Hace 37 años, un 22 de junio de 1986, fui testigo del gol más sensacional de la historia de los Campeonatos Mundiales de Fútbol y, poco antes, del mayor fraude de las citas mundialistas desde 1930. Y el protagonista de ambas acciones fue el astro argentino Diego Armando Maradona, uno de los últimos genios del balompié universal, quien alcanzó el cenit de su carrera en el Mundial de “México ’86”, al que llegó con 25 años, en plena madurez futbolística.
Mucho tiempo después, el 25 de noviembre del 2020, el balompié mundial se enlutó con un impacto noticioso mayúsculo. El héroe de aquella inolvidable Albiceleste que brilló en la cita mundialista en México por su talento y golazos, en especial con los dos que le marcó a los ingleses, falleció en su residencia ubicada en Dique Luján, partido de Tigre, en Buenos Aires, Argentina, a causa de una descompensación cardíaca que le generó un edema de pulmón. Tenía 60 años de edad.
Su magia se esparció a través del tiempo, con momentos espectaculares y oscuros en su carrera. Pero sin duda, en la cita universal del ’86, El Pelusa dejó atrás varias etapas de amargura como la injusta decisión del técnico César Luis Menotti para que no actuara en la Copa de Argentina ’78 con 17 años; su fallido paso por el FC Barcelona; o la terrible lesión que sufrió a pies del español Andoni Goikoetxea.
Esta Copa del Mundo de 1986 le sirvió hace más de tres décadas para completar la leyenda iniciada en el Argentinos Juniors, el Boca Juniors y el Nápoli de Italia, con el que ganó dos scudettos de la Serie A y una Copa de la UEFA (hoy Europa League).
Diego fue, sin discusión alguna, arte puro en “México ’86”, el digno sucesor del brasileño Edson Arantes do Nascimento, Pelé. Encarnó la magia y el desequilibrio del fútbol. Nació en la miseria y lo perjudicó su adicción a las drogas. Pero nadie le quita que pasó a ser el número uno del planeta.
Un genio comparable al mismo Pelé, el argentino Alfredo Di Stéfano, el holandés Johan Cruyff y el alemán Franz Beckenbauer, considerados los más grandes del Olimpo futbolero, que años más tarde se incluyeron otros genios de la talla del francés Zinedine Zidane, el argentino Lionel Messi y el portugués Cristiano Ronaldo.
La Guerra de las Malvinas siempre estuvo presente aquel mediodía del 22 de junio de 1986 en el majestuoso y abarrotado Estadio Azteca, de la capital mexicana, y, aunque ya pasaron 37 años de la famosa efeméride de la Copa Mundial de “México ’86”, el clima de hostilidad que se percibió lo tengo bien grabado en mi retina.
La Argentina de Diego Armando Maradona, que vestía de azul con negro, partía como favorita en la ronda de los cuartos de final. Enfrente llegaba una Inglaterra que aparecía diferente de otras ocasiones, no solo por su inusual uniforme blanco, con pantaloneta y medias celestes, sino por el poderío goleador de Gary Lineker y porque era acompañada por los temibles e irracionales aficionados hooligans, la vergüenza rosa de toda una nación.
Estaban muy frescos los recuerdos y los odios de la batalla de 1982 entre ambos países, por el territorio sur del continente en poder de los británicos. Así que la batalla estaba declarada. El periodismo, además, se encargó de recalcar en esos días las diferencias diplomáticas, ya de por sí invivibles, y el clima de tensión creció, por supuesto, en el ámbito deportivo.
También todos los periodistas que estaban en el palco de prensa –incluido el ya fallecido Ricardo Quirós Sáenz, del diario La Nación– no paraban de revivir la atrocidad y locura de la tragedia sufrida un año antes en el estadio belga Heysel en Bruselas, donde murieron 39 personas antes de la final europea de 1985 entre el Liverpool inglés y la Juventus italiana (0-1), muchos de ellos aplastados por la bestial acción de los hooligans. El temor también aumentaba en las gradas del Azteca.
Yo laboraba en ese momento en el desaparecido semanario deportivo Triunfo y vivía en carne propia la larga pero increíble experiencia periodística de cubrir por primera vez una Copa Mundial, por 40 días y 40 noches.
Aquella vez coincidí con mi compañero de aventura, el ya fallecido fotógrafo Luis Castillo Sagot, que el ambiente hostil asustaba a cualquiera, incluido este servidor, que nunca estuve tranquilo, en especial cuando los hooligans estaban contiguo al palco de prensa causaron destrozos en las butacas del Azteca, un hecho violento que provocó la pronta y efectiva respuesta de la policía mexicana para controlar a los despiadados fanáticos británicos.
Dos goles de leyenda
Ya en el campo de acción, el drama fue una realidad, en un Estadio Azteca a reventar (114.580 aficionados) y bajo un calor sofocante. Al final, la primera parte resultó muy tensa y terminó igualada sin goles.
Las genialidades de Diego Armando Maradona con el balón eran seguidas por las cámaras en cada rincón del terreno. Y así fue: el Pelusa se inventó de la nada jugadas decisivas aquel domingo al mediodía, incluso recibió la llamada de atención que, en dos ocasiones, hizo el guardalínea costarricense Berny Ulloa Morera, debido a que Dieguito rehusaba poner en su lugar el banderín que botó antes de un tiro de esquina (Véase nota aparte).
Cuando al inicio de la segunda parte, el Pibe de Oro anotó el primer gol, con denominada por él mismo “la Mano de Dios”, sin que el despistado árbitro tunecino Alí Bennaceur lo advirtiera, los ebrios hooligans empezaron a enloquecer.
