Afiche que recrea la histórica volea para concretar el primer gol en los Mundiales de Fútbol, conseguida hace 92 años, en 1930, por el francés Lucien Laurent, quien en ese momento no sabía que sería eterno en los registros oficiales de la FIFA. La ilustración de julio del 2020, con motivo del 90 aniversario de la primera Copa del Mundo, estuvo a cargo de la Comisión de Patrimonio Histórico del Primer Mundial de Fútbol y el Proyecto Jules Rimet 1930 (Imagen del Proyecto Jules Rimet 1930).

Un delantero de Francia, Lucien Laurent, tiene el honor de pasar a la historia como el jugador que marcó el primer gol de todos los Campeonatos Mundiales organizados desde 1930 por la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA). Y este detalle histórico no se olvida y se recuerda cada cuatro años, cuando viene una nueva edición mundialista.

Sucedió hace 92 años, el 13 de julio de 1930 en Montevideo, Uruguay, en el partido inaugural entre Francia y México, ganado 4-1 por los europeos. Y lo convirtió un hombre humilde que nunca llegó a entender por qué, al cabo de los años, se convirtió en una auténtica leyenda del balompié. “Yo me introduje por el centro del área y rematé de volea un pase para marcar un bonito gol”, contó una y mil veces el francés, ya entrado en años.

Sesenta y ocho años después, a los 90 años, Laurent fue el último superviviente de esa selección y pudo asistir a la final del Mundial, que Francia ganó 3-0 a Brasil en 1998 en su tierra. Todavía estaba vivo, lúcido y convincente, con un claro recuerdo de lo que sucedió en esa Copa del Mundo inicial de los años 30 del siglo pasado por su histórica acción. “Fue un gol hermoso, un derechazo en un centro de Ernest Liberati, que terminó en la esquina derecha. Siempre trato de dar bastante la misma versión”, bromeó esa vez.

De hecho, si no hubiera sido lesionado por una falta brutal del medio centro argentino, Luis Monti, temprano en el segundo partido de Francia contra un equipo que ganó por poco, 1-0, los franceses bien podrían haber progresado más. No había sustitutos en esos días y su lesión de tobillo se lo redujo a ser “un pasajero” de la primera copa.

Solo hay un registro fotográfico de aquella lejana primera anotación, pero no existen pruebas fílmicas y mucho menos televisivas del histórico pasaje de las Copas del Mundo. Lo único que hay es el relato que dejó su autor, quien falleció hace 17 años en el 2005 en Besançon, donde se mantuvo activo jugando con sus amigos incluso siendo un octogenario.

Esta es su historia. Nacido el 10 de diciembre de 1907 en Saint-Maur-des-Fossés, ciudad al sudeste de París, Lucien medía 1,62 metros de estatura, pesaba solo 65 kilos y con 22 años jugó con la Selección de Francia la primera Copa del Mundo que se disputó en el año de 1930 en Uruguay. Sus amigos lo apodaban El Pequeño Cadete y Lulu.

Obrero en una imprenta, su primer club fue el Cercle Athlétique de París, al que se unió cuando era un adolescente de casi 14 años en 1921 y permaneció con ellos durante nueve campañas. Interior derecho o izquierdo, el equivalente a los números 8 o 10 de hoy, fue seleccionado apenas 11 veces internacional en el combinado de su país, según los archivos de la Federación Francesa de Fútbol. La primera vez contra Portugal (2-0), el 23 de febrero de 1930, y la última contra Hungría (2-0), el 19 de mayo de 1935.

“No era muy fuerte de la cabeza”, admitió de buena gana, en alusión a su pequeña estatura. “Entonces, cuando tenía un coloso de 1,80 metros delante de mí, lo jalaba de la camiseta para que se quedara en el suelo…”. El joven Lucien Laurent estaba lejos de sospechar que iba a pasar a la historia.

En el restaurante que adquirió al término de su carrera como futbolista y luego entrenador en Besançon, Laurent no mencionaba casi nunca su remate de volea en el minuto 19, con el tanto con el que comenzó todo, en la portería norte del ya desaparecido Parque Pocitos en Montevideo. El primero de los Mundiales. Una acción para la historia. “A centro de Liberati”, se contentaba con precisar, como si se tratara de lo más natural.

De hecho, En Francia nadie sabía nada de él. Antes del Mundial de Italia 1990, estaba olvidado. En realidad, lo estuvo siempre, porque aquel lejano Mundial no se seguía como los de ahora. Por eso, periodistas italianos, en busca de reportajes con que ambientar los meses previos, se preguntaron quién habría marcado el primer gol del primer Mundial, 60 años antes en Uruguay. y rastrearon que su último equipo había sido el el Besançon, buscaron allí y lo localizaron.

Rastreando, los periodistas italianos dieron con que su último equipo había sido el Besançon, buscaron allí y lo localizaron. Era un anciano feliz de 82 años y aún jugaba al fútbol semanalmente, con un grupo de amigos y buen aire. En algunos círculos de Besançon era conocido por su infatigable afición al fútbol, pero apenas se sabía de él que había jugado en un tiempo remoto. Nada que le relacionara con el primer gol del Mundial. Entonces, su historia se desenterró y, de repente, le llegó una súbita fama. Sus recuerdos se divulgaron por primera vez en una velada de gala organizada por los dirigentes italianos y la organización del Mundial ’90, retrospectiva sobre la máxima fiesta del fútbol.

Se le invitó a una gran fiesta, en la que fue saludado y celebrado como un héroe por astros del fútbol de la talla de Pelé, Franz Beckenbauer, Robert Bobby Charlton y Michel Platini. Para entonces, la televisión ya había mostrado imágenes de los felices partidos del octogenario con sus amigos de Besançon, entre los que era el mayor, y eso atrajo hacia su figura la mayor de las simpatías. “Yo sabía que él había jugado en el equipo de Francia y que había participado en un Mundial, pero sin más”, confiesa su propio hijo Marc, en casa del cual Laurent vivió sus últimos años.

Con ocasión de la Copa Mundial de la FIFA Francia 1998, el que fuera jugador del FC Sochaux y empleado de Peugeot fue prácticamente ascendido al rango de “tesoro nacional”. Durante horas escarbó en su memoria para hacer salir a la superficie recuerdos que se le escapaban, anécdotas que ahora forman parte de la gran historia mundialista. Como la de la travesía del Atlántico de 1930, que partió de Villefranche-sur-Mer el 19 de junio. “Quince días para ir a Uruguay, quince días para volver a Francia”, recordó Lucien.

