Franz Beckenbauer estuvo involucrado en el fútbol por más de siete décadas. Símbolo mundial de este deporte, campeón del mundo como jugador en 1974 y como técnico en 1990, falleció a los 78 años el 7 de enero del 2024. Un super monarca alemán y europeo con el Bayern Múnich y enorme capitán con la Selección de Alemania, campeón mundial en 1974. Luego monarca de la copa universal de la FIFA en Italia 1990 (archivo del Bayern Múnich, la Federación Alemana de Fútbol y archivo de Rodrigo Calvo/arte de Mario Calvo Castro).

La leyenda del fútbol mundial, el emperador Franz Anton Beckenbauer, falleció el 7 de enero del 2024 a los 78 años de edad en Salzburgo, Austria, con las evocaciones de su figura eterna que oscilaron entre la gloria del pasado y las sombras recientes que se desprendieron de escándalos relacionados con la organización del Mundial de Alemania 2006 y también con la concesión de los Mundiales de Rusia 2018 y Catar 2022.

Sin embargo, su nombre está irremediablemente ligado a la historia del Bayern Múnich y del fútbol alemán en general, como el mejor defensor de todos los tiempos. Dejó un legado difícil de superar en el fútbol.

Con la muerte de El Káiser, se va uno de los tres únicos personajes que fue capaz de ganar la Copa del Mundo tanto como jugador como entrenador. No es fácil obtener ese logro futbolístico.

Su muerte se produjo apenas dos días después de la del primero en alcanzar esta hazaña, el brasileño Mario Jorge Lobo Zagallo, quien campeonizó en 1958 y 1958 como jugador, y luego en 1970 como director técnico. El francés Didier Deschamps es el otro que lo consiguió, primero en 1998 como futbolista y capitán del seleccionado galo, y después en el 2018 en el banquillo de su país.

El alemán consiguió la gloria como futbolista en Alemania 1974, certamen en el que su escuadra se impuso en la final a Países Bajos por 1-2 en el Estadio Olímpico de Múnich. Aquel 7 de julio Beckenbauer registró su primera estrella, misma que repetiría 16 años más tarde con el rol en el banquillo.

Ya como entrenador de Alemania, Franz guió a su equipo al título del Mundial Italia 1990. Con cinco triunfos, dos empates, 15 goles anotados y cinco recibidos, Beckenbauer alzó la Copa en el Estadio Olímpico de Romas tras vencer 0-1 a Argentina.

Su apellido siempre irá unido a la elegancia. Su estilo, su finura, su espalda recta, su aspecto de pavo real a la hora de sacar el balón desde atrás, le sitúan en el olimpo del fútbol mundial.

Líbero de profesión, Beckenbauer inventó el oficio de elevar el nivel jerárquico del defensa. Su conducción de balón, su forma de levantar la cabeza para abrir el balón a las bandas, fueron conceptos que se han incorporado a los diccionarios y enciclopedias del fútbol. No había que ser un ‘tronco’ para presumir de demarcación.

Todo aquel central que se precie soñó con ser Beckenbauer. Todos los profesionales que lo vieron jugar soñaron con que algún día les compararan con una acción concreta con Franz Beckenbauer.

Campeón de todo

Durante su exitosa trayectoria en el balompié profesional, el líbero alemán se infló a levantar títulos, trofeos y pergaminos. Además de obtener dos Balones de Oro de la revista France Football, ganó tres veces la antigua Copa de Europa con el Bayern Múnich, en 1974, 1975 y 1976; y la Eurocopa de Naciones con Alemania en 1972. Sin olvidar que fue cinco veces monarca de la Bundesliga, en 1969, 1972, 1973, 1974 y 1982, los primeros cuatro con los bávaros y el último con el Hamburgo. Con los muniqueses se adjudicó cuatro Copas de Alemania, en 1966, 1967, 1969 y 1971; una Copa Intercontinental, en 1976, y la Recopa europea, en 1967. Y con el Cosmos de Nueva York, obtuvo tres Campeonatos de Estados Unidos, en 1977, 1978 y 1980.