Confieso que, a simple vista, desde el palco de la prensa, fue difícil percibir que fue el puño izquierdo del astro argentino el que impulsó el balón a la red, pero uno de los monitores en el interior del recinto deportivo me sacó de dudas, después de la contienda.
Luego vino, en una maniobra individual de lujo, el mejor gol de cuantos se han anotado en la historia de los Campeonatos Mundiales de Fútbol. “El Gol del Siglo XX”. Cuando Héctor Enrique le sirvió la pelota en el mediocampo al talentoso número “10” albiceleste, lo que más me sorprendió fue su fuerza de voluntad y talento para dejar desparramado a cuanto oponente le salió en el camino, prácticamente a medio equipo inglés (en su orden, Peter Reid, Peter Beardsley, Glenn Hoddle, Terry Fenwick, Terry Butcher y Peter Shilton), en una imparable carrera de 50 metros. “¡Maravilloso, maravilloso…!”, gritó a todo pulmón un periodista italiano que estaba a mi lado. Yo me uní al festejo. ¡Qué golazo!
Argentina ganaba 2 a 0 y los hooligans, que estaban en el segundo nivel del graderío, detrás del arco que defendía el arquero argentino, Nery Pumpido, no soportaron más que los superara su rival en la Guerra de las Malvinas y empezaron con sus actos de vandalismo: lanzaron cosas por todas partes, hicieron estragos en la gradería y, lo principal, enviaron salivazos, insultaron y hasta agredieron a las barras bravas argentinas, que estaban en el primer nivel y habían hecho también sus provocaciones al incendiar una bandera inglesa.
No se me olvida cuando observé cómo los aficionados mexicanos más cercanos salían despavoridos a salvar sus vidas ante los desmanes de los ingleses y argentinos, que ni siquiera se enteraron cuando Gary Lineker descontó de un cabezazo un preciso centro del jamaiquino John Barnes, quien en los últimos minutos hizo desastres en la zaga argentina.
El 2 a 1 en la pizarra fue definitivo, pero en medio de un clima de “guerra” y una vergonzosa conducta de la afición inglesa, que fue muy lamentable en el Estadio Azteca y que, por suerte, no pasó a más. Un orgullo vivir aquel inolvidable pasaje de la historia de los Mundiales de Fútbol, que incluyó, a la vez, el mejor gol jamás visto en la copa y otro tanto que representó el mayor fraude de las citas mundialistas desde 1930. Sin duda, uno de los capítulos más emocionantes –con el “Gol del Siglo XX”– y polémicos de las Copas del Mundo –con la “Mano de Dios”–.
GOLES DEL ARGENTINA-INGLATERRA: 1986
1-0: “La mano de Dios”
Diego Maradona elevó primero su mano izquierda en el minuto 51, tras un despeje fallido de un zaguero inglés, para elevarse más alto que el arquero Peter Shilton y, con su mano, la famosa “Mano de Dios”, anotó el primer tanto de aquel duelo, que registró su gran día en el deporte.
2-0: “El gol del siglo XX”
Minutos después al primer tanto, Diego Maradona se sacó de encima a media selección inglesa que se le cruzó en el camino, para sentenciar el pleito al minuto 54 e inmortalizar aquel golazo, el 22 de junio de 1986, como uno de los días más recordados de los Mundiales de Fútbol, con el mejor gol anotado en la historia de la cita universal.
2-1: El peligroso descuento de Lineker
Con el 2-0 adverso, los ingleses se fueron con todo al ataque. Redujeron la cuenta a un 2-1 dramático en el minuto 80, con un tanto de Gary Lineker, el sólido frentazo, al aprovechar un centro desde la izquierda de John Barnes, quien se hizo sentir en el último tramo del encuentro en el Estadio Azteca. El partido aumentó de emoción tras el empate a dos, que nunca se dio.
Aquel partidazo EN EL AZTECA
Resultado: Argentina 2-Inglaterra 1.
Fecha: 22 de julio de 1986.
Motivo: Cuartos de final del Mundial de México 1986.
Sede: Estadio Azteca, de Ciudad de México (México).
Goles: Diego Armando Maradona (Argentina), en los minutos 51 y 54; Gary Lineker (Inglaterra), a los 80′.
Alineaciones:
Argentina: Nery Pumpido; José Luis Cuciuffo, José Luis Brown, Óscar Ruggeri y Julio Olarticoechea; Sergio Batista, Ricardo Giusti, Héctor Adolfo el Negro Enrique y Jorge Burruchaga (Carlos Tapia, a los 75′); Jorge Valdano y Diego Armando Maradona (capitán). Director técnico: Carlos Salvador Bilardo (argentino).
Inglaterra: Peter Shilton; Gary Stevens, Terry Fenwick, Terry Butcher y Kenny Sansom; Trevor Steven (John Barnes, a los 74′), Peter Reid (Chris Waddle, a los 64′), Glenn Hoddle y Steve Hodge; Peter Beardsley y Gary Lineker. Director técnico: Sir Robert William Bobby Robson (inglés).
Árbitros: Alí Bennaceur (Túnez), central; Berny Ulloa (Costa Rica) y Bogdan Dotschev (Bulgaria), guardalíneas.
Amonestados: Sergio Batista (Argentina); Terry Fenwick y Terry Butcher (Inglaterra).
Expulsados: Ninguno.
Asistencia: 114.580 espectadores.