El periplo uruguayo

La “aventura” de Lucien Laurent hacia el primer gol de un Mundial comenzó el 21 de junio de 1930 en el puerto de Villefranche-sur-Mer, en la Costa Azul. Ahí se enroló en un viaje hacia la historia que ni se imaginaba al intervenir en la primera fase mundialista con la presencia apenas de 13 países invitados, a bordo del buque italiano Conte Verde junto a su hermano Jean, el crucero con el que atravesó el Atlántico hasta Uruguay.

Lo cierto es que la delegación de Francia viajó a Uruguay en 1930 para satisfacer los deseos del francés Jules Rimet, presidente de la FIFA y creador del torneo, quien pretendía que su patria tuviera representación en la gran cita inaugural del fútbol internacional. Sin embargo, no contaba con buenos antecedentes deportivos y le había costado mucho conseguir ayuda para que Francia participara, más aún que llevara a sus mejores jugadores.

Un requisito indispensable en una época en la que el balompié era aún amateur, más aún cuando el trabajador debía dejar su empleo casi dos meses. Para entonces, recién se había traspasado al club entonces conocido como Peugeot Sochaux, subvencionado por la compañía automovilística Peugeot donde trabajaba, que fue fue flexible y le dio tiempo libre para jugar la copa, pero no le pagaron mientras estuvo fuera.

De hecho, como aficionado recibió el visto bueno de la Peugeot y solo los gastos básicos de la Federación Francesa de Fútbol. Junto a Laurent, tres empleados más de esa fábrica, su hermano Jean, André Maschinot –autor de dos goles en el partido inaugural del Mundial 1930 contra México– y Étienne Mattler, también formaban parte de la convocatoria francesa de 16 jugadores para la cita universal.

Dentro del plantel, el entrenador de Francia, Raoul Caudron, también pudo disponer de Marcel Pinel y Marcel Capelle, quienes recibieron una licencia especial del Ejército -estaban cumpliendo el servicio militar- para cumplir una suerte de misión diplomática en Montevideo. El ágil y destacado portero, Alex Thepot, consiguió un permiso para dejar su puesto en la Aduana.

“La Asociación Francesa tuvo muchas dificultades para conformar un equipo, porque varios de los jugadores contactados se vieron obligados a renunciar. Sus respectivos jefes no les dejaban marcharse dos meses. En aquella época yo trabajaba en Peugeot, al igual que tres de mis compañeros de equipo: mi hermano Jean, André Maschinot y Étienne Mattler”, ratificaba Lucien.

Durante su vejez Laurent bromeaba mucho cuando mencionaba que él, el resto de la selección francesa y varias otras escuadras europeas iban hacinados en el barco que los llevó a Uruguay. Se embarcó en el buque mercante italiano Conte Verde junto con los planteles de Rumanía y Bélgica –Yugoslavia se desplazó por su cuenta en otro barco–. El periplo de dos semanas desalentó y no despertó el interés a realizarlo de los grandes batallones europeos –Austria, Hungría, Italia y España– que no se inscribieron ante la FIFA, pero transcurrió sin incidentes. Y la tranquilidad del mismo sólo era perturbada por las carreras de los tres equipos que se cruzaban sobre la cubierta.

El ariete, sin embargo, lo disfrutó inmensamente. Había mucho que hacer en el barco. Los franceses entrenaban por la mañana, eran amenizados por un violinista y un comediante, y Lucien pasaba gran parte de su tiempo en el cine o en la piscina. “Fuimos a Uruguay en barco. El viaje duró dos semanas. Entrenábamos con trote todas las mañanas en cubierta y por las tardes hacíamos algo de carrera. Celebramos el cruce del Ecuador, como es costumbre en la marina. Era como un campamento de vacaciones”, dijo en una ocasión.

Su gran pesar fue que, en el propio Montevideo, no pudo jugar en el imponente nuevo estadio Centenario. Todavía no se había terminado y se estrenó hasta seis días más tarde, mientras que los partidos anteriores se llevaron a cabo en los terrenos de los clubes Peñarol (Parque Pocitos) y Nacional (Parque Central).

En aquellos tiempos no existían duelos inaugurales en los Mundiales, por ende, el calendario indicaba que el domingo 13 de julio del año 30 se debían medir en forma simultáneo, a partir de las 3 p. m., Francia y México por el Grupo 1 en Pocitos; mientras que en el Central jugaron Estados Unidos y Bélgica, en duelo correspondiente al Grupo 4.

Dibujo del primer gol mundialista anotado hace 92 años por el artillero francés Lucien Laurent frente a México, durante el Mundial de Uruguay 1930 (imágenes de la revista “El Gráfico”, Argentina).

Una volea que hizo historia

Desde hacía 60 años hasta que se recordó su gesta en 1990 antes del Mundial de Italia, su legendaria volea del 13 de julio de 1930 contra los mexicanos había caído en el olvido. En su cervecería, comprada tras el final de su carrera como formador, el jugador de Besançon no habló de ello, o muy poco. Y de repente, siguiendo la estela de los italianos, el mundo del fútbol descubrió a “Lucien primero”. Incluso el exgoleador y comentarista inglés Gary Lineker vino en persona a filmarlo entonces para un canal británico.

Precisamente, cuando se jugaba el minuto 19 del partido en Pocitos sucedió lo siguiente, contado por el mismo Laurent años después, cuando fue ubicado, luego de pasar mucho tiempo sin que nadie supiera de la vida de aquel hombre humilde que marcó el primerísimo gol mundialista que quedó para el recuerdo. Su volea histórica debió esperar mucho tiempo, de 1930 a 1990, para conocer una gloria, tan tardía como merecida.

Además, el primer grito sagrado en la historia de los Mundiales ni siquiera impactó a sus compañeros que no tomaron dimensión de su significado. Mucho menos su autor. Abrazos -tan extrañados hoy en día-, apretón de manos y a sacar del medio. Un montón de veces tuvo que contar su gol, para tal o cual reportero o televisión: “El partido comenzó normal, pero el estadio estaba vacío y nevaba cuando hice el primer gol. Ambos equipos luchaban por el balón. De pronto, Delfour atacó por la derecha y pasó a Liberati, que centró. Yo corrí por el centro y conecté con el balón al caer, y entró por la esquina de la portería. Todos estábamos muy contentos, pero en ese tiempo no nos besábamos…”, recordó Laurent.

Así fue: con 22 años de edad, nadie le abrazó. No hubo una celebración efusiva. Sólo un simple choque de manos de sus compañeros, ajenos a cuál sería la dimensión posterior del gol, del torneo, del fútbol, de la selección francesa o de él mismo. Una leyenda de los Mundiales.

En base a su relato, existe al menos un dibujo que —en su momento— fue validado por el propio Laurent. Sin embargo, hay otras versiones del mismo gol que no han tenido el aval del que fuera futbolista del Cercle Athlétique de París, FC Sochaux-Montbéliard, Club Français, FC Mulhouse, Stade Rennes Football Club, RC Estrasburgo, Toulouse FC y RC Besançon FC, club en el cual se retiró y ciudad que eligió para vivir el resto de sus días.