Beckenbauer dignificó el manual del líbero. Logró mirar a los ojos desde la salida del balón a Johan Cruyff, icono del arte en aquel Mundial de Alemania en 1974 frente a Holanda, a la que derrotó 2-1 como el capitán enorme de los germanos. Luego incluso se divirtió con Pelé en el Cosmos de Nueva York, en aquel primer intento de Estados Unidos por popularizar el soccer. Lo consiguieron.

Comienzan por edad a marcharse de este mundo futbolistas de otra época. Beckenbauer es el penúltimo. El Kaiser es una marca registrada. Pocas marcas pueden presumir de usarse como sinónimo de un concepto que representan. Google, Kleenex, Jacuzzi… son algunas que certifican vocablos como buscador, pañuelos o bañeras hidromasaje. En el fútbol, el liderazgo, la clase van asociados siempre al término Beckenbauer. Y más a partir de hoy. Conozcamos más de su legado…

Nacido para el fútbol

Nacido el 11 de setiembre de 1945, Franz Anton Beckenbauer creció en el barrio muniqués de Giesing, cerca de Múnich, Alemania, y empezó a jugar con los infantiles del SC 1906 Múnich. En esa época el primer equipo de la capital bávara no era el Bayern sino el 1860 Múnich por el que el Beckenbauer estuvo a punto de fichar a los 13 años.

“Crecí en Giesing y ese territorio era del 1860. El Bayern era un club de Schwabing y eso nos quedaba muy lejos”, explicó Beckenbauer en una entrevista del 2020 con la revista 51, exclusiva para los socios del Bayern.

Sin embargo, un episodio que se ha hecho célebre terminó llevándolo al Bayern. Gerhard König, jugador de las categorías inferiores del 1860, lo abofeteó en un partido y Beckenbauer decidió que nunca jugaría en ese equipo.

Con la llegada de Beckenbauer al Bayern, su ascenso como jugador y el ascenso del club hasta las más altas cumbres de Europa se entremezclan como si fueran una sola historia.

Beckenbauer debutó en el primer equipo del Bayern en 1964, a los 18 años, en un partido que se saldó con una victoria por 4-0 ante el St Pauli y marcó un gol.

En 1965 el Bayern ascendió, con Beckenbauer, Josef Sepp Maier y Gerhard Gerd Müller, a la primera Bundesliga.

En 1966, Beckenbauer ganó la Copa de Alemania con el Bayern y fue subcampeón mundial con su selección. En ese momento ya era un ídolo sin que hubiesen llegado todavía los éxitos más grandes de su carrera.

Paul Breitner, compañero suyo en el Bayern, sostiene que con Beckenbauer el fútbol ganó mayor relevancia social en Alemania. Una anécdota que narra Rüdiger Zafranski hacia el final de su biografía del filósofo Martin Heidegger muestra la relevancia que llegó a tener en esos años la figura de Beckenbauer.

El director del Teatro Nacional de Friburgo de la época, cuenta Zafranski, se encontró con Heidegger en un tren y quiso empezar con él una conversación sobre literatura. Heidegger prefirió hablar de Beckenbauer al que calificó de “jugador genial” y de “invulnerable” en los duelos por el balón.

Éxitos con el Bayern Múnich y Alemania

Mientras tanto el Bayern Múnich, que hasta la fecha solo tenía un título, el de campeón alemán en 1932, se hizo grande. En 1967 los bávaros ganaron la Recopa que fue su primer título europeo. En el 69, Beckenbauer ganó su primera Bundesliga con el Bayern.

Entre 1972 y 1974 el Bayern se convertiría en el primer equipo en ganar tres temporadas seguidas la Bundesliga y entre 1974 y 1976 ganaría tres veces seguidas la vieja Copa de Europa.