REsumen: ARGENTINA 2 – INGLATERRA 1
Aquel 22 de junio de 1986 es uno de los días más recordados de la historia de los Mundiales. El emocionante encuentro de cuartos de final en “México ’86” entre Argentina e Inglaterra por los cuartos de final del Mundial de México, significó la consagración para Diego Armando Maradona, cuya vida tras este inolvidable partido cambió para siempre. Como ocurre desde hace tiempo, y sobre todo desde la muerte del astro argentino en 2020, esta es una fecha muy especial para el balompié universal.
LÍNEA TICO BERNY ULLOA REGAÑA A MARADONA
El exárbitro internacional costarricense, Berny Ulloa Morera, tuvo cinco actuaciones durante el Mundial de México 1986, entre las cuales fue central en el choque Argentina-Bulgaria (2-0) y línea en la final entre Argentina y Alemania Occidental (3-2).
Uno de los pasajes más recordados la vivió Ulloa con el astro Diego Armando Maradona, durante el primer tiempo de los cuartos de final entre Argentina e Inglaterra (2-1), en el Estadio Azteca.
El diálogo del tico con el argentino cuando se preparaba a cobrar un tiro de esquina en contra de los británicos.
–Señor Ulloa, me estorba la bandera para hacer el tiro de esquina… Hay mucha gente.
–Está bien, voy a correr a los fotógrafos…
En ese instante, Maradona toma la bandera y la tira a un lado.
–Diego, no puede quitar la banderola…
–Pero, ché, me estorba…
–Tiene que ponerla para que no tenga problemas.
Maradona sonríe y se inclina para para colocarla. Toma el asta y deja de nuevo la bandera en el suelo. Berny se pone enérgico con el suramericano.
–Diego, tiene que ponerla en su lugar…
–Pero qué querés…
El capitán de la Albiceleste recoge el “trapo” y lo introduce en la banderilla. Y luego expresa:
–Señor Ulloa, ¿complacido?
Berny le dice que sí. Ambos sonríen. Maradona no toma la distancia deseada y cobra la falta. “No le estorbé, ni los fotógrafos, ni la bandera, solo quería llamar la atención”, afirmó Berny Ulloa en una entrevista en la desaparecida revista deportiva Triunfo, publicada en mayo de 1988.
La versión de Maradona
Sobre el incidente de la banderola, en la primera parte del duelo de cuartos de final contra Inglaterra (2-1), Diego Armando Maradona nunca ocultó su enojo por lo sucedido con la banderola ante el guardalínea costarricense Berny Ulloa Morera, a quién elogió por su acción en diversas entrevistas para publicaciones de su país y en uno de sus libros autobiográficos, Diego Armando Maradona: Así ganamos la copa México 86, mi Mundial, mi verdad (2016).
“Contra los ingleses, terminábamos todos dándonos la mano, como pidiéndonos disculpas. Lo vuelvo a ver ahora y lo confirmo. Así fue. Es posible que la gente no se acuerde de eso, como tampoco que a la media hora del primer tiempo tuve una corrida parecida a la que vino después, pero no terminó en gol. Terminó en ‘foul’.
“Después tuve un tiro libre, que era más para centro, ahora lo veo, pero le pegué al arco. La quería meter, la quería meter… Esa era mi revancha, no putearme contra los ingleses. Le pegué y se fue al ‘córner’, y ahí sí me enojé. Pero no con los ingleses; me enojé con el banderín. Me molestaba, como los fotógrafos que estaban sentados ahí, y tiré a la mierda la banderita roja. Me acuerdo bien; vino (Berny) Ulloa, el (árbitro) asistente, a obligarme a ponerlo de nuevo.
–Dejame de romper las pelotas –le dije, recaliente–.
-Le dejo de romper las pelotas, pero ponga la banderita –me contestó el tipo–.
–Está bien, la pongo. Y el próximo Mundial, juego de ‘linesman’.
“La verdad, estuvo bien Ulloa. Me podría haber amonestado y no lo hizo. Me puse la banderita en la cabeza, primero, y después la coloqué en el palo. Hay una linda foto de ese momento…”.
SÍNTESIS DEL TORNEO MÉXICO 1986
Campeón mundial: Argentina.
Subcampeón mundial: Alemania Occidental.
Países miembros de la FIFA: 158.
Países en la eliminatoria: 121.
Sedes: México D. F., Guadalajara, León, Irapuato, Monterrey, Toluca, Querétaro, Nezahualcoyotl y Puebla, en México.
Participantes: 24.
Partidos jugados: 52.
Goles anotados: 132 (promedio: 2,54 tantos por partido).
Mejor ataque: Argentina, con 14 goles.
Goleador: Gary Lineker (Inglaterra), con seis tantos.
Total de espectadores: 2.393.331 (promedio: 46.025 por partido).
Resultado de la final: Argentina 3-Alemania Occidental 2, el 29 de junio de 1986, en el Estadio Azteca, de Ciudad de México (México). En ruta al título, la Albiceleste ganó el grupo en la primera fase ante Corea del Sur (3-1), Italia (1-1) y Bulgaria (2-0); luego eliminó a Uruguay (1-0), en los octavos de final; a Inglaterra (2-1), en los cuartos de final; y a Bélgica (2-0), en las semifinales.
Posiciones finales de México 1986: 1-Argentina (campeón mundial). 2-Alemania Occidental. 3-Francia. 4-Bélgica. 5-Brasil. 6-México. 7-España. 8-Inglaterra. 9-Dinamarca. 10-Unión Soviética. 11-Marruecos. 12-Italia. 13-Paraguay. 14-Polonia. 15-Bulgaria. 16-Uruguay. 17-Portugal. 18-Hungría. 19-Escocia. 20-Corea del Sur. 21-Irlanda del Norte. 22-Argelia. 23-Irak. 24-Canadá.