Como detalle adicional, un joven futbolista mexicano, Óscar Bonfiglio, tuvo el no grato honor de ser el primer guardameta en recibir un gol en las Copas del Mundo. “Después de mi gol, el primero del torneo y también el primero que marcaba con la selección, nos felicitamos, pero sin saltar unos encima de otros como se hace en el fútbol de hoy”, le gustaba aclarar.

En ese primer partido, Francia tuvo el mérito de que, desde el minuto 26, jugó con 10 jugadores por la lesión de su guardameta, Alex Thépot. Algunas crónicas de los periódicos contaban, sin confirmación alguna, que Lucien además de haber anotado ese histórico tanto, fue el que recibió el primero de Francia tras ponerse el suéter de arquero. Sin embargo, otros diarios e investigaciones posteriores hablaban que fue el mediocampista Augustin Chantrel el que se ubicó bajo los tres palos; esta última versión es la que prevalece hasta la actualidad. El encuentro terminó con una contundente victoria gala por 4-1.

En su segundo encuentro de 1930, contra Argentina (cayó 0-1), se lesionó el tobillo y tuvo que apartarse a la banda izquierda, pues en aquel entonces no se permitía hacer cambios. Por estar lastimado tampoco pudo disputar el tercer asalto contra Chile, que los franceses perdieron por el mismo marcador (0-1).

Tras su hazaña, Lulu Laurent se integró al FC Sochaux-Montbéliard, su nuevo equipo, y retomó el trabajo habitual en la línea de producción del Peugeot 201. Todo el combinado regresó sin ruido a Francia, como habían salido de ella. De hecho, L’Auto, el gran periódico de Francia (antecesor del diario L’Équipe, nombre que toma tras la Segunda Guerra Mundial) ni siquiera envió a un periodista con ellos. Contrató como informadores a dos miembros del equipo, el citado Chantrel y Marcel Pinel, quienes en el Mundial también se desempeñaron como cronistas y corresponsales para un semanario de su país, la revista deportiva Match.

“Cuando volvimos a Francia no imaginé el significado que tendría el gol. Ni siquiera sabíamos si la Copa del Mundo duraría más años. Recuerdo que cuando llegué a casa únicamente había una pequeña mención en uno de los periódicos. El fútbol aún estaba en pañales”. No se lo imaginaba, pero su gol fue probablemente uno de los más importantes de siempre. No por su trascendencia en aquel momento (Francia quedó en un pobre sétimo puesto entre 13 participantes), sino por todo lo que vendría después: 2.548 goles más en los 21 Mundiales que se han disputado hasta la actualidad.

Asimismo, además de su primer tanto a México, recordaba con emoción su segundo y último tanto con la camiseta azul de Francia, conseguido el 14 de mayo de 1931 en un partido amistoso contra Inglaterra. Significó su mejor recuerdo porque terminó en victoria 5-2 sobre los británicos. “Entonces nosotros aún éramos amateurs, mientras que los británicos ya eran profesionales”, recalcaba al respecto.

Prisionero de guerra y retiro del fútbol

A pesar de la hazaña de aquel gol, Laurent no tuvo una vida fácil. Sólo jugó el Mundial de 1930 porque la Copa de 1934 en Italia se la perdió por encontrarse lesionado. Se movió por varios equipos de nivel hasta que fue enrolado en el conflicto bélico. No solo fue un héroe futbolístico en su país, sino un patriota que peleó cuando estalló la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Estuvo en combate con las fuerzas armadas francesas hasta caer prisionero de guerra en manos de los alemanes durante tres años en un campo de concentración de Sajonia, antes de ser liberado en 1943.

Además, descubrió que los alemanes habían robado las pertenencias que había dejado en un depósito de muebles en Estrasburgo, incluida su camiseta de la Copa del Mundo de 1930. “Felizmente, todos mis recuerdos estaban allí, bien establecidos en un rincón de mi vieja cabeza. Nadie me los puede robar”, expresó en 1998.

Tras su liberación volvió a dedicar su vida a la actividad deportiva. Jugó fútbol en tiempos de guerra para Besançon y tiempo después, en 1950, se retiró ya con 43 años optando por convertirse en entrenador, casi siempre con equipos modestos de carácter aficionado y juvenil de Francia. Lo cierto es que su carrera como futbolista profesional fue algo más discreta que su hazaña en 1930.

Sin embargo, el fútbol le devolvió el regalo y le gratificó en sus últimos 15 años de su vida, entre 1990 y el 2005, en los que disfrutó de su condición de héroe local en Besançon. Entrenó a niños de escuela, dio charlas, siguió jugando los domingos por la mañana. No se envaneció, a esa edad ya es imposible, pero vivió la sensación inesperada de la popularidad.

Laurent fue el único sobreviviente de la selección gala de 1930 que en 1998 vio ganar a Francia su primer Mundial en 1998. En esa época, cuando fue ascendido en su país como “tesoro nacional”, tenía una opinión muy crítica del balompié actual: “Hay poca corrección, demasiada trampa, y escaso respeto por el adversario y el árbitro. Además, a los internacionales de hoy los tienen en palmitos. Se les da todo hecho, mientras que nosotros nos las teníamos que componer solos”.

El Pequeño Cadete falleció siete años después, el 11 de abril de 2005 y a los 97 años de edad, en el hospital Jean-Minjoz de Besançon, sabiendo que su nombre quedaría grabado para siempre en la historia del balompié universal. Sin duda alguna, dejó un legado histórico al abrir el marcador a los 19 minutos en la victoria 4-1 de Francia sobre México en el entonces estadio de Peñarol, ubicado en Pocitos, Montevideo, que desapareció, devorado por la ciudad.

En el 2002, un arquitecto uruguayo, Héctor Enrique Benech, se propuso localizar el sitio exacto para levantar allí un monumento a aquel primer gol. Superponiendo planos y fotografías dio con él, en la Avenida General Rivera, entre las calles Charrúa y Coronel Alegre, en el barrio Pocitos. El concurso para el monumento lo ganó el argentino Eduardo di Mauro, con dos elementos situados a 50 metros. Uno se llama Cero a cero y pelota al medio, situado donde se hizo el saque inicial, origen de todos los Mundiales jugados hasta la fecha, y el otro Donde duermen las arañas, que representa la escuadra por donde entró el padre de todos los goles, el de Laurent.

El problema fue saber en cuál de las dos porterías había sido, porque no había ninguna referencia escrita de hacia qué lado atacaba cada equipo en cada tiempo. Se resolvió con una pista: hacia qué lado iba el viento. Revisando los pronósticos meteorológicos del día, se dedujo hacia qué lado atacó Francia en la primera parte.

