Durante todos sus años de carrera deportiva, la calidad futbolística de José Luis “Saningo” Soto Quirós nunca estuvo en tela de duda, como tampoco su temperamento.
Así quedó demostrado hace 63 años, el 6 de junio de 1957, cuando el atacante del Deportivo Saprissa fue protagonista de una protesta insólita que no se había visto nunca en la historia del fútbol costarricense, y probablemente no se vuelva a ver.
Cuatro días antes, ante 20.000 espectadores, Saprissa había perdido 3-0 ante Alajuelense, una victoria que le permitió a los manudos continuar de forma invicta en el liderato del certamen.
Como represalia por el mal resultado obtenido en el estadio de Alajuela, la Junta Directiva morada castigó a Soto, Rubén Jiménez y Jorge Hernán “Cuty” Monge a permanecer en la banca para el partido contra Uruguay de Coronado, entonces último lugar de la tabla.
Así las cosas, la noche del jueves 6 de junio de 1957, Saprissa saltó a la cancha del Estadio Nacional sin tres de sus atacantes de mayor renombre, confiados en que el juego se resolvería con la goleada que todos pronosticaban.
Sin embargo, los minutos pasaron y el 0-0 en el marcador se hizo enorme. Los aficionados morados comenzaron a pedir a gritos el ingreso de los castigados.
Mario “Catato” Cordero, director técnico de los tibaseños, tuvo que ceder a la presión y ordenó el ingreso de Soto por Hernán Carboni.
Lo que ocurrió después pasó a la historia del fútbol costarricense como uno de sus hecho más insólitos. A los 22 minutos del segundo tiempo, “Saningo” entró a la cancha, recibió un saque banda, se dio media vuelta y remató a marco. ¡Gol!
Mientras el arquero isidreño recogía el balón de la red, los jugadores saprissistas buscaban al anotador para celebrar, pero Saningo ya no esta ahí.
“Lo asombroso y desconcertante vino enseguida, cuando Saningo Soto abandonó voluntariamente la cancha y se fue a los vestidores sin saberse todavía el verdadero motivo de su actitud”, reseñó en su crónica el diario “La República”.
El propio jugador lo aclararía después. “El castigo no tenía base, perdimos porque la Liga jugó el doble que nosotros”, explicó. Sin embargo, la directiva morada lo suspendió por dos meses más.
“Catato” tuvo que llamar a “Negus” Cordero para llenar el vacío dejado en la cancha, aunque ya la faena estaba hecha: la goleada que todos esperaban no se dio, Saprissa ganó apenas 1-0, gracias al gol-protesta de Saningo Soto.