NÓMINA DEL CAMPEÓN DE 1986: ARGENTINA
Porteros: Nery Alberto Pumpido (River Plate), Luis Alberto Islas (Estudiantes) y Héctor Miguel Zelada (América, México).
Defensas: José Luis Cuciuffo (Vélez Sarsfield), Néstor Clausen (Independiente), José Luis Brown (Brest, Francia), Óscar Ruggeri (River Plate), Daniel Passarella (Inter de Milán, Italia), Julio Olarticoechea (Nantes, Francia) y Óscar Garré (Ferro Carril Oeste).
Volantes: Sergio Batista (Argentinos Juniors), Héctor Adolfo el Negro Enrique (River Plate), Jorge Burruchaga (Nantes, Francia), Diego Armando Maradona (Nápoli, Italia), Ricardo Bochini (Independiente), Sergio Almirón (FC Tours, Francia) y Ricardo Giusti (Independiente).
Delanteros: Jorge Valdano (Real Madrid CF, España), Claudio Borghi (Argentinos Juniors), Pedro Pablo Pasculli (Lecce, Italia), Carlos Tapia (Boca Juniors) y Marcelo Trobbiani (Elche, España).
Director técnico: Carlos Salvador Bilardo.
EQUIPO IDEAL DE MÉXICO 1986
Formación: 1-4-3-3.
Guardameta: Jean Marie Pfaff (Bélgica).
Defensores: Josimar (Brasil), Morten Olsen (Dinamarca), Julio César (Brasil) y Manuel Amorós (Francia).
Mediocampistas: Jorge Burruchaga (Argentina), Luis Fernández (Francia) y Jan Ceulemans (Bélgica).
Delanteros: Preben Eljaer Larsen (Dinamarca), Gary Lineker (Inglaterra) y Diego Armando Maradona (Argentina).
Treinta y siete años después de la “Mano de Dios” y “El Gol del Siglo XX”
“El Estadio Azteca rinde homenaje a Diego Armando Maradona por su extraordinario gol anotado en el partido Argentina-Inglaterra con el cual pasaron a las semifinales. 22 de junio de 1986”, recuerda la placa clavada en piedra volcánica de la base del “Gigante de Santa Úrsula”, en Ciudad de México.
Aunque esta placa no precisa cual es el gol “extraordinario” de los dos que Maradona hizo ese día en un partido “mágico” que merece el calificativo de “extraordinario”.
Justo siete días después de aquellos extraordinarios goles, la Argentina de Maradona levantó el la Copa Mundial, la segunda que ganaba después del cetro de “Argentina ’78”, éxito del que se cumplieron ya 37 años esta semana.
Maradona rozó el cielo en esa jornada cuando con ingenio calificó como “la Mano de Dios” el gol que firmó recién iniciada la segunda mitad, justo antes de regatear a seis ingleses desde su propio terreno para marcar el segundo, el gol del siglo pasado.
Sus goles tuvieron como testigos a 114.580 aficionados que estaban en el Estadio Azteca, el templo del fútbol mexicano que celebró 56 años de existencia el pasado mes de mayo.
Este 22 de junio del 2023, fecha en que se cumplió el 37 aniversario de los goles mágicos. Pero como ocurre desde hace tiempo, y sobre todo desde la muerte del astro argentino el 25 de noviembre del 2020, esta es una fecha muy especial. El 22 de junio de 1986, la Selección de Argentina que dirigía Carlos Salvador Bilardo se imponía 2-1 ante Inglaterra con dos goles de Diego, a los 51 y 55 minutos.
El Gol del Siglo XX fue el segundo y marcó la historia por la enormidad de aquella jugada en la que El Diez gambeteó a seis ingleses que quedaron desparramados por el campo de juego.
Pero antes fue La mano de Dios, aquella increíble genialidad de Maradona: tras recibir un pase de Julio Olarticoechea se la pasó a Jorge Valdano, que no logró controlar el pase y la perdió con Hodge, quien intentó pasársela al arquero, Peter Shilton, sin notar que Diego corrió hacia el área, saltó y se le anticipó. “Lo hice con la cabeza de Maradona pero con la mano de Dios”, dijo tiempo después.
En sus libros autobiográficos Yo soy el Diego (2000) y Diego Armando Maradona: Así ganamos la copa México 86, mi Mundial, mi verdad (2016), el Pibe de Oro escribió ampliamente de sus dos goles a los ingleses, en lo describió fue “una final” en su obligación de ganarle a un país y no a un equipo de fútbol, en honor a los compatriotas fallecidos y heridos en la Guerra de las Malvinas. Aquí presentamos algunos extractos de sus comentarios.
“Ahora sí puedo contar lo que en aquel momento no podía. Mis dos goles a Inglaterra tuvieron una trascendencia diferente… El primero de los dos tantos lo definí en aquel momento como ‘La mano de Dios’… Qué mano de Dios, ¡fue la mano de Diego! Y también fue como meterle la mano en el bolsillo a los ingleses y robarle la billetera con una plata que no era de ellos.
“Del gol con la mano no me arrepiento en absoluto. ¡No me arrepiento en lo más mínimo!, con el respeto que me merecen hinchas, jugadores y dirigentes. Porque yo crecí con esto, porque en Fiorito, en los Cebollitas –y luego en Argentinos Juniors, Boca Juniors y Nápoli–, yo hacía goles con mano permanentemente. Y lo mismo hice adelante de más de 100.000 personas que no me vieron… Porque todo el mundo se quedó gritando el gol. Y si lo gritaron, es porque no tenían ninguna duda. Así que, ahora, ¿cómo vamos a echarle la culpa a mi amigo el árbitro tunecino?