En el 72, Alemania se alzó con la Eurocopa, con Beckenbauer como capitán que también ganaría el Balón de Oro. En 1974, en Múnich, la Alemania de Beckenbauer se coronó campeona del mundo al derrotar por 2-1 a la Holanda de Cruyff que era favorita.

Las tres Copas de Europa seguidas del Bayern y la derrota en la final de la Eurocopa en 1976 ante Checoslovaquia, con el legendario penal del volante Antonin Panenka, marcaron el fin del primer capítulo de la leyenda de Beckenbauer que volvió a ganar el Balón de Oro y, en 1976, fichó por el Cosmos de Nueva York donde se encontraría con Pelé.

En la biografía de Beckenbauer hay un personaje clave llamado Robert Schwann. Schwann era gerente del Bayern cuando Beckenbauer fichó con el club y descubrió pronto que podría convertir a la nueva figura del club en una máquina de hacer dinero.

Schwann, cuyo cargo en el Bayern al principio no era remunerado, se convirtió también en agente de Beckenbauer y le consiguió varios contratos publicitarios, lo que no era común en ese momento en el fútbol alemán.

Alemania fue el último país de Europa Occidental en aceptar la profesionalización total del fútbol. Uwe Seeler, el antecesor de Beckenbauer como capitán de Alemania, tuvo que pedir vacaciones en Adidas para jugar el Mundial de 1970 en México.

Uno de los momentos que encumbró a Franz Beckenbauer en el Olimpo del Fútbol fue su participación en el denominado “Partido del Siglo”, las semifinales entre Alemania e Italia de México 1970. Pese a la derrota germana por 4-3 en los tiempos extras, Beckenbauer se inmortalizó al disputar dicho encuentro con el hombro dislocado tras el choque ante Giacinto Facchetti. El Káiser siguió jugando con el brazo amarrado al pecho, pues ya no había cambios y no quería dejar en desventaja a su selección.

Una máquina de hacer dinero

Franz Beckenbauer, amparado por Schwann, lo apostó todo al fútbol y pronto se convirtió en una máquina de hacer dinero. A Schwann lo llamaban “el señor 20 por ciento”, en alusión al porcentaje que cobraba por cada contrato que le conseguía.

El historiador Hans Woller, en un libro titulado “Gerd Müller o cómo el dinero llegó al fútbol“, sostuvo además que Schwann creó un sistema de pagos adicionales, a espaldas del fisco, para aumentar los ingresos de Beckenbauer y el resto de estrellas del Bayern Múnich.

El sistema, además, contaba además con la complicidad de personas que pertenecían al gobierno regional bávaro.

En 1976, Beckenbauer se vio inmerso en el centro de un escándalo mediático después de que una revisión detectase que había ocultado al fisco ingresos por valor de 1,8 millones de marcos (unos 900.000 euros actuales). El ministro de Finanzas bávaro, según Woller, se ocupó de que el caso no pasara a mayores.

“Beckenbauer se hizo grande en un sistema en el que todo le estaba permitido y terminó convencido de que era así”, ha dicho Woller recientemente.

Walter Beckenbauer, el hermano del “Kaiser”, sostiene que Schwann creo un sistema en el que “Franz encontraba resueltos todos los problemas y eso le impidió hacerse adulto”.

La marcha al Cosmos de Nueva York pudo haber tenido que ver en parte con el escándalo de evasión fiscal y en parte con la separación de Beckenbauer de su primera esposa. Schwann tuvo que ver con el traspaso y terminó dejando el Bayern por conflicto de intereses.

Una ironía del destino es que Schwann murió justo en el 2015, el año en el que estalló el escándalo por las irregularidades del Mundial de Alemania 2006.

Del Cosmos neoyorquino al banquillo de Alemania

Entre 1973 y 1980, ya en Estados Unidos, Franz Beckenbauer ganó con el Cosmos tres ligas estadounidenses. De esos años en Nueva York queda además un retrato suyo hecho por Andy Warhol, que lo confirma como icono de la cultura popular. Y sus ingresos, por derechos de imagen y por aparición en anuncios publicitarios, siguieron aumentando.