El embajador francés asistió a la inauguración de estas dos esculturas, en pleno Montevideo. Allí, una placa inmortaliza al primer héroe de los Mundiales: “1921-1930, Field de Los Pocitos-Peñarol. 13 de julio de 1930. Lucien Laurent, primer gol en Mundial FIFA. Francia 4 – México 1”.

En síntesis, desde la primera edición del Mundial de Fútbol y a partir de la primera conquista de Lucien Laurent en Uruguay 1930, un total de 2.548 goles han sido marcados en 900 juegos disputados hasta la cita de Rusia 2018, para un promedio de 2,83 tantos por duelo.

A las Copas del Mundo acudieron hasta ahora 80 países en las 21 ediciones de la cita universal de la FIFA. Además, más de 1.250 futbolistas anotaron al menos en una ocasión en la Copa Mundial, pero solo 97 de ellos han anotado al menos cinco dianas.

TRAYECTORIA DEL AUTOR DEL PRIMER GOL DE LOS MUNDIALES

Nombre: Lucien Laurent

  • Nacimiento: 10 de diciembre de 1907, en Saint-Maur-des-Fossés, Val-de-Marne, cerca de París, en Francia.
  • Fallecimiento: 11 de abril del 2005 a los 97 años, en Besançon, Francia.
  • Peso: 65 kilos.
  • Estatura: 1,62 metros.
  • Apodos: El Pequeño Cadete y Lulu.
  • Puestos: Delantero y mediocampista.
  • Debut en el fútbol: 1921 con Cercle Athlétique de París.
  • Período como juvenil: 1921-1927, en el Cercle Athlétique de París.
  • Periodo profesional: 1932-1950, en la Liga Francesa de Fútbol.
  • Retiro del fútbol: 1950 con Besançon RC, en la Liga Francesa de Fútbol.
  • Equipos donde jugó: Cercle Athlétique de París (1921-1930 y 1933-1934), FC Sochaux-Montbéliard (1930-1932 y 1935-1936), Club Français (1932-1933), FC Mulhouse (1934-1935), Stade de Rennes Football Club (1936-1937), RC Estrasburgo (1937-1939), Toulouse FC (1939–1943) y RC Besançon FC (1943-1947 y 1949-1950). También jugó para del equipo de fútbol de la compañía de autos Peugeot.
  • Selección de Francia: Integró su equipo nacional de 1930 a 1935. Asistió a los Juegos Olímpicos de 1928 en Amsterdam, Holanda (no jugó ningún partido); el Mundial de la FIFA de 1930 en Montevideo, Uruguay (actuó en dos de los tres encuentros, ante México y Argentina); y el Mundial de la FIFA de 1934 en Italia (no pudo jugar debido a una lesión).
  • Juegos internacionales con Francia: 11, ante Portugal (0-2), el 23 de febrero de 1930 en Oporto, Portugal; Bélgica (1-6), el 13 de abril de 1930 en Colombes, Francia; México (4-1), el 13 de julio de 1930 en Montevideo, Uruguay; Argentina (0-1), el 15 de julio de 1930 en Montevideo, Uruguay; Brasil (2-3), el 1º de agosto de 1930 en Río de Janeiro, Brasil; Alemania (1-0), el 15 de marzo de 1931 en Colombes, Francia; Inglaterra (5-2), el 14 de mayo de 1931 en Colombes, Francia; Holanda (Países Bajos, 2-3), el 29 de noviembre de 1931 en Colombes, Francia; Suiza (3-3), el 20 de marzo de 1932 en Berna, Suiza; Italia (1-2), el 10 de abril de 1932 en Colombes, Francia; y Hungría (1-2), el 19 de mayo de 1935 en Colombes, Francia. El partido de 1930 contra Brasil en Río de Janeiro es reconocido por la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), pero no por la Federación Francesa de Fútbol (FFF).
  • Goles marcados con Francia: 2, primero ante México (4-1), el 13 de julio de 1930 durante el Mundial en Montevideo, Uruguay; y luego contra Inglaterra (5-2), el 14 de mayo de 1931 en un amistoso en Yves-du-Manoir, Colombes, Francia. Precisamente, alcanzó la fama por ser el autor del primer tanto de la historia de la Copa Mundial de Fútbol, el 13 de julio de 1930 contra México en Montevideo, Uruguay.
  • Logros y otros detalles: Finalista de la Copa de Francia de 1928 con el CA París, junto a su hermano mayor Jean, cuando el 6 de mayo pierde 1-3 la final ante el Estrella Roja. Ganador de la Copa Peugeot en 1931 con el FC Sochaux-Montbéliard. Fue el último sobreviviente de la selección francesa de fútbol que participó en el primer Mundial de 1930 y el único de esta selección que pudo vivir la victoria francesa en el Mundial de 1998, en su tierra natal.
  • Experiencias como entrenador: Dirigió a varios equipos amateurs y juveniles de Francia. Primero al RC Besançon FC, en la Segunda División gala de 1943 a 1947 y 1949-1950; y luego a las divisiones menores del mismo club en 1961. Posteriormente, abrió una fábrica de cerveza, que dirigió hasta 1972, cuando se jubiló. Luego permaneció en Besançon, ocupándose de la asociación de antiguos jugadores del equipo RC Besançon FC.
El legendario delantero de Francia Lucien Laurent, fallecido en el 2005 a los 97 años, está enterrado en el antiguo cementerio de Vesoul, municipio francés del departamento de Alto Saona, en la región de Borgoña-Franco Condado. Esta imagen se tomó el 5 junio del 2022 (foto Wikimedia Commons).

Partidos inaugurales del Mundial 1930

Francia: 4
México: 1

Fecha y hora: Domingo 13 de julio de 1930; 3 p. m.
Sede: Estadio Parque Pocitos, del club Peñarol, en Montevideo, Uruguay.
Motivo: Juego Nº 1, Grupo 1, del primer Campeonato Mundial de Fútbol “Uruguay 1930”.
Goles: 1-0: Lucien Laurent (Francia), a los 19 minutos. 2-0: Marcel Langiller (Francia), a los 40′. 3-0: André Maschinot (Francia), a los 43′. 3-1: Juan Carreño (México), a los 70′. 4-1: André Maschinot (Francia), a los 87′.

Alineaciones:
Selección de Francia: Alex Thépot; Etienne Mattler, Marcel Capelle; Antoine Villaplane (capitán), Marcel Pinel, Augustin Chantrel; Ernest Liberati, Edmond Delfour, André Maschinot, Lucien Laurent y Marcel Langiller. Director técnico: Raoul Caudron (francés).
Selección de México: Oscar Bonfiglio; Rafael Garza Gutiérrez (capitán), Manuel Rosas; Felipe Rosas, Alfredo Viejo Sánchez, Efraín Amezcua; Luis Pichojos Pérez, Juan Carreño, Dionisio Nicho Mejía, José Ruiz e Hilario López. Director técnico: Juan Luque de Serrallonga (español).