“Nadie se dio cuenta, en el momento: me tiré con todo. Ni yo sé cómo hice para saltar tanto. Metí el puño izquierdo y la cabeza atrás, el arquero Peter Shilton ni se enteró y Terry Fenwick, que venía atrás, fue el primero que empezó a pedir mano. No porque la haya visto, sino porque no entendía cómo podía haberle ganado en el salto al arquero.
“Jorge Valdano me había dado el pase: habíamos tirado una pared, lo apuntaron, me devolvió un adoquín, porque otra no le quedaba, y yo salté, salté con el arquero y el puño arriba, pero detrás de la cabeza… Golazo, golazo, a llorar a la iglesia… Le gané un juicio a un diario inglés inglés que tituló “Maradona, arrepentido”, cosa que jamás se me pasó por la cabeza. Ni ahí, inmediatamente, ni treinta años después… Ni hasta el último suspiro, antes de morirme. Como le contesté a un periodista inglés, de la BBC, un año después: “Fue un gol totalmente legítimo, porque lo convalidó el árbitro. Y yo no soy quién para dudar de la honestidad del árbitro”. Me querían matar todos, por supuesto.
“Lo mismo le dije a Gary Lineker, cuando estuvo en mi casa, en Villa Devoto, de Buenos Aires, para hacerme una entrevista, también para un canal inglés. Lo primero que me preguntó fue: “¿Lo hiciste con tu mano o con la mano de Dios?”. Y yo le contesté: “Fue con mi mano. Pero con esto no quiero faltarles el respeto a los hinchas ingleses”.
“Me acuerdo de que Lineker me dijo que una jugada así, en Inglaterra, la consideraban trampa, y tramposo al que la hacía. Yo le dije que, para mí, era picardía. Y pícaro el que la hacía. El diálogo fue lindo, yo lo sentí de futbolista a futbolista. “Yo le echo la culpa al referí y al asistente, no a vos –me dijo–. Y el segundo gol fue la primera y única vez en toda mi carrera que tuve ganas de aplaudir un gol del rival…”. Un grande, Lineker, siempre terminamos hablando así cuando nos vemos.
“Es cierto, con tecnología, mi gol no hubiera sido convalidado. Tampoco Inglaterra tendría la Copa del Mundo que tiene, porque el gol que le dan en el Mundial de ellos en el ’66 es vergonzoso: medio metra afuera, y se lo dan. Y hoy yo estoy de acuerdo con la tecnología. Es más, la voy a promover en la FIFA si me dan algún día la oportunidad. Ya estamos hablando de que todo el mundo, todo el deporte, quiere transparencia, quieren gritar un gol justo después de ver la repetición, para saber si le pegó con la rodilla o la agarró con la mano, como pasa en el fútbol americano, en el rugby, en el básquet. No podemos estar nosotros, los del fútbol, alejados de la tecnología. Entonces ayudemos, en serio lo digo.
“Mi mayor satisfacción fue el segundo gol a Inglaterra. No se compara con nada y va más allá de cualquier copa. Sentí que ganamos con eso algo más que un partido de fútbol. Vencimos bien a un solo país. El fútbol no tenía nada que ver con la Guerra de las Malvinas (1982). ¡Mentira! En nuestra piel estaba el dolor de los que habían muerto y de los familiares de los chicos caídos en las Malvinas. Les di un respiro, les di un consuelo, y eso no lo va a poder hacer nadie más… Nadie más. Porque no va a haber otra guerra, porque no puede volver a haber otra guerra… Es imposible. Hice culpables a cada jugador inglés de lo que sucedió.
“Ese segundo gol lo tapó todo. Fue un súper gol… Tras eludir al primer rival, quise correr con la bola en los pies. Tenía la sensación de que dejaría a todos atrás… y lo hice. Se dice que es el gol más grande de la historia de los Mundiales; eso me llenó de orgullo y me comprometió por el resto de mi carrera deportiva… Es posible que haya un gol más bonito, sí… Pero no creo, je.
“Aquello fue algo único… No se puede poner en palabras. No se puede escribir, no se puede decir. No sé si, como muchos dícen, une el talento y la trampa de los argentinos. No lo sé y no me importa. Pero sí sé una cosa, y la tengo bien clarita, se enoje quien se enoje. Si yo fuera uno cualquiera, uno de Villa Florito, diría: ‘Cómo me hubiese gustado hacerle un gol con la mano a Inglaterra y un súper gol’. Si fuera cualquiera, un argentino de Villa Florito, juro que pensaría así”.
Del juez que no vio la mano… al portero que sufrió los goles
El que definitivamente no vio la mano, pero sí validó el tanto, fue el árbitro de Túnez, Alí Bennaceur, quien todavía hoy a sus 79 años defiende su decisión al señalar que lo marcó como bueno porque su línea, el búlgaro Bogdan Dotchev, corrió al centro del campo.
En el 2015, durante un viaje a Túnez, Maradona se reunió con Bennaceur y le ofreció su amistad eterna al regalarle una camiseta de la Selección de Argentina con la dedicatoria: “para Alí, mi amigo eterno”; el árbitro le correspondió con una foto del día del juego.
Aquel tanto entró en los anales de la historia por tres razones: la picardía de Maradona, que como repitió en varias ocasiones actuó por instinto y miró de forma repetida al línea para ver si lo concedía; la narración apasionada del locutor Víctor Hugo Morales, que desde el inicio advirtió el toque con el puño del pequeño ante el gigante, y lo que significó para Argentina como nación orgullosa en el contexto de revancha bélica por la Guerra de las Malvinas que precedió en la prensa.