En 1980, tras verlo en un partido amistoso, Günter Netzer, que era el director deportivo del Hamburgo, lo convence para regresar a Alemania y fichar por el equipo hanseático. En 1982, Beckenbauer gana su última Bundesliga, esta vez con el Hamburgo.

En 1983 volvió a Nueva York, otra vez a jugar en el Cosmos, pero pronto volvería a estar otra vez en el centro de los acontecimientos del fútbol en Alemania.

En la Eurocopa 1984 que se disputó en Francia, la selección alemana, tras una derrota ante España, cayó eliminada por primera vez en su historia en la fase previa lo que representó el final de la era del seleccionador Jupp Derwall “Solo Franz puede arreglar esto”, tituló el diario Bild en su primera página lo que fue el comienzo de una campaña mediática.

Ni la Federación Alemana de Fútbol (DFB, por sus siglas en alemán) había pensado en Beckenbauer como seleccionador ni Beckenbauer se había postulado para el puesto pero la fuerza de la campaña, y de los medios del grupo Alex Springer, terminaron imponiéndose.

Beckenbauer no tenía licencia de entrenador pero tratándose de él eso no era un problema. La DFB puso a su lado primero a Horst Koppel y luego a Holger Osieck que asumieron nominalmente el cargo de “entrenadores federales” mientras que para Beckenbauer se creó el cargo de “Teamchef”.

Beckenbauer, sin embargo, era el que mandaba. Ya en 1974, como capitán, había tomado el mando después de la fase de grupos.

Su carrera como seleccionador terminaría con el título mundial en Italia en 1990. Tras la final, mientras los jugadores celebraban ante la tribuna, Beckenbauer empezó a pasearse solo por el campo con la medalla colgada al cuello.

“Necesitaba calma para reflexionar y el único sitio donde no había gente era el campo”, explicaría después, cuando las imágenes de ese paseo solitario se habían convertido en parte de la memoria colectiva alemana.

Josef Sepp Maier, el portero de 1974 y entrenador de porteros en 1990, dice que tras el título mundial como entrenador la sensación que tenía todo el mundo era que, de ser necesario, “Franz podría caminar sobre las aguas”.

Tras el Mundial 1990, Beckenbauer tuvo algunas experiencias en los banquillos. Primero en el Olimpia de Marsella y luego, en dos ocasiones, en el Bayern cuando asumió como interino en 1993, para relevar a Erich Ribeck, y en 1996, como sustituto del destituido Otto Rehagel.

En 1991 se proclamó campeón alemán y dijo que ya no le hacía falta ganar nada más. En 1996 ganó la Copa de la UEFA aunque, tras dirigir al equipo solo en la final a la que había llegado con Rehagel, dijo que él no había tenido nada que ver “con eso” cuando los jugadores le pedían que cogiese el trofeo.

Sin embargo, en ese momento, Beckenbauer ya se había convertido ante todo en funcionario, sin dejar de percibir ingresos por derechos de imagen y contratos publicitarios múltiples.

Su etapa final como dirigente de fútbol

En 1991 había sido elegido vicepresidente del Bayern. En 1994 asumió la presidencia en la que se mantendría hasta 2009 sin dejar por eso de tener contratos publicitarios ni de trabajar como comentarista para la televisión y como columnista para el diario Bild.

Su siguiente gran proyecto fue llevar el Mundial a Alemania en 2006 y se puso al frente de la candidatura que terminó imponiéndose, lo que ayudó a agrandar su imagen de hombre bendecido por el éxito.

Una vez logrado el reconocimiento en los libros de futbol, Beckenbauer vivió en los últimos años de su existencia entre luces y sombras. Tras organizar el Mundial de 2006 en su país, estuvo en medio de la polémica por escándalos de corrupción. Asimismo, se le acusó de vender su voto para las candidaturas de las Copas del Mundo del 2018 en Rusia y el 2022 en Catar. El Comité Independiente de Ética de la FIFA le dio una advertencia y lo multó con 7.000 francos suizos, por no cooperar en las investigaciones, pues siempre negó a la prensa que estuviera involucrados en actos desleales como dirigente del balompié.

