El Torneo de Clausura 2019 ya registra seis fechas disputadas y, en el fondo de nuestra alma, quisiéramos que fuera algo distinto a muchos anteriores, en donde los protagonistas siempre fueron los clubes tradicionales, el Deportivo Saprissa, la Liga Deportiva Alajuelense y el Club Sport Herediano, con uno que otro “colado” de los llamados “equipos pequeños”, adjetivo que no me gusta utilizar, pero que se ha convertido en regla.
En realidad, no hay ni “pequeños” ni “grandes” equipos, sino unos bien organizados y otros menos disciplinados. Tan es así que no pocas veces los supuestamente “pequeños” le ganan a los “grandes”.
Grecia, Guadalupe y San Carlos han demostrado tener buenos equipos. Lo demostraron en las primeras fechas, especialmente como visitantes, al ofrecer buenos espectáculos. Pienso que ese es el llamado a completar los equipos que jugarán las finales.
De Cartaginés no podemos hablar aún porque aunque se han organizado administrativamente intentando salir del bache económico, lo cierto del caso es que eso no demuestra su poderío futbolero, que es muy irregular. Hay que esperar más partidos, tanto en su estadio como de visitante, y apostemos por los brumosos.
Pérez Zeledón y Limón FC son equipos que podrían dar una sorpresa, como en el pasado. Limón, cantera de excelentes jugadores, debe plantarse en que su equipo, de resultar bueno, no sea desmembrado al final del campeonato. Para eso necesitará de buenos patrocinadores, más de los ya sacrificados.
Los demás equipos, Carmelita y la Universidad de Costa Rica, deberán demostrar que pueden seguir en la Primera División. Sigo siendo del criterio que para hacer más atractivo el campeonato, deberá reformarse en lo siguiente: que el campeón de la segunda categoría suba automáticamente; mientra tanto, el segundo y tercero de la División de Ascenso, junto con el penúltimo y antepenúltimo de la primera división, jueguen una cuadrangular final para ver quiénes se queda o sube a la máxima categoría.
Acepto retos para señalar un campeón y subcampeón de la primera división. Cuando el campeonato comenzó el mes pasado, pensaba que el primer y segundo puesto se lo disputaban Alajuelense y Saprissa. Creo que Herediano se desgastó demasiado en el semestre anterior que acaba de pasar y en el que alcanzó dos títulos, el de la Liga de la Concacaf y el del Torneo de Apertura 2018.
Pero el panorama de apostar por manudos y tibaseños para ser monarcas del actual campeonato cambió radicalmente en las siguientes jornadas del Clausura 2019. Desde luego que, a como están las cosas hoy, estoy perdiendo mi pronóstico, sin duda alguna. Me han quedado mal ambos equipos.
También dije que San Carlos podría ser el cuarto lugar que se le puede colar a los tradicionales, y por ahí lo sigo manteniendo.
Aposté también por Pérez Zeledón, Limón y Santos para que completaran ese cupo, y los de Guápiles le han quedado mal a todos sus seguidores. Los otros dos esperemos que no se nos “desinflen” pronto.
El Cartaginés ha mejorado ostensiblemente. Al jugarse este fin de semana la sétima fecha, nos encontramos con un Municipal Grecia ubicado en un primer lugar con 13 puntos, un Guadalupe con 11, siendo dos de los equipos que indiqué debían demostrar que pueden jugar en la Primera División.
El Saprissa ocupa el sexto lugar, Alajuelense en el décimo y Herediano en el décimo primero. Esto nos hacen pensar y deducir que, o dejan de subestimar a los no tradicionales, o les costará levantar vuelo. Si se duermen en la cazuela, creyendo que todo es un “accidente”, terminarán cocinados.
Eso me motiva a hablar del “fanatismo” que prevalece en nuestro Campeonato Nacional de Fútbol. Todos somos fanáticos, entrenadores y estrategas; y cuando nos creemos lo que no somos, nos va muy mal. Y ponemos en aprietos a entrenadores y directivos de los equipos.
