Moscú (Rusia). Llamamientos al boicot, problemas de seguridad, la amenaza de los ultras y la rampante corrupción. No ha sido un camino fácil, pero Rusia ha ido callando bocas a medida que se acercaba el Campeonato Mundial de Fútbol y a falta de escasas 14 semanas para el partido inaugural apenas hay unos pocos lunares en la organización del torneo.
Hasta el presidente ruso, Vladímir Putin, se animó a darle unos toques al balón en el mismísimo Kremlin junto al jefe del fútbol mundial, Gianni Infantino, según un vídeo publicado esta semana por la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA).
Una vez quedó claro que los tímidos llamamientos al boicot no prosperarían, algunos países estaban esperando que Rusia repitiera los errores que cometió en otros deportes, especialmente en lo que se refiere al dopaje, para que la FIFA le quitara el Mundial, pero Infantino hizo oídos sordos y cerró filas con el Kremlin.
Oficialmente, la Copa del Mundo convoca a 32 selecciones nacionales que en diciembre pasado fueron divididos en ocho grupos. Se disputará en 12 estadios de 11 distintas ciudades del voluminoso territorio ruso; a saber, Moscú, San Petersburgo, Sochi, Kazán, Saransk, Kaliningrado, Volgogrado, Rostov del Don, Nizhny Novgorod, Ekaterimburgo y Samara.
Rusia hizo algo nunca visto hasta ahora, ya que construyó diez estadios especialmente para acoger el Mundial, a lo que hay que añadir dos coliseos remodelados –Luzhnikí y Yekaterimburgo–, que más parecen nuevos de no ser por que conservan sus históricas fachadas.
Hace diez años, Rusia tenía un solo estadio moderno, el del Lokomotiv. Además, los doce estadios están prácticamente terminados, con la triste excepción del Cosmos de Samara, el mayor quebradero de cabeza del Comité Organizador del Mundial.
No obstante, recientemente el jefe de la Copa Mundial del 2018, el ruso Alexéi Sorokin, aseguró que “no hay duda alguna” de que dicho estadio, que acogerá uno de los cuartos de final del torneo, será entregado a tiempo.
Para asegurarse de que, no sólo los estadios, sino el césped estarán en perfecto estado de revista el 14 de junio, el Ministerio de Deportes de Rusia aplazó hasta mediados de abril los partidos oficiales que debían inaugurar los estadios.
Hay cinco estadios ya inaugurados –Luzhnikí, San Petersburgo, Fisht de Sochi, Kazán y Spartak– y otros siete que lo serán en abril, el primero de ellos el de Kaliningrado, que albergará un partido de liga el 11 de abril próximo.
Es verdad que las obras de construcción estuvieron marcadas por constantes retrasos, aumento del costo debido a la devaluación del rublo, casos de corrupción y la muerte accidental de obreros.
Con todo, los escándalos no han ido a mayores y el gasto ha sido modesto en comparación con los 50.000 millones de dólares de las justas más caras de la historia, los anteriores Juegos Olímpicos de Invierno, la edición de Sochi 2014.
El problema de los ultras rusos volvió a resurgir con fuerza en las últimas semanas, tras los violentos incidentes ocurridos antes del partido de vuelta de los dieciseisavos de final de la Liga de Europa entre el Athletic de Bilbao y el Spartak de Moscú.
“Los ultras rusos amenazan el Mundial”, titularon entonces los principales diarios europeos, pero con el paso de los días, la prensa internacional dejó de cargar las tintas contra los ultras del Spartak, ya que quedó claro que no fueron los únicos responsables del altercado.
Aunque la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol (UEFA) tomó nota y podría sancionar al Spartak de Moscú por reincidencia, la FIFA pareció poner punto final a la cuestión al asegurar que las medidas adoptadas por Rusia son más que suficientes.
Además de las nuevas leyes promulgadas por Putin que endurecen los castigos contra los ultras y las listas negras de aficionados radicales, el Comité Organizador de Rusia 2018 ya demostró que el FAN ID es una iniciativa ideal para prevenir choques entre las distintas aficiones.
En cuanto a la seguridad, la Copa de las Confederaciones disputada en el 2017 en cuatro ciudades demostró que Rusia está capacitada para garantizar la seguridad de un evento deportivo de la magnitud de un Campeonato Mundial de Fútbol.
Putin hizo hincapié en las últimas semanas sobre ambos asuntos, tanto la radicalización de la juventud como la amenaza terrorista que se cierne sobre cualquier competición internacional, y pidió a las fuerzas de seguridad que extremen las precauciones.