Cuando empezaron las sospechas de que el Mundial no se había conseguido solo con el carisma de Beckenbauer, se detectaron flujos de dinero que fueron a parar a cuentas del dirigente el catarí Mohamed Bin Haman, cuestionado presidente de la Confederación Asiática de Fútbol del 2002 al 2011, y de otros funcionarios del fútbol.

Además, la idea de que Beckenbauer había trabajado sin remuneración por la candidatura alemana se puso en duda. En esos años recibió dinero que, aunque él asegura que fueron honorarios por publicidad tuvieron que ver con el Mundial.

Después vino la muerte de su hijo Steffan, enfermedades varias que le impidieron declarar en el proceso que se seguía en su contra en Suiza y que al final terminó cerrándose por prescripción de los cargos. “En los últimos años todo se le vino encima”, dijo su hermano Walter Beckenbauer.

Desde entonces el Kaiser apareció poco en la vida pública y hablaba muy poco, muy distante de los reflectores, sobre todo si se compara con los años en que era omnipresente en los medios de comunicación.

Desde abril del año pasado, Beckenbauer -que oficiaba como presidente honorario de Bayern Münich-, se encontraba alejado de la escena pública como consecuencia del deterioro de su estado de salud, luego de varias operaciones en el corazón. El diario alemán Der Spiegel encendió las alarmas en las últimas semanas de diciembre al asegurar que “cualquier sobresalto a nivel emocional podría poner el riesgo grave el cuadro clínico” del Kaiser. El medio aseguró que Beckenbauer sufría un “deterioro significativo” que afectaba tanto su juicio como memoria.

Otra leyenda que pierde la vida, Franz Beckenbauer, quien murió a los 78 años junto a su familia en Salzburgo, Alemania. Apodado “El Káiser”, pudo convertirse en doble campeón del mundo, la primera vez como jugador en el Mundial de Alemania 1974 y la segunda como entrenador en Italia 1990 (fotos archivo de Rodrigo Calvo).

Cuando cumplió 75 años, en el 2020 en plena pandemia del covid-19, Beckenbauer ya había hablado de la muerte y su futuro fallecimiento en un documental en la televisión pública alemana ARD, admitiendo que esa próxima perspectiva le generaba preocupación.

La última vez que se le vio en público fue en el estadio Allianz Arena para ver un partido de “su” Bayern Múnich. Fue a finales de agosto del 2022, en un duelo de la Bundesliga ante el Borussia Moenchengladbach. Unas semanas antes había pasado por Herzogenaurach, al norte de Baviera, para dar su apoyo a las jugadoras de la selección alemana, que estaban preparando allí la Eurocopa femenina de 2022.

La salud del dos veces ganador del Balón de Oro en 1972 y 1976 había venido a menos durante los últimos tiempos al tener dos cirugías cardíacas, además de un implante de cadera. Sumado a lo anterior, en el 2019 reveló para la revista germana Bunte que había perdido la visión de un ojo durante su torneo de golf, la Copa Kaiser. “Tuve un supuesto infarto ocular. Lamentablemente, ya no puedo ver nada con el ojo derecho, debo tener precaución con mi corazón“, había mencionado para dicho magazine.

De acuerdo con Sky Sports Alemania, El Káiser habría fallecido este domingo 7 de enero del 2024; sin embargo, la noticia de su muerte vino a partir del lunes 8 al ser confirmada por la agencia de noticias DPA, que citó fuentes cercanas a la familia del exzaguero alemán.

“Con profundo dolor comunicamos que nuestro padre y mi marido, Franz Beckenbauer, murió el domingo, tranquilamente en el entorno de su familia. Pedimos poder llevar el duelo en paz y omitir toda pregunta”, informó su familia.