Ciertamente a la afición hay que escucharla. Y pobrecitos, sin nada de duda, los entrenadores y directivos. Tienen que oír programas de radio, leer todos los días opiniones que cada vez que se pierde, son contrarias a sus intereses y a sus planes. Con pachuquismo incluido, lo que es deplorable y debe acabar. No se vale ofender a nadie.
Para mi es absurdo que, en la sexta fecha, despidan entrenadores y lo peor, contraten más de lo mismo. El colombiano Hernán Torres regresa a Alajuelense, el portugués Guilherme Farihna lo hizo en Carmelita, y quien saben cuántos más vendrán. No hay creatividad, pienso lo que puede estar asociado a que no hay plata, al final de cuentas.
El técnico morado, Vladimir Quesada, está en alitas de cucaracha, a causa no de lo mal o bien que juega su equipo intermitentemente, pues tiene siete puntos. Pero ganando su próximo partido haría 10 unidades y estaría en tercer lugar, a no ser que gane Cartaginés, sino por lo que no sabe hablar.
Es más fácil aceptar el error de malas decisiones en cuanto al planteamiento táctico de los partidos o al hacer las alineaciones, que hablar y no decir nada. Me extraña que su gerente deportivo, Evaristo Coronado, o bien el Presidente del club, Juan Carlos Rojas, no hayan puesto en el cargo al mismo asistente técnico Víctor Cordero, quien lo hizo bien al principio, o a poner a otro interlocutor a explicar por qué se gana o se pierde.
Compararse con el Real Madrid o decir que se pierde por “accidente” o por el clima, sin aceptar que se equivocó al dejar a Marvin Angulo y a Michael Barrantes en el banco de suplentes por rotación de su equipo, amerita mejores explicaciones posteriores.
Por esa razón, Vladimir se podría ir del equipo, y no precisamente por cuestiones de conocimiento técnico. Aunque muchos cuestionan eso también. Sin embargo, si de mi dependiera, lo dejo en su puesto y solo lo relevo de dar conferencias de prensa.
Si Saprissa gana en San Carlos sería una atenuante para el entrenador y para el equipo norteño no sería un descalabro. Los morados estarían un punto arriba del perdedor, San Carlos. Si los norteños triunfan contra los tibaseños, se acercarán al líder Grecia y sobrepasarán a Guadalupe. Pienso, más bien, que empatarán este encuentro.
Por su parte, el Herediano aún no se repone del letargo que le dejó el ser campeón. Pero ya se nota su orgullo de triunfador. A nadadito de perro, como el año pasado. Pienso que le ganará a la Universidad de Costa Rica (UCR) que, salvo un milagro, tiene asegurado el descenso por la tabla acumulada.
Los académicos están a 11 puntos de diferencia con Carmelita y eso es mucho, pero a falta de alrededor de 60 puntos totales, todo puede suceder. Si lo hicieron bien al inicio, no logramos comprender por qué se cayeron. No se la creyeron.
Este domingo 3 de febrero, Alajuelense y Pérez Zeledón no la tienen fácil. El primero querrá demostrar que era su entrenador y no los mismos jugadores los responsables de tan pocos triunfos. El segundo no querrá quedarse atrás y querrá comprobar que pueden seguir triunfando fuera de su estadio. Pienso que ganar es deber de Alajuelense.
Cartaginés deberá ganarle a Limón. De no hacerlo quedará claro que no es equipo regular o tradicional, lugar que dejó atrás hace rato de estar entre los llamados “grandes”. Y quedará claro igualmente, que están preparados solo para ganarle a Saprissa, Alajuelense o Herediano. Insisto en el problema mental de los equipos, si los brumosos perdieron contra los del Atlántico.
Limón tiene un equipo fuerte. Esos muchachos son increíblemente capaces y gladiadores. Sólo resta que sean humildes respecto a sus triunfos. De lo contrario se caen.
En mi opinión, Carmelita le ganará a Guadalupe, por razones mentales. Saben que a tantos puntos de disputa, la UCR se puede jalar una “torta”. Guadalupe juega bien, pero no son regulares.
Y el Municipal Grecia debe ganarle este fin de semana al Santos, que luce muy alicaído después de esa goleada 5-1 con San Carlos a media semana. Pero podría ser que mentalmente se preparen bien y den la sorpresa. Cosa que, por ahora dudo.