Árbitro central: Domingo Lombardi, de Uruguay.

Incidencias: Lucien Laurent (Francia) marcó el primer gol en la historia de los mundiales. Su compañero, André Maschinot, logró el primer doblete en los Mundiales. A los 24 minutos, además, salió lesionado el portero francés Alex Thépot al chocar con el azteca Dionisio Nicho Mejía. Como no se permitían cambios, su lugar fue ocupado por el volante Augustin Chantrel, por lo que Francia terminó jugando con 10 futbolistas hasta el pitazo final.
Asistencia: 4.444 espectadores.

Recaudación: 1.482,30 pesos uruguayos.

Escena del duelo entre los seleccionados de Francia y México el 13 de julio de 1930, al protagonizar el primer partido de la historia de los Mundiales hace 92 años. Los galos se impusieron 4-1, en el Parque Pocitos, de Montevideo, Uruguay (foto archivo de Rodrigo Calvo).

Estados Unidos: 3
Bélgica: 0

Fecha y hora: Domingo 13 de julio de 1930; 3 p. m.
Sede: Estadio Parque Central, de Montevideo, Uruguay.
Motivo: Juego Nº 2, Grupo 4, del primer Campeonato Mundial de Fútbol “Uruguay 1930”.
Goles: 1-0: Bart McGhee (Estados Unidos), a los 23 minutos. 2-0: Thomas Florie (Estados Unidos), a los 45′. 3-0: Bertram Patenaude (Estados Unidos), a los 69′.

Alineaciones:
Selección de Estados Unidos: James Jimmy Douglas; Alexander Wood, George Moorhouse; James Jimmy Gallagher, Raphael Tracey, James Brown; William Billy Gonsalves, Thomas Tom Florie (capitán), Bertram Patenaude, Andrew Auld y Bart McGhee. Director técnico: Robert Bob Millar (estadounidense, nacido en Escocia).
Selección de Bélgica: Arnold Badjou; Nicolaas Hoydonckx, Théodore Nouwens; Pierre Braine (capitán), Auguste Hellemans, Jean de Clerq; Louis Versijp, Bernard Voorhoof, Fernand Adams, Jacques Moeschal y Jean Diddens. Director técnico: Hector Goetinck (belga).

Árbitro central: José Bartolomé Bartolo Macías, de Argentina.

Incidencias: Los jugadores estadounidenses James Gallagher, James Brown y Bart McGhee nacieron en Escocia; George Moorhouse en Inglaterra.
Asistencia: 18.346 aficionados.

Recaudación: 11.237,30 pesos uruguayos.

Ataque de Estados Unidos ante Bélgica, en el otro partido inaugural del primer Mundial de Fútbol, el 13 de julio de 1930 en el Parque Central, de Montevideo, Uruguay. Su ariete, Bertram Patenaude (derecha), marcó el tercer gol norteamericano para ganar 3-0 (foto archivo de Rodrigo Calvo).

El primer gol mundialista sin misterios sobre su ubicación

Por cuatro años, arquitecto uruguayo investigó con planos y fotos aéreas para localizar el sitio exacto donde el francés Lucien Laurent convirtió el histórico tanto

El gol del croata Mario Mandzukic durante la final de Mundial de Rusia 2018, anotado hace cuatro años en la derrota 2-4 sufrida contra el campeón Francia en el Estadio Olímpico Luzhnikí, de Moscú, pronto dejará de ser el último en la historia de los Mundiales, pues en un mes comenzará la Copa de Catar 2022.

En cambio, la anotación que hizo el francés Lucient Laurent ante México (triunfo galo por 4-1) hace 92 años en la edición inaugural de los Mundiales, la de Uruguay en 1930, nunca dejará de ser la primera en la historia de los torneos universales absolutos de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA).

La importancia de aquella conquista, lograda cuando eran las 3:19 p. m. del domingo 13 de julio de 1930, en una tranquila tarde en el barrio de Pocitos, en Montevideo, Uruguay, motivó a un arquitecto uruguayo a dedicar cuatro años para dar con el lugar exacto de tal acontecimiento, ya que la cancha del Parque Pocitos que se usó entonces, ya no existe; en su lugar hoy hay casas y calles dentro de una cuadra de un barrio de clase media-alta, con alto valor inmobiliario, en la capital charrúa.

Hace más de nueve décadas, las autoridades construyeron el mítico e imponente estadio Centenario para reunir a 65.000 espectadores. Aunque se trabajó las 24 horas, con inmensos reflectores, la obra se paralizó por las intensas lluvias y no estaba listo para la citada jornada inaugural establecida para el 13 de julio.

Los organizadores entendieron que era imposible abrirlo para esa fecha y trasladaron los primeros partidos a las modestas canchas del Parque Central y el Parque Pocitos. En éste último terreno se disputó un partido más de aquel Mundial, que fue al día siguiente, el 14 de julio, cuando se registró la victoria 3-1 de Rumania sobre Perú. Luego se produjo la inauguración oficial del Centenario, que oficialmente quedó para el 18 de julio, con el duelo entre Uruguay y Perú (victoria local 1-0).

El Parque Central, por su parte, apareció en el mismo lugar donde estuvo por más de nueve décadas. Sin embargo, el Field de Pocitos para 10.000 aficionados dejó de ser la casa del Peñarol en 1933 y no soportó el avance de la ciudad; se trazaron calles y, en los años de 1940, el desarrollo urbanístico y el crecimiento exponencial de Montevideo sepultaron en definitiva aquel histórico terreno y el estadio fue demolido.

La verdad es que los fieles seguidores charrúas, orgullosos de sus dos títulos mundiales en 1930 y 1950, así como de los dos cetros olímpicos en 1924 y 1928, se olvidaron por completo del destino del viejo campo del Peñarol: el Parque Pocitos.

Ardua investigación

Era necesario emprender una dura investigación para ubicar el sitio exacto donde hace 92 años se disputó el juego inaugural entre galos y aztecas, y donde Lucien Laurent se transformó en el primer goleador del Mundial.

El desafío lo asumió el arquitecto uruguayo Héctor Enrique Benech on mucho ímpetu, para precisar dónde estaba la cancha bajo las calles, los parques y las casas de Pocitos, en especial el marco de aquel gol inaugural del galo. Todo debido a que el Parque Pocitos dejó en 1933 de ser la sede del Club Peñarol, pues se mudó al estadio Centenario y en la década siguiente en el lugar que ocupaba este escenario se construyó un nuevo barrio, el de Pocitos.

