El portero costarricense Keylor Navas se vio envuelto este lunes en una farsa. La mascada tuvo dos escenarios: Manchester en Inglaterra y Madrid en España.
Con el cierre del mercado europeo de fichajes, la prensa española afirmó con regocijo que el portero David de Gea pasaría al Real Madrid y que Keylor Navas recalaría en Manchester.
Eso, por supuesto, cayó muy bien en el ánimo de la mayoría de los periodistas cercanos al club blanco pues, cual profecía autocumplida, un español sería el titular del Real Madrid.
Marca, As, El País y todos los diarios importantes destacaron el arreglo entre los clubes y la magnificaron como “la noticia”.
Olvidaron ciertos cabos sueltos: Primero la obligación ética de confirmar el asunto por medio de fuentes oficiales. Segundo, De Gea podría llegar gratis al Real Madrid en seis meses, pero si lo contrata ahora debe pagar 30 millones de euros. Tercero, Navas es bien visto por el técnico merengue, el español Rafael Benítez. Cuarto y no menos importante, el sábado todo el estadio Santiago Bernabéu lo vitorió al detenerle un penal a Rubén Castro en la paliza blanca 5-0 al Betis.
Al olvidar el principio básico del periodismo de confirmar “la noticia”, dieron rienda suelta a las especulaciones. Que De Gea ya es portero blanco fue la primera “exclusiva”. Que Navas pasaría al ManU fue su consecuencia lógica.
Con cierto rasgo de xenófobo, el diario As, tituló “De Gea ya es del Real Madrid; Keylor, a un paso del United”.
Algunos hasta se dejaron decir (claro, igual sin fuente), que Keylor ganaría el doble en el equipo inglés y que el técnico, el holandés Louis van Gaal, le había prometido la titularidad al nativo de Pérez Zeledón.
Manchester United, Real Madrid, De Gea y Keylor Navas, estaban tras bambalinas. Así suele ser cuando hay un traspaso: los actores de la trama se “esconden” para evitar decir algo que ponga en peligro la negociación.
Esto alimentó más el morbo y frenó cualquier grado de sensatez, pues a falta de una declaración oficial, se podía inventar cualquiera, con la ventaja de que la fuente no saldría a desmentirla porque, al hacerlo, se le preguntaría por los verdaderos alcances de la negociación.
Entonces, se publicaron notas del carro, la casa, las escuelas de los niños de De Gea en Madrid y de Keylor Navas en Manchester. Solo faltó si en el equipaje llevarían las mascotas.
Pero como toda puesta en escena, llegó el momento del fin. La BBVA, instancia que rige el fútbol de España, determinó que los papeles para la transferencia de De Gea al Madrid llegaron fuera del límite de tiempo.
Esta noticia cayó como balde de agua fría y no pocos medios se quedaron sin capacidad de respuesta. El hijo perdido, De Gea, no llegaría y, para peores, Navas se queda.
Bueno, eso último todavía no está del todo claro. Si bien el trámite de De Gea se complicó, nadie ha dicho nada oficial sobre el de Navas.
Para salvar la obra, se informó que el Real Madrid apelará ante la UEFA, donde supuestamente demostrará que los papeles sí llegaron a tiempo, pero eso es parte de un capítulo aún inédito.
De momento, falta dilucidar si antes del fiasco con De Gea, el cancerbero de la Selección Nacional aceptó irse a Manchester. De haberse dado, también habrá que establecer si se mantiene en firme tras el papelón con De Gea o si Navas se queda en el Madrid.
Ese también es otro capítulo, el cual no habría que extrañarse si producen ríos de tinta. Mientras tanto, lo claro es que algunos periodistas españoles tendrán una muy mala noche.