¿Quiénes fueron los árbitros de fútbol venidos de Europa que, en la década de 1950, registraron altos y bajos en sus participaciones con el silbato, al impartir justicia en campeonatos nacionales de Centroamérica y del Caribe, así como en la Copa Sudamericana –actual Copa América– y en Premundiales de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) en nuestra región?
Se trata de los árbitros Charles McKenna y William Crawford. El primero era de nacionalidad inglesa y el segundo de origen escocés. Dos auténticos aventureros del pito que dejaron una estela de malos arbitrajes en el continente americano, especialmente en el caso de McKenna.
“Eran trotamundos del balón porque no solo dirigieron en Centroamérica, sino que también habían arbitrado en el Caribe. Gracias a Dios, solo estuvieron un año en Costa Rica“, expuso el periodista e historiador José Antonio Pastor, autor de varios libros de historia fútbol de Costa Rica que relatan la presencia de ambos personajes en la temporada de 1957.
“McKenna era muy localista. Crawford era igual de malo, pero era más gente. El tema con ellos es que no aguantaban nada. Cualquier amago y el jugador era expulsado. Como el tico es tan ‘llorón’, más de uno de bañó temprano con ellos. No permitían ni que se les hablara”, resaltó Pastor al sitio web Buzón de Rodrigo.
En una decisión muy cuestionada, la Federación Nacional de Fútbol –hoy se llama Federación Costarricense de Fútbol, Fedefútbol– había contratado en 1957 a McKenna y a Crawford, para dictar justicia tanto en el campeonato nacional como en las series internacionales, labor que tiempo después fue fuertemente criticada por la prensa deportiva ante sus fallos cuestionables que fueron reiterados en los terrenos de juego.
McKenna, por ejemplo, fue causante de fuertes deliberaciones por sus dictámenes, casi siempre favorables al Saprissa como se dio hace 63 años, en un día como el de esta semana, el 17 de abril de 1957 en el Estadio Nacional, al sancionar un penal en forma drástica en contra del Herediano frente a los morados. Al Team florense se le aplicaron fuertes castigos al protestar en forma vehemente esta resolución, en el minuto 78 de acción. A esta acción, desde entonces, se le conoce aquí como El McKennazo.
“Me recuerdo muy bien este partido. Fue algo muy descarado realizado por ese ‘señor’ (Charles McKenna), como lo catalogaban en esa época. Yo tenía 14 años cuando sucedió esto. Si mal no recuerdo, estos señores ingleses, Crawford y McKenna, fueron llevados al aeropuerto vestidos de policía. Los recuerdos de estos árbitros son demasiado funestos para los no saprissistas”, rememoró el exdirigente rojiamarillo, Jorge Arturo Umaña, en un escrito desde su Facebook.
Por el contrario, una crónica del periodista Jorge Pastor Durán, editor deportivo en ese tiempo del diario La Nación, defendió el trabajo del inglés y criticó duramente al Herediano, porque “el penal había sido bien pitado” por McKenna.
EL DEBATE SE TRASLADÓ A OTROS FRENTES
Cuatro años antes, en 1953, William Crawford apareció en el firmamento costarricense por primera vez. Resulta que el de nacionalidad escocesa fue, junto a su colega chileno Sergio Bustamante, uno de los dos centrales invitados por el Comité Organizador dentro del staff arbitral de ocho centrales para el VII Campeonato Centroamericano y del Caribe de Fútbol, celebrado en marzo de ese año en el Estadio Nacional de La Sabana, San José.
Dicho certamen lo ganó en forma invicta la Tricolor, al mando del técnico brasileño Otto Pedro Bumbell. A Crawford, por cierto, le tocó dirigir triunfos sumamente fáciles de los ticos contra El Salvador (goleó 5-1), durante la fecha inaugural del 8 de marzo del ’53; Honduras (4-1), el 13 de ese mes; Nicaragua (3-0), el 17 de marzo; y Guatemala (3-0), el 22 de marzo.
Tras esta experiencia, William también estuvo presente en el Premundial zonal hacia Suiza 1954, específicamente en el choque entre México y Haití, que los aztecas ganaron sin dificultades por 8-0, el 19 de julio de 1953.
Por su parte, Charles McKenna no tuvo igual suerte en el más antiguo torneo de selecciones del planeta-fútbol, la Copa Sudamericana, que luego pasó a llamarse la Copa América. El inglés dirigió tres encuentros de la copa continental de 1953 (Bolivia 1-Ecuador 1, el 8 de marzo; Brasil 1-Uruguay 0, el 15 de marzo; y Perú 1-Brasil 0, el 19 de marzo) y luego uno del clasificatorio regional hacia el Mundial de Suecia 1958 (Costa Rica 4-Antillas Holandesas 0, el 3 de marzo de 1957).
McKenna la pasó realmente mal en el citado duro enfrentamiento en el cual los incas doblegaron 1-0 a los brasileños, con el gol de Luis Navarrete, como lo confirmó el historiador e investigador peruano Ernesto Moreno Ampuero, en su blog “Historia, tradición y fútbol“, publicado en Lima, Perú.
Resulta que los jugadores de Brasil reprobaron la actuación del árbitro McKenna, al punto de que lo pusieron como “cabeza de turco” por su revés por la mínima diferencia contra Perú, que los superó en la cancha y en el marcador.
Incluso al término del cotejo lo rodearon para hacerle una crítica vehemente por algunos desaciertos y le dieron golpes muy cobardes, “al montón y a traición”, según el relato aparecido en el diario peruano El Comercio.
Para reforzar los argumentos brasileños, un perdedor en el Maracanazo de 1950 ante Uruguay, el volante central Danilo, le metió un feroz pelotazo en la cara al inglés, dirigido por su pie derecho en forma de volea.
Y cuando McKenna caía aturdido al suelo llegó Djalma Santos, el futuro lateral derecho que fue histórico con el Scracht du Oro, para “rematarlo con una patada en la nuca”.
La prensa deportiva de Perú consignó en sus ediciones matutinas de entonces que el central británico fue recogido del suelo en estado inconsciente, tras el puntapié salvaje de Djalma. Charles logró despertar hasta que estuvo en el vestidor de los árbitros, cuando volvió practicamente en sí ante sus colegas.
Un condenable acto contra el controversial árbitro de Inglaterra, Charles McKenna. A su compañero de causa en ese tiempo, el escocés William Crawford, también lo persiguieron los hechos controvertidos. Son de Europa, pero América los conoció como aventureros del silbato y la controversia.
FUENTES CONSULTADAS: Ediciones de 1953 del diario “El Comercio” (Perú) y de 1953 y 1957 de “La Nación” (Costa Rica), así como tres libros del periodista José Antonio Pastor Pacheco: “Historia del Deportivo Saprissa” (1987), “El Libro Morado” (2010) y “Historias de Lucha, Pasión y Goles”, de la Unafut (2018). Blog “Historia, tradición y fútbol”, del historiador e investigador deportivo inca, Ernesto Moreno Ampuero, desde Lima, Perú.