“La cancha desapareció en los 40 y se volvió un lugar calificado de Montevideo, de viviendas de clase media, con alto valor inmobiliario”, recordó Benech al diario La Nación, de Costa Rica, en una entrevista publicada el 2 de mayo del 2010. Está en su parte norte, sobre la Avenida General Rivera, entre las calles Charrúa y Coronel Alegre, en el citado barrio Pocitos.

Su estudio urbanístico duró cuatro años, del 2002 al 2006. “No había registros oficiales. Pero me encontré en la Intendencia Municipal de Montevideo un valioso mosaico de fotos aéreas de 1926 y 1929, que me permitieron ubicar perfectamente la cancha al sobreponerlos con la foto actual”.

El Parque Pocitos, en el barrio de Pocitos, en Montevideo, Uruguay, fue sede de dos partidos del primer Mundial de Fútbol en 1930, incluido el duelo inaugural entre Francia y México (4-1). La cancha del Club Atlético Peñarol de 1921 a 1933 ya desapareció, pero era para 10.000 personas (foto Wikimedia Commons).

El tema lo dio a conocer por primera vez en junio del 2006, en el Museo del Futbol de la Asociación Uruguaya de Futbol, bajo los graderíos del Centenario, mientras se jugaba el Mundial de Alemania. Despertó el interés de federativos, la FIFA y la empresa Coca Cola de ese país.

“Lo que estaba claro era que el primer gol de la historia de los Campeonatos Mundiales de la FIFA, que comenzaron en Uruguay 1930, lo hizo un francés, Lucien Laurent, un número ‘10’ del futbol actual, un punta por el lado izquierdo”, declaró el arquitecto uruguayo, nacido en 1940.

Sin embargo, aún quedaba un pequeño detalle, determinar en qué portería se había anotado dicha anotación. Este era un gran bache en el camino y lanzar una moneda al aire para decidir una u otra no era opción. No había grabaciones en vídeo del partido y sólo quedaban narraciones radiofónicas, pero estas no hacían referencia a una u otra portería. No obstante, había un pequeño detalle que mantenía viva la investigación, el comentarista hacía alusión a la dirección del viento en un tramo de su locución. Con esta, y viendo el informe meteorológico del 13 de junio de 1930 se consiguió establecer dónde se había marcado el primer gol de la historia de los mundiales.

“Ninguna traza se borra y sentí que Montevideo debía recuperar ese lugar. Busqué fotos aéreas de la ciudad de aquella época y las fui contrastando con las de Google Earth. Consulté con agrimensores e investigué en la Dirección de Meteorología cómo había sido el clima aquel día. Enterarme de que sopló fuerte el viento sur, en un día muy frío, fue otra buena pista. También debía saber para qué arco atacó Francia en el primer tiempo, y en un suplemento de un diario de Durazno (‘La Aurora’) encontramos una foto del gol de Laurent. Quedaban elementos subjetivos, pero el círculo se iba cerrando”, declaró Benech.

Por ello, el descubrimiento no podía quedarse ahí y estas mismas entidades acordaron en el 2006 lanzar el concurso “En busca del arco perdido”, con el que se pretendía adornar y darle carácter de centro de peregrinación a la portería donde de Pocitos. Fue así como se elaboraron con cuidado dos objetos en la calle, uno del punto donde se situaba el centro del campo y otro del marco norte del Field Pocitos, en el lugar exacto donde Laurent hizo ese primerísimo gol mundialista.

El ganador del concurso fue el argentino Eduardo di Mauro con la creación de dos esculturas, una llamada con la frase “Cero a cero y pelota al medio”, para representar el centro del antiguo campo donde hay un pilar ondulado encerrado dentro de un círculo en el piso; y la otra, donde estaba colocada la portería, “Donde duermen las arañas”. Una expresión muy utilizada en el ambiente futbolístico y una forma poética de denominar a la escuadra de la portería.

Son dos esculturas sencillas, discretas pero emblemáticas que ayudan a situar dos puntos que desprenden aroma a fútbol añejo y que no chocan a la vista cuando paseas por Montevideo. Di Mauro conocía muy bien el sentimiento futbolístico y el fluir de las ciudades sudamericanas para elaborar estas dos obras que logran transmitir fútbol sin adueñarse de la calzada.

Lo cierto es que el histórico acontecimiento del primer gol de los Mundiales ya está localizado, con el sitio exacto del antiguo estadio entre las calles actuales de Montevideo. “Esa cancha ya no existe, pero quería marcar bien el lugar del gol. Siempre habrá el primer gol y último gol de cada Mundial, pero el primero es único. Eso fue lo que más impactó”, contó Benech.

Cuando preparaba dos festejos por los 90 años del primer grito de gol en un Mundial de Fútbol y por sus 80 de vida, Héctor Enrique Benech murió el 16 de junio del 2020 después de que hábilmente supo aplicar las técnicas profesionales para una tarea de sempiterno resultado: determinó con precisión la ubicación geográfica de un histórico campo de juego charrúa, el legendario Field Pocitos donde se convirtió el primer gol del Mundial de Fútbol de 1930, y logró se evidenciara con sendos monumentos.

Benech quería cumplir su misión antes de morir. “Me faltó señalizar con pintura blanca las líneas del campo de juego original, con sus áreas, sus córners, sus medialunas, aunque fuera sobre los techos de las casas y sobre las veredas”, le dijo a la revista uruguaya Viva en ese año, cuando estaba por terminar su legado por completo.

Años antes, el arquitecto uruguayo dejó como legado el libro histórico de un popular club de Montevideo, Uruguay: “Peñarol, serás eterno como el tiempo –el comienzo de la gloria-” (2013). También promovió homenajes a figuras de la historia charrúa y presidió la Comisión de Historia de la Asociación de Socios Vitalicios en el país sudamericano, de la que fue fundador.

En Uruguay, la Comisión de Patrimonio Histórico del Primer Mundial de Fútbol y el Proyecto Jules Rimet 1930 tomaron poco después el relevo del arquitecto Benech. En julio del 2020 hicieron un afiche que recrea la inolvidable volea de 1930 conseguida por Lucien Laurent, quien en ese momento no sabía que sería eterno en la historia de los Mundiales.

Gracias a los cuatro años de investigación del arquitecto uruguayo Héctor Enrique Benech, el mítico sitio donde se anotó el primer gol en los Mundiales de Fútbol, ubicado en Montevideo en la avenida Coronel Alegre, entre Charrúa y Silvestre Blanco en el barrio de Pocitos, ahora tiene desde el 2006 una placa que recuerda la gesta de Lucien Laurent y la fecha exacta en que consiguió la histórica anotación (foto sitio www.mundiario.com).
El monumento al “arco perdido” ubica de manera exacta dónde se anotó en 1930 el primer gol en los Mundiales de Fútbol, convertido por el legendario delantero francés Lucien Laurent. Está ubicado en un barrio de clase media-alta en Montevideo, Uruguay (foto diario Clarín, de Argentina).