Precisamente este lunes 8 de enero, la Primera Cadena de la Televisión Alemana (ARD) tenía programada la emisión de un nuevo documental sobre la vida de Beckenbauer. En el programa, además de imágenes de archivo, hubo declaraciones de antiguos compañeros suyos en el Bayern Múnich, como el exportero Sepp Maier o el exdefensor Paul Breitner, y de la selección alemana como el exvolante Günter Netzer.

También aparecieron personas destacadas de la vida alemana que lo siguieron como aficionados, como el recientemente fallecido exministro de Finanzas Wolfgang Schäuble, el exministro de Exteriores Joschka Fischer o el exministro de Interior Otto Schily. Su exesposa Sybille Beckenbauer también es entrevistada en ese documental, igual que su excompañera Diana Sandmand y su hermano Walter Beckenbauer. El exjugador, sin embargo, no pudo ser entrevistado para este documental sobre su vida.

Su carrera se contempló entre las glorias con el balón y las controversias sin éste. Hasta el día de su muerte, el 7 de enero del 2024, tenía el reconocimiento como el Presidente de honor del Bayern Munich. ¡Que en paz descanse, Franz Beckenbauer, leyenda y emperador del fútbol alemán!

¿Por qué lo apodaban El Káiser?

Franz Anton Beckenbauer siempre será recordado como El Káiser, palabra alemana que al español se traduce como ‘emperador’. El de la leyenda alemana es uno de los apodos más icónicos del fútbol mundial, pero ¿cómo surgió?.

Existen un par de teorías sobre el origen del sobrenombre. La primera de ellas se remonta a junio de 1969, cuando el diario alemán Bild habría bautizado a Franz como “El Káiser de la nación” después de conseguir el título de Bundesliga con el Bayern Múnich.

Otra de las hipótesis más fuertes viene del año 1971, durante un partido amistoso entre el Bayern y el Austria de Viena. Durante su visita, Franz habría posado junto a una estatua de Franz Joseph I, una fotografía que posteriormente fue publicada con la leyenda del Káiser.

Sea cual sea el origen real del apodo, El Káiser marcó un antes y un después en la historia del fútbol. Su fallecimiento el 7 de enero del 2024 dejó un gran vacío en el mundo deportivo.

Franz Beckenbauer en el “Dream Team” del fútbol mundial

El astro Franz Beckenbauer murió a los 78 años de edad y es considerado una leyenda del futbol, el mejor defensor de todas las épocas, al grado de ser parte del Balón de Oro al Dream Team (Equipo de Ensueño), que nombró en el 2020 la prestigiosa revista France Football, de París, Francia.

El semanario presentó a los 11 jugadores que integran su equipo ideal, con el argentino Diego Armando Maradona, su compatriota Lionel Messi y el prestigioso Cristiano Ronaldo como algunas de las figuras más sobresalientes. Con una alineación de 3-4-3, los futbolistas fueron elegidos por 140 periodistas, miembros de su jurado mundial del Balón de Oro.

En la portería fue elegido el legendario soviético Lev Yashin, mejor conocido como la Araña Negra. El guardameta, nacido en Moscú, cautivó con su talento bajo los tres palos a miles de aficionados. A nivel internacional, Lev participo en cuatro Mundiales y conquistó la Eurocopa de 1960.

La defensa está integrada por el brasileño Cafú, galardonado como el mejor lateral derecho, el elegante alemán Franz Beckenbauer, distinguido como el mejor central de la historia, y el italiano Paolo Maldini, quien se coronó como el mejor por la lateral izquierda.

En el mediocampo están figuras como Diego Armando Maradona y el brasileño Pelé, “el Rey del Fútbol”, galardonados ambos como los mejores mediocampistas ofensivos. Por su parte, el español Xavi Hernández y el alemán Lothar Matthaus fueron distinguidos con el Balón de Oro a los mejores volantes defensivos o de contención.

