° lugar), México 1970 (3°) y Alemania 1974 (1°). Y en 50 actuaciones fue el capitán de Alemania.
Logros como jugador: Campeón mundial en Alemania 1974 y ganador de la Eurocopa en 1972, con la Selección de Alemania. Dos veces mejor futbolista europeo, al ganar el Balón de Oro (1972 y 1976). Vencedor de la Copa Intercontinental (1976), la Copa de Europa de Clubes Campeones (1974, 1975 y 1976) y la Recopa europea (1967), todos los trofeos con el Bayern Múnich. Cinco veces campeón de Alemania (cuatro con el Bayern, en 1969, 1972, 1973 y 1974; y una con el Hamburgo, en 1982), tres de Estados Unidos (1977, 1978 y 1980, con el Cosmos de Nueva York) y cuatro de la Copa alemana (1966, 1967, 1969 y 1971, todas con el Bayern Múnich). En cuatro oportunidades fue designado el Jugador del año en Alemania (1966, 1968, 1974 y 1976).
Carrera como entrenador: Selección de Alemania (1984-1990); Olympique de Marsella, Francia (setiembre a diciembre de 1990); y Bayern Múnich (diciembre de 1993 a noviembre de 1994; y abril a junio de 1996). También fue director deportivo del Olympique de Marsella.
Títulos como entrenador: Campeón mundial 1990 con la Selección de Alemania; fue finalista en México 1986. Ganador de la Copa de la UEFA (1996) y una vez campeón de Alemania (1994), con el Bayern Múnich.
Cargos posteriores: Tras dejar de ser entrenador tuvo distintos roles dentro del futbol. Fue presidente del Bayern Múnich (1994-2009), miembro de la Comisión de Futbol de la FIFA y embajador oficial y encargado de la candidatura de Alemania como sede del Mundial 2006. Asimismo fue el vicepresidente de la Federación Alemana de Fútbol, además de ser el principal organizador de la Copa Mundial 2006 en Alemania; a su vez, fue nombrado “Miembro de honor” de la Federación alemana de fútbol. Hasta el día de su muerte, tenía el reconocimiento de “Presidente de honor” del Bayern Múnich.
FUENTES CONSULTADAS: Archivo del sitio digital “Buzón de Rodrigo”, diario “La Nación” (Costa Rica) y revista deportiva “Triunfo” (Costa Rica). Video en YouTube: Repretel Canal 6 (Costa Rica). Fotografías: Diario “La Nación” (Costa Rica), revista deportiva “Triunfo” (Costa Rica) y archivo de Rodrigo Calvo.