Jugadores que marcaron el primer gol de cada Mundial

Un total de 21 futbolistas tuvieron el privilegio de anotar el primer gol en cada uno de los Mundiales y quedar en la historia, desde 1930 hasta 2018, entre el francés Lucien Laurent y el ruso Yuri Gazinski. Catar 2022 será el Mundial Nº 22 de la FIFA.

  • URUGUAY 1930: Lucien Laurent (Francia) marcó en la victoria de su equipo por 4-1 sobre México.
  • ITALIA 1934: Ernesto Belis (Argentina) puso el primer gol albiceleste en la derrota 3-2 contra Suecia.
  • FRANCIA 1938: Josef Gauchel (Alemania) anotó en el 1-1 contra Suiza.
  • BRASIL 1950: Ademir Marques de Menezes (Brasil) puso la primera anotación en la victoria por 4-0 sobre México.
  • SUIZA 1954: Milos Milutinovic (Yugoslavia) marcó el único gol de su equipo en el 1-0 sobre Francia.
  • SUECIA 1958: Agne Simonsson (Suecia) puso el primer gol en la victoria 3-0 sobre México.
  • CHILE 1962: Héctor Facundo (Argentina) anotó el único gol en el 1-0 sobre Bulgaria.
  • INGLATERRA 1966: El astro Pelé, Edson Arantes do Nascimento (Brasil), puso el primero en el 2-0 sobre Bulgaria.
  • MÉXICO 1970: Dinko Dermendjhiev (Bulgaria) marcó el primer gol de su equipo, que perdió 3-2 contra Perú.
  • ALEMANIA OCCIDENTAL 1974: Paul Breitner (Alemania Occidental) anotó el único tanto de la victoria 1-0 sobre Chile.
  • ARGENTINA 1978: Bernard Lacombe (Francia) marcó el gol más rápido en el primer juego del Mundial, al minuto 1, en la derrota 2-1 contra Italia.
  • ESPAÑA 1982: Erwin Vanderbergh (Bélgica) tuvo la única anotación en la victoria sobre Argentina, por 1-0.
  • MÉXICO 1986: Alessandro Altobelli (Italia) anotó el único gol de su equipo, que empató 1-1 con Bulgaria.
  • ITALIA 1990: François Omam Biyik (Camerún) puso el 1-0 de la sorpresiva victoria de su selección sobre Argentina.
  • ESTADOS UNIDOS 1994: Jürgen Klinsmann (Alemania) marcó el único gol del partido en el 1-0 sobre Bolivia.
  • FRANCIA 1998: César Sampaio (Brasil) anotó en la victoria 2-1 sobre Escocia.
  • COREA DEL SUR/JAPÓN 2002: Papa Bouba Diop (Senegal) tuvo el único gol del partido para su selección, que le ganó 1-0 a Francia.
  • ALEMANIA 2006: Philipp Lahm (Alemania) anotó en el emocionante triunfo 4-2 sobre Costa Rica.
  • SUDÁFRICA 2010: Lawrence Siphiwe Tshabalala (Sudáfrica) marcó en el empate 1-1 contra México.
  • BRASIL 2014: Autogol de Marcelo (Brasil), al marcar en su propia portería, pero el equipo sudamericano venció 3-1 sobre Croacia.
  • RUSIA 2018: Yuri Gazinski (Rusia) anotó como anfitrión en la goleada 5-0 frente a Arabia Saudita.
Imagen histórica del primer gol de los Mundiales, hace 92 años, el 13 de julio de 1930. El arquero de México, Óscar Bonfiglio, no detiene el balón rematado por el francés Lucien Laurent (fuera de foco), en el Parque Pocitos, de Montevideo, Uruguay (foto archivo de Rodrigo Calvo).

Goleadores centenarios de los Mundiales: De 100 en 100

Antes del XXII Mundial del Fútbol, del 20 de noviembre al 18 de diciembre del 2022 en Catar, estos han sido los goles centenarios, desde el primero de Lucien Laurent (Francia) en el duelo inaugural en 1930, hasta el 2.548, obra de Mario Mandzukic (Croacia) en la final con Francia (2-4), en Rusia 2018. En esta copa, el tunecino Fakhreddine Ben Youssef anotó el tanto Nº 2.500 en la historia.