Ya retirado, Bennaceur aseguró siempre que el gol de la “Mano de Dios” no fue su responsabilidad y se siente orgulloso de haber pitado un partido en el que estuvo “el mejor jugador del mundo”, conservó su camiseta y vio el mejor gol del siglo.
Luego, en diciembre del 2020, Alí aseguró a la agencia española EFE que no vio la picardía del Pelusa y se mostró orgulloso de su actuación aquel caluroso día, porque en su opinión con su decisión de aplicar la ley de la ventaja contribuyó a que el mundo disfrutara del conocido como “gol del siglo”.
En esta entrevista en Túnez, el tunecino afirmó, además, que aunque el videoarbitraje (VAR) es un instrumento útil no evitará que se produzcan y repitan errores, ya que “no es preciso y puede ser manipulado”.
–¿Qué recuerda de aquel 22 de julio de 1986 en el estadio Azteca?
–Como siempre he dicho, la “Mano de Dios” no fue mi responsabilidad. En mi 1986 no había árbitros principales y jueces de línea. Todos ejercíamos unas veces de árbitros y otras de jueces de línea. A los 42 árbitros de diferentes nacionalidades que estábamos la FIFA nos dio una consigna bien clara: si vuestro amigo, el que arbitra contigo, está en mejor posición y ve mejor la secuencia y la situación debes tomar en consideración su intervención”, señala Bennaceur que estaba muy lejos de la jugada.
–Pero el juez de línea, Bogdan Dochev, asegura lo contrario, que la directiva de la FIFA no permitía contradecir al árbitro principal.
–Si usted observa el vídeo de la “Mano de Dios”, yo empiezo a recular hacia el centro y miro a mi colega porque tengo dudas ya que Shilton, el portero, me daba la espalda pero estaba de cara a mi colega en la banda. Así que apliqué la consigna de la FIFA, él me confirmó el gol y yo continué con el partido de forma natural. Porque para mí el gol era legal, ya que mi colega me lo había confirmado.
–¿Qué más recuerda de aquel día, a parte del calor?
–Luego vino el segundo gol que ocurrió allí, el que llaman “el Gol del Siglo”, y en el que con toda la modestia participé porque cuando él arrancó trataron de derribar a Maradona, y aún así continuaba, porque era un gran jugador, y yo estaba detrás de él y le decía en todo momento, “ventaja, ventaja” hasta que el marcó ‘el gol del siglo’, asegura el árbitro, que como la anterior siguió muy de lejos el gambeteo más famoso del siglo XX.
–Habló después del partido con los ingleses, ¿qué les dijo cuando supo que el gol había sido con la “Mano de Dios”?
–Yo ya dije en la BBC de Londres que hablé con Peter Shilton, que le expliqué de la misma manera que no fue mi culpa, que fue la responsabilidad de mi colega que estaba en la banda y le dije otra cosa que le dejó contento: y creo que es verdad. Aunque el partido se disputaba en un gran estadio como era el estadio Azteca, con más de 100.000 espectadores, con todas las televisiones del mundo emitiendo ese encuentro, que se disputaba a mediodía con una temperatura de 42 grados a la sombra, cuando Inglaterra redujo la ventaja yo estaba orgulloso de mi actuación, me quería quedar más tiempo en el campo, esperaba que Inglaterra igualara para que hubiera prórroga. A mí, como árbitro, solo me importaba hacerlo bien, me daba igual que ganara Inglaterra o Argentina. Yo estaba ahí para cortar y defender a los jugadores”.
–Ahora existe el VAR y goles como el de Maradona no podrían ya darse. ¿Qué le parece esta innovación?
–El VAR está bien, pero no va a evitar los errores. ¿Por qué? Porque los árbitros del VAR pueden dar imágenes y secuencias que no son reales. No dan todas las secuencias, y por eso el árbitro principal no puede juzgar bien”.
–¿Qué le explicó Maradona sobre el gol cuando le visitó en Túnez hace unos años, en el 2015?
–Cuando me visitó en mi casa, alguien le preguntó que porqué utilizó “la mano De Dios”. Y él respondió de una manera muy inteligente. ‘Yo quería derrotarlos, yo quería ganar y quería ganarlos de la manera que fuese’, me dijo”.
–¿Y qué le contestó usted?
–Yo he arbitrado a muchos buenos jugadores, pero Maradona era otra cosa. Además de su cualidades técnicas, tenía un carácter revolucionario con el que quería ganar de todas las maneras posibles. Cuando fue a visitarme, le dije a mi intérprete que le dijera que no había sido Argentina la que había ganado el Mundial, que había sido Maradona quien había ganado la copa porque él hizo los dos goles, ‘la mano de Dios’ y el gol que fue elegido ‘el mejor del siglo’. Un gran hombre que amaba su país y su camiseta e incluso si perdía no bajaba los brazos y continuaba jugando.
–Ahora existe el debate Messi-Maradona. ¿Qué opina?
–Maradona fue un gran señor, un gran jugador, y un gran amigo. Es una leyenda que ha dejado sus trazos en el fútbol porque ademas de gran jugador tenía un carácter especial que hacía que le amase todo el mundo, lo pobres y los demás. Era como un gran guerrero que no hacía trampas en el esfuerzo. Es una leyenda del fútbol.
EL VILLANO DE LOS INGLESES POR “LA MANO DE DIOS“
Por su parte, el exjugador inglés de 73 años, Peter Shilton, galardonado con la Orden del Imperio Británico e integrante del Salón de la Fama del fútbol inglés por sus servicios a este deporte, fue la víctima en los cuartos de final del Mundial de 1986 cuando recogió dentro de la portería el balón en los dos tantos de Diego Armando Maradona, en especial la famosa “mano de Dios”.