Por su parte, el argentino Lionel Messi, el brasileño Ronaldo y el portugués Cristiano Ronaldo fueron elegidos como los mejores delanteros, con el sudamericano premiado como el mejor atacante derecho y el luso como el ariete izquierdo más sobresaliente. Por su parte, Ronaldo fue distinguido como el mejor delantero centro.
Finalmente, como segundo y tercer equipo de todos los tiempos, la publicación francesa dio a conocer dos onces ideales más con los jugadores que no tuvieron lugar en el equipo estelar con importantes nombres como el holandés Johan Cruyff, el brasileño Ronaldinho, el francés Zinedine Zidane, el español Andrés Iniesta, el galo Michel Platini y el español Sergio Ramos, entre otros.

Franz Beckenbauer apareció en el equipo ideal de todos los tiempos en el fútbol mundial, elegido en el 2020 por la revista “France Football”, de París, Francia. Arriba (de izquierda a derecha): Lev Yashin, Paolo Maldini, Diego Maradona, Franz Beckenbauer, Cafú y Cristiano Ronaldo. Abajo: Lionel Messi, Ronaldo Nazário, Pelé, Xavi Hernández y Lothar Mattäus (foto Twitter de “France Football”).

GALERÍA DE FOTOS: El legado histórico del “Káiser” del fútbol alemán

El astro del balompié germano, Franz Beckenbauer, fue elegido cuatro veces como el futbolista del año en Alemania, en 1966, 1968, 1974 y 1976; y en dos ocasiones recibió el “Balón de Oro” al mejor jugador de Europa de la temporada, otorgado por la revista parisiense “France Football”, en 1972 y 1976 (foto archivo de Rodrigo Calvo).
El astro del fútbol alemán Franz Anton Beckenbauer, apodado “El Káiser”, se convirtió en doble campeón del mundo. La primera vez como el capitán del seleccionado teutón en el Mundial de Alemania 1974 y la segunda como el entrenador de su país en Italia 1990 (fotos archivo de Rodrigo Calvo).
Como entrenador, Franz Beckenbauer fue campeón mundial en Italia 1990 con la Selección de Alemania, mientras que con el Bayern Múnich resultó ganador de la Copa de la UEFA en 1996 y una vez campeón de Alemania en 1994 (foto archivo de Rodrigo Calvo).
A la par de los dos títulos mundiales, Franz Beckenbauer fue el primer defensa en ganar el Balón de Oro que lo consiguió en un par de ocasiones. A su vez, a nivel de clubes, “El Káiser” se convirtió en tricampeón de la Copa de Europa de la UEFA, siendo el primer capitán en lograr tres Orejonas. También logró una Recopa de Europa, cinco Bundesligas, cuatro Copas de Alemania y una Copa Intercontinental. Ocupó el tercer lugar en el ranquin de Mejor Futbolista del Siglo XX en el 2004 (foto de la cadena estadounidense ESPN).

Cinco cosas de Franz Beckenbauer que desconocías

A lo largo de la historia ha habido decenas de miles de futbolistas, pero son contados los que logran dejar huella, mientras que un puñado consiguen revolucionar al deporte, en este último caso aparece El Káiser, Franz Anton Beckenbauer, quien este domingo 7 de enero del 2024 falleció a los 78 años de edad, en Salzburgo, Austria.

Antes de ser el Káiser:
Desde joven destacó por sus dotes, siendo que tenía un toque especial y lejos del estilo alemán, por eso le llamaban el Brasileño. Posteriormente se ganó el mote del Káiser (Emperador) debido a una foto que le hicieron junto a un cuadro del Emperador Francisco I de Austria.

Innovador:
Actualmente la posición de líbero es común en el futbol, sin embargo, fue el Káiser quien se encargó de forjar el comportamiento para ocupar tal lugar en el campo, ya que empezaba como lateral izquierdo y terminaba jugando en el centro del campo.

Inmune al dolor:
Bien dicen que los futbolistas de antes toleraban mejor el dolor, un ejemplo es Beckenbauer que estuvo en el Partido del Siglo entre Alemania e Italia en México 70 y lo hizo… ¡Con un hombro dislocado!.