  • Gol Nº 1: El francés Lucien Laurent en el minuto 19, del duelo Francia-México (1-0), el 13 de julio 1930 en Montevideo, Uruguay.
  • Gol Nº 100: El italiano Angelo Schiavio en el minuto 64, del choque Italia-Estados-Unidos (7-1), el 27 de mayo de 1934 en Roma, Italia.
  • Gol Nº 200: El sueco Gustav Watterstrom en el minuto 90, del duelo Suecia-Cuba (8-0), el 12 de junio de 1938 en Antibes, Francia.
  • Gol Nº 300: El brasileño Chico en el minuto 55, del juego Brasil-España (6-1), el 13 de julio de 1950 en Río de Janeiro, Brasil.
  • Gol Nº 400: El alemán Maximilian Morlock en el minuto 77, del choque Alemania-Turquía (7-2), el 23 de junio de 1954 en Zúrich, Suiza.
  • Gol Nº 500: El escocés Bobby Collins en el minuto 74, del duelo Paraguay-Escocia (3-2), el 11 de junio de 1958 en Norrköping, Suecia.
  • Gol Nº 600: El yugoslavo Drazen Jerkovic en el minuto 49, del juego Yugoslavia-Uruguay (3-1), el 2 de junio de 1962 en Arica, Chile.
  • Gol Nº 700: El norcoreano Pak Seung Zin en el minuto 88, del choque Corea del Norte-Chile (1-1), el 15 de julio de 1966 en Middlesbrough, Inglaterra.
  • Gol Nº 800: El alemán Gerhard Gerd Müller en el minuto 88, del duelo Alemania Occidental-Bulgaria (5-2), el 7 de junio de 1970 en León, México.
  • Gol Nº 900: El argentino Héctor Yazalde en el minuto 15, del juego Argentina-Haití (4-1), el 23 de junio de 1974 en Múnich, Alemania.
  • Gol 1.000: El neerlandés Pieter Robert Rob Resenbrink, de penal en el minuto 34, del choque Holanda (Países Bajos)-Escocia (2-3), el 11 de junio de 1978 en Mendoza, Argentina.
  • Gol 1.100: El soviético Sergei Baltacha en el minuto 68, del duelo Unión Soviética-Nueva Zelanda (3-0), el 19 de junio de 1982 en Málaga, España.
  • Gol 1.200: El francés Jean-Pierre Papin en el minuto 79, del juego Canadá-Francia (0-1), el 1º de junio de 1986 en León, México.
  • Gol 1.300: El inglés Gary Lineker en el minuto 73, del choque Inglaterra-Paraguay (3-0), el 18 de junio de 1986 en México, Distrito Federal, de México.
  • Gol 1.400: El sueco Johnny Ekström en el minuto 32, del duelo Suecia-Costa Rica (1-2), el 20 de junio de 1990 en Génova, Italia.
  • Gol 1.500: El argentino Claudio Paul Caniggia en el minuto 22, del juego Argentina-Nigeria (2-1), el 20 de junio de 1994 en Boston, Estados Unidos.
  • Gol 1.600: El sudafricano Pierre Issa comete autogol en el minuto 77, del choque Francia-Sudáfrica (3-0), el 12 de junio de 1998 en Marsella, Francia.
  • Gol 1.700: El yugoslavo Slobodan Komljenovic en el minuto 4, del duelo Estados Unidos-Yugoslavia (0-1), el 25 de junio de 1998 en Nantes, Francia.
  • Gol 1.800: El portugués Beto en el minuto 39, del juego Estados Unidos-Portugal (3-2), el 5 de junio del 2002 en Suwón, Corea del Sur.
  • Gol 1.900: El italiano Christian Vieri en el minuto 18, del choque Corea del Sur-Italia (2-1), el 18 de junio del 2002 en Daejeon, Corea del Sur.
  • Gol 2.000: El sueco Marcus Allbäck en el minuto 51, del duelo Suecia-Inglaterra (2-2), el 20 de junio del 2006 en Colonia, Alemania.
  • Gol 2.100: El mexicano Javier Chicharito Hernández en el minuto 64, del juego Francia-México (0-2), el 16 de junio del 2010 en Polokwane, Sudáfrica.
  • Gol 2.200: El neerlandés Arjen Robben en el minuto 73, del choque Uruguay-Países Bajos (2-3), el 6 de julio del 2010 en Ciudad del Cabo, Sudáfrica.
  • Gol 2.300: El estadounidense Jermaine Jones en el minuto 64, del duelo Estados Unidos-Portugal (2-2), el 22 de junio del 2014 en Manaos, Brasil.
  • Gol 2.400: El croata Luka Modric en el minuto 71, de penal, durante el juego Croacia-Nigeria (2-0), el 16 de junio del 2018 en Kaliningrado, Rusia.
  • Gol 2.500: El tunecino Fakhreddine Ben Youssef en el minuto 51, del choque Panamá-Túnez (1-2), el 28 de junio del 2018 en Saransk, Rusia.
  • Gol 2.548: El croata Mario Mandzukic en el minuto 69′, durante la final entre Francia y Croacia (4-2), el 15 de julio del 2018 en Moscú, Rusia.
Así registró la FIFA en sus redes sociales el gol 2.500 en la historia de los Mundiales de Fútbol, que se dio el 28 de junio de 2018, en el último Mundial, el de Rusia. El autor fue un jugador de Túnez, Fakhreddine Ben Youssef (izquierda), quien le anotó a Panamá al minuto 51 al doblegar al portero Jaime Penedo y la marca de Adolfo Machado. Fue el tanto del empate parcial 1-1. Al final, el partido terminó con victoria africana por 2-1 (Twitter de la Copa Mundial de la FIFA).

Galería de fotos: El último gol de los Mundiales, el Nº 2.548, fue anotado por el croata Mario Mandzukic luego del error del arquero francés Hugo Lloris al minuto 69. Se dio en la final que perdieron 2-4 el 15 de julio del 2018, en Moscú, Rusia.

FUENTES CONSULTADAS: Diarios “La Nación” (Costa Rica), “El País” (España), “Le Monde” (Francia), “The Guardian” y “BBC” de Londres (Inglaterra), “El País” (Uruguay); “Clarín”, “La Nación” y “La Prensa” (Argentina); Canal TUDN –Televisa Univision Deportes Network–, “Excelsior” y “El Universal” (México); el sitio oficial de la FIFA, la revista “El Gráfico” (Argentina), Club Peñarol de Montevideo (Uruguay), las agencias EFE (España), AFP (Francia) y Reuters (Reino Unido); Wikipedia, los sitios web Football Citezens, Diagonales, Mundiario, El equipo deportea y fútbol.com.uy; así como el archivo del sitio web “Buzón de Rodrigo”. Estadísticas: Silvio Maverino (sitio “El Gráfico”, Argentina) y Rodrigo Calvo (sitio “Buzón de Rodrigo”, Costa Rica). Videos de YouTube: ‘Joyitas del Futbol Mexicano’, ‘Canal Sur’, ‘TeleSUR TV’ y Agencia ‘EFE’. Fotografías: Proyecto Jules Rimet 1930, Twitter de la Copa Mundial de la FIFA, Club Nacional (Uruguay), revista “El Gráfico” y diario “Clarín” (Argentina), sitio web www.mundiario.com y el archivo de Rodrigo Calvo.

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Tiene 43 años de ejercer el periodismo deportivo. Estudió en la Universidad de Costa Rica, graduado en 1989. Laboró en Radio Monumental, Deportes Repretel y la oficina de prensa del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, IICA. Estuvo ligado por tres décadas al Grupo Nación, en la revista deportiva “Triunfo” y los periódicos “Al Día” y “La Nación”. Ha colaborado para medios especializados de la FIFA y en Centroamérica, Caribe, México, Estados Unidos, Canadá, Colombia, Argentina, Brasil, España e Italia. Obtuvo el Premio Nacional “Pío Víquez” de Periodismo en el 2007 y dos veces el Premio “Jorge Vargas Gené-Óscar Cordero Rojas". Su especialidad son temas de historia y estadística del deporte nacional e internacional. Desde 1995 escribe la columna “Buzón de Rodrigo” y desde 1989 es corresponsal del semanario deportivo “France Football” de Francia. Integra la Federación Internacional de Historia y Estadísticas de Futbol en Alemania y a partir del 2007 es miembro del jurado mundial del “Balón de Oro”, de la revista “France Football". Escritor de múltiples obras deportivas, como la colección "Aventura Tricolor: Mundial de Italia 1990, "Tiempos de Selección" (1997), "La Copa Mundial de Fútbol (1998), "100 años de Deportes" (1999), "Huellas del Fútbol Tico" (2009), "Legionarios" (2012), "CSH-100: ¡El equipo que nació Grande! 1921-2021" (2021) y "Crónica del Centenario 1921-2021" (2021).