Ninguno de los 125 partidos como internacional con Inglaterra lo marcó tanto como el disputado ante la Argentina del Pelusa, ese 22 de junio de 1986, tal y como se señala en su página de Internet, en la que, además, asegura que ahora se dedica a dar conferencias, tras recuperarse de problemas financieros causados por malas decisiones empresariales y los juegos de azar.
Maradona poseía “grandeza pero no deportividad”, afirmó Shilton, que fue víctima del famoso gol de la ‘mano de Dios’ en los cuartos de final del Mundial de 1986.
Años después, Shilton aseguró al diario Daily Mail en el 2020, tras fallecer el argentino a los 60 años, que le disgustaba que la leyenda del fútbol argentino nunca se hubiera disculpado por el primero de sus dos goles en la victoria por 2-1 en México.
Maradona, a quien Shilton describió como ‘el mejor jugador al que me he enfrentado’, marcó dos veces más en la victoria de semifinales contra Bélgica y levantó la Copa del Mundo después de que Argentina derrotara a Alemania Occidental en la final.
‘Lo que no me gusta es que nunca se disculpó’, dijo Shilton. ‘En ningún momento dijo que había hecho trampa y que le gustaría pedir perdón’, añadió.
‘En su lugar, usó su frase de ‘la mano de Dios” y ‘eso no estuvo bien’, afirmó. ‘Parece que tenía grandeza, pero desgraciadamente no deportividad’.
Shilton, que ganó la Copa de Europa dos veces con el Nottingham Forest, añadió: ‘Mi vida ha estado ligada durante mucho tiempo a la de Diego Maradona, y no de la manera que me hubiera gustado’.
‘Pero me entristece oír que murió tan joven’, aseguró. ‘Fue sin ninguna duda el mejor jugador al que me he enfrentado y mis pensamientos están con su familia’
Shilton afirma que el equipo de Inglaterra todavía estaba noqueado por la ‘trampa’ de Maradona cuando el astro argentino marcó su sublime segundo gol: ‘Fue un gran gol, pero no teníamos dudas, sin el primer gol no habría marcado el segundo’.
Shilton, que llegó a las semifinales del Mundial de 1990, donde Inglaterra perdió ante Alemania en los penales, aseguró también haber tenido en varias ocasiones la oportunidad de aparecer junto a Maradona.
‘Mi posición fue siempre la misma, que lo haría con agrado si pensara que él iba a pedir disculpas’, dijo. De ser así, ‘le habría estrechado la mano. Pero nunca me dieron ninguna indicación de que eso fuera a suceder’.
‘Una vez me pidieron que fuera a un programa de televisión con él en Argentina. Pero de nuevo no me pareció bien’, relata. ‘Sentí que todo iba a ser un truco, así que me mantuve alejado y creo que tomé la decisión correcta’.
El exportero inglés dice esperar que el notorio gol no eclipse la asombrosa habilidad de argentino: ‘Espero que no manche el legado de Maradona’.
‘Como dije, fue un gran jugador (…) ahí arriba con gente como Pelé’, subrayó. ‘Tenía un talento especial y es difícil creer que haya fallecido con sólo 60 años’, concluyó Peter Shilton.
Otro inglés, el exvolante Steve Hodge, fue uno de los protagonistas de uno de los partidos más célebres de la historia de los Mundiales, al despejar mal el balón y propiciar el gol de “la mano de Dios”, y se llevaría, además, un recuerdo legendario: la camiseta del Pelusa, que la intercambió sin saber que el argentino había anotado el primer gol con la mano. “De haber sabido lo que había pasado, no hubiera intercambiado la camiseta con él”, revivió el británico en entrevista con FIFA.com en junio del 2016.
“Me habría enojado mucho si hubiera tenido la certeza de que se había aceptado un engaño como aquel. Maradona actuó mal y tenía que haberlo admitido después del partido. Sin embargo, no culpo a nadie, porque nadie hubiera podido cambiar lo que pasó. Yo lo tenía muy claro: nos han eliminado, regresemos a casa. Por mucho que nos quejáramos, nada iba a cambiar”, agregó Hodge.
Aquella mítica camiseta se la cedió el exjugador al Museo Nacional del Fútbol de Inglaterra, donde se exhibe desde el 2002. Hodge y Maradona quedaron así unidos para siempre por “La mano de Dios” y por el intercambio de camisetas después del encuentro,
Cuatro años después del éxtasis triunfal de “México ’86”, Argentina perdió la final del Mundial de Italia 1990 ante Alemania con un gol convertido por un penal que el mismo Maradona asegura que se inventó el árbitro mexicano-uruguayo Edgardo Codesal.
En 1994, Maradona fue expulsado de la Copa del Mundo de Estados Unidos por haber dado positivo en un control antidopaje por efedrina y en 1998 eliminó a Inglaterra en la ronda de octavos para perder ante Holanda en los cuartos de final. Para el Mundial de Corea y Japón 2002, la Albiceleste fue eliminada en la primera ronda del grupo que compartió con Suecia, Inglaterra y Nigeria.
En Alemania 2006 perdió en los cuartos de final en los penales ante Alemania, que nuevamente los eliminó en la misma etapa de Sudáfrica 2010, dirigidos por el Pelusa. En Brasil 2014 perdió la final de 2014 frente a Alemania por 1-0, y Diego lo sufrió en el palco de honor del Estadio Maracaná, de Río de Janeiro. Lo cierto del caso es que, para el ya fallecido Diego Armando Maradona, nada volvió a ser lo mismo a “México ’86”.