Por otro lado, la FIFA también aprobó, junto a la International Board, el uso del videoarbitraje (VAR, por sus siglas en inglés) durante los partidos del Mundial. Será la primera vez que se implemente en este evento, un sistema diseñado tecnológico para asistir a los jueces durante los partidos de fútbol. Con este instrumento, se pueden revisar las repeticiones de jugadas dudosas para resolver cuatro instancias del juego: si fue gol, si hubo penal, expulsiones y confusiones con la identidad de los jugadores.
Un asunto pendiente de solucionar es el valor de los hoteles durante el Mundial, ya que en ciudades como Rostov, Volgogrado y Saransk se dispararon los precios, tanto para los aficionados como para los periodistas. El Comité Organizador tomó cartas en el asunto y las autoridades ya sancionaron a numerosos hoteles por subir los precios de manera injustificada.
Ahora, sólo falta que el tiempo acompañe, aunque los rusos insisten en que no hay nada que temer y que el Mundial de Rusia no dejará frío a nadie.
GALERÍA DE FOTOS: ACTIVIDADES OFICIALES EN RUSIA EL PASADO MARTES 6 DE MARZO, A 100 DÍAS PARA QUE COMIENCE EL MUNDIAL DE RUSIA 2018.
Leyendas del fútbol reactivan la cuenta regresiva al Mundial
Moscú (Rusia). Los dos dirigentes de mayor peso que tendrá el próximo Mundial del 2018 en Rusia, Vladimir Putin, el presidente ruso, y el suizo-italiano Gianni Infantino, el máximo dirigente de la FIFA, demuestran sus habilidades con el balón haciéndose unos pasesitos entre sí en el propio Kremlin, en el corazón de Moscú, en un divertido vídeo promocional que el organismo difundió en las redes sociales el pasado martes 6 de marzo, a un plazo exacto de 14 semanas del comienzo de la cita universal.
En las imágenes pueden verse primero a 32 leyendas del fútbol –entre ellos, el exjugador y técnico costarricense Paulo César Wanchope–, que tocan el balón hasta 100 veces a la espera del torneo, mientras un conteo muestra los días que faltan para el arranque de la gran cita deportiva de este año.
“Algunos ya cuentan los días para que empiece el mayor espectáculo del planeta”, señala el vídeo promocional, en el que participan grandes estrellas de las naciones clasificadas a la cita rusa, algunas de las cuales brillaron en distintos Mundiales.
Aquí demuestran lo que, hábilmente, saben hacer con el esférico, que desarrollan en los más diversos ámbitos, al lado de una pileta o dentro de una casa, bajo el sol o sobre la nieve.
Entre otros figuran el argentino Diego Armando Maradona, el brasileño Ronaldo Nazario de Lima, el español Carles Puyol, el uruguayo Diego Forlán, el colombiano Carlos el Pibe Valderrama, el inglés Wayne Rooney, el mexicano Jorge Campos, el panameño julio César Dely Valdez, el alemán Miroslav Klose, el peruano Nolberto Solano, el danés Peter Schmeichel, el nigeriano Augustine Jay Jay Okocha, el australiano Harry Kewell, el japonés Hidetoshi Nakata y el “vikingo” Tomas Brolin, el mismo personaje que sufrió una derrota con Suecia por 2-1 ante Costa Rica en el grupo C de la Copa de Italia 1990, cuando la Tricolor avanzó a la segunda fase de octavos de final en su debut mundialista.
Estos históricos futbolistas de la FIFA son también, al fin y al cabo, seguidores de este deporte y sacan los nuevos balones oficiales de la Copa, “la Telstar 18” de la compañía multinacional alemana Adidas, para ayudar a la FIFA a celebrar esta ocasión con una exhibición de sus sensacionales destrezas dando toques a la pelota.
Después Putin e Infantino le dan el cierre oportuno a una serie de 100 “jueguitos” de las glorias del pasado al aparecer en un salón del Kremlin, donde se animan a intervenir e intercambiar algunos certeros pases con el balón. Casualmente, el líder ruso no es un gran aficionado del balompié, porque no le gusta mucho esta disciplina, sino que es un reconocido seguidor de deportes como el judo y el esquí.
En esta grabación se observa cómo Putin también hace un pase de cabeza, para recordarle al planeta-fútbol que apenas faltan 14 semanas para que comience el esperado partido inaugural, que se celebra cada cuatro años en los Mundiales.
El puntapié inicial de la edición XXI de la Copa Mundial de la FIFA está programado para el jueves 14 de junio venidero en el estadio Luzhniki de Moscú, con el duelo por el grupo A que enfrentará al país anfitrión, Rusia, contra Arabia Saudita. Y concluirá un mes y un día después, el domingo 15 de julio con la gran final en el mismo escenario moscovita.
FUENTES CONSULTADAS: Páginas oficiales de la FIFA, el Mundial de Fútbol “Rusia 2018”, los diarios “La Nación” y “Olé”, de Buenos Aires, Argentina; Yahoo Deportes y YouTube.