Galería de fotos: La magia de Diego Maradona en “un clima de guerra” ante Inglaterra
Diez curiosidades del “Gol del Siglo” de Maradona a los ingleses
Fueron poco más de 10 segundos los que le alcanzaron al astro de Argentina, Diego Armando Maradona para llegar al arco del inglés Peter Shilton hasta convertir el Gol del Siglo XX, que quedó grabado para siempre en la historia del fútbol mundial y, especialmente, en el corazón de los aficionados de la Albiceleste. Este jueves 23 de junio del 2023 se cumplieron 37 años de la jugada magistral, que se presentó en el estadio Azteca, de Ciudad de México, por los cuartos de final de la Copa del Mundo de la FIFA “México 1986”. Aquí las 10 curiosidades que arrojaron esa obra de arte del Pelusa, según el estudio del diario Página 12, de Argentina.
-10.6 segundos fueron los que necesitó Maradona para llegar hasta el arco del arquero británico Peter Shilton y convertir el gol del siglo.
-52 metros debió atravesar el capitán del seleccionado argentino para coronar su obra de arte.
-En total, dio 44 pasos y fueron 12 toques al balón con el pie izquierdo.
-Seis ingleses, entre jugadores de campo y el arquero, fueron los rivales que quedaron desparramados en el césped en su intento por frenar a Maradona.
-36 minutos restaban de partido cuando Maradona selló el 2 a 0 a través de su inolvidable corrida. A falta de 9 minutos para terminar el juego, Gary Lineker descontaría para el equipo inglés, pero sería Argentina quien celebraría el pase a la semifinal.
-25 años tenía Diego Armando Maradona cuando jugó la Copa del Mundo de 1986.
-Cinco fueron los goles de Diego convertidos durante el Mundial disputado en México en 1986. El ‘Gol del Siglo’ fue el segundo a los ingleses.
-Siete fueron los encuentros jugados por Maradona con la Selección argentina en la Copa del Mundo de 1986.
-El partido frente a los ingleses fue el número 33 de Diego vistiendo la camiseta de la Selección Argentina y el número 10 en Mundiales.
-El gol del número 10 fue visto hace 37 años por 114.580 espectadores presentes en el estadio Azteca, con una temperatura que rondaba 30 grados centígrados.
La increíble historia argentina de la camiseta azul ante Inglaterra
El mítico encuentro entre Argentina e Inglaterra por los cuartos de final del Mundial de México significó aquella tarde del 22 de junio de 1986 la consagración para Diego Armando Maradona, primero con la famosa “Mano de Dios” y luego al inmortalizar “el Gol del Siglo XX”, el más recordado gol de la historia de los Campeonatos Mundiales de Fútbol.
Existen mil historias que argentinos, ingleses y los fanáticos del fútbol conocen casi de memoria sobre este duelo histórico. Sin embargo, pocos sabían el relato que divulgó en los últimos años el propio Maradona sobre el origen de la posteriormente legendaria camiseta azul argentina que se metió en la historia grande.
Según escribió el astro argentino, el equipo venía utilizando diferentes modelos de camisetas en las eliminatorias mundialistas y también durante los entrenamientos y hasta en los partidos del Mundial de “México ’86”. Y la obligación de tener que usar la camiseta alternativa frente a Inglaterra puso en un aprieto al plantel. Es que la vestimenta azul que había era pesada y gruesa, además de que varios jugadores habían cambiado las suyas con sus colegas de Uruguay en el partido previo de octavos de final, que ganaron 1-0 en una lluviosa Puebla. De hecho, el propio Maradona la había intercambiado nada menos que con el astro charrúa Enzo Francéscoli.
¿Qué se decidió hacer entonces? El Pelusa o Pibe de Oro lo relató con detalles hace algunos años: “Como el partido contra Inglaterra iba a ser a las 12 del mediodía, con 40 grados de calor, nuestro técncio, Carlos Salvador Bilardo, quería unas camisetas más livianas. Y consiguieron unas en el Distrito Federal, justo el día anterior al partido”.
Se hicieron algunas pruebas. La primer versión tenía un escudo argentino de goma, de acuerdo al sitio Goal.com. Sí, era de goma, pegado a la camiseta y con números blancos en la espalda. Pero, finalmente, nos decidimos por un escudo cocido así nada más, con cuatro puntadas. Y con unos números plateados de fútbol americano en la espalda. “Una locura, pero era lo que había…”, recordó el ya fallecido Maradona.
Tras esta situación, el también exentrenador de la Selección de Argentina, Carlos Salvador Bilardo, prosiguió su historia con un video increíble en el que se observa a varias mujeres mexicanas que trabajaban en el Club América (donde se concentraba la Albiceleste), quienes se encargaron de coser los números de las nuevas camisetas. ¿Cuál fue el hecho curioso? En la filmación se ve a Jorge Burruchaga con la camiseta de Noruega y la persona que filma es Néstor Clausen.
FUENTES CONSULTADAS: Facebook de Diego Armando Maradona, libros “Yo soy el Diego” (2000); Tomo 5 del coleccionable “Los Mundiales de Fútbol” (2010) y “Diego Armando Maradona: Así ganamos la copa México 86, mi Mundial, mi verdad” (2016); revista “El Gráfico” (Argentina); sitios de Víctor Hugo Morales, “BBC” (Inglaterra), Goal.com, Yahoo Deportes, AS.com de Argentina, “Página 12” (Argentina), “BBC Mundo” (Inglaterra), Nacion.com, YouTube, Cadena ESPN (Estados Unidos), Agencia EFE y archivo de Rodrigo Calvo (sitio “Buzón de Rodrigo”).