¿Aprovechó el dopaje?:
Cuando se retiró de las canchas, Beckenbauer confesó una técnica que empleaba para mejorar sus actuaciones, esto consistía en inyectarse su propia sangre para mejorar el rendimiento de los glóbulos. Dicha práctica no era considerada como prohibida en la década de los 70. Posteriormente, el Káiser fue señalado por este tipo de conductas.

Arriba el Munich… ¡Pero no Bayern!:
A nivel de clubes su mayor amor como futbolista fue Bayern Múnich, pues ahí tuvo sus mejores actuaciones; sin embargo, de niño era aficionado del TSV 1860 Munich.

Franz Beckenbauer llevó la camiseta del Bayern entre 1964 y 1977, y ganó cuatro campeonatos de Alemania, cuatro Copas y tres Copas de Europa. Como dirigente, “el Káiser” dejó a finales del 2009 su cargo de presidente del consejo del Bayern, del que fue luego su presidente de honor (foto Twitter del Bayern Múnich).

Los días del “Káiser” como jugador y técnico

11 de setiembre de 1945
El día de su nacimiento, en el barrio de Obergiesing, Múnich. Franz Beckenbauer se crió, específicamente, en la calle Zugspitz.

20 de octubre de 1963
Con 18 años, es padre de Thomas, su primer hijo. Un hecho presentado al Tribunal de Disciplina, de la Bundesliga. El técnico Sepp Herberger, sin conocerlo, lo defendió y así salvó su carrera.

6 de junio de 1964
Hace su debut oficial en el Bayern Munich, que ganó 4 a 0 frente al Saint Pauli, por el campeonato de ascenso.

26 de setiembre de 1965
Apenas a los 20 años, disputa su primer encuentro internacional con Alemania Occidental contra Suecia (gana 2 a 1), en Estocolmo.

30 de julio de 1966
Es la revelación de la Copa del Mundo en Inglaterra, donde participa en su primera final. Pierde 2 a 4 contra los ingleses y sufre el discutido tercer gol en tiempos extras, en el estadio de Wembley.

Franz Beckenbauer fue cinco veces campeón de Alemania, en 1969, 1972, 1973, 1974 y 1982 (archivo de Rodrigo Calvo),

31 de mayo de 1967
Con el Bayern Munich conquista su primera copa europea, la Recopa, tras vencer, 1 a 0, al Glasgow Rangers de Escocia.

7 de junio de 1969
Gana el primer campeonato de Bundesliga con el Bayern, ocho puntos por encima del club Aachen.

18 de junio de 1972
En Bruselas, Bélgica, obtiene la Eurocopa de Naciones contra la antigua Unión Soviética (3 a 0). Además, al final de temporada, gana su primer título europeo de “Jugador del Año”.

7 de julio de 1974
Victoria 2 a 1 sobre Holanda y Alemania gana su primera Copa Mundial, coronación de un gran torneo.

23 de febrero de 1977
Su último partido internacional con Alemania, en la derrota 0 a 1 ante Francia, en el Parque de los Príncipes, en París.

El capitán Franz Beckenbauer festeja con Gerd Müller el título continental logrado por Alemania, al ganar 3-0 a la antigua Unión Soviética la final de la Eurocopa, el 18 de junio de 1972 en Bruselas, Bélgica (archivo de Rodrigo Calvo).

21 de abril de 1977
Se unió al Cosmos de Nueva York, donde jugó a la par de Pelé, Carlos Alberto y Chinaglia.

29 de mayo de 1982
Con casi 37 años, alcanza un nuevo título de campeón de Alemania, esta vez con el Hamburgo SV.

1° de mayo de 1983
Reaparece con el Cosmos de Nueva York, en juego ante el Montreal. Un breve regreso de 50 partidos, para terminar su carrera a finales de setiembre de ese año.

13 de julio de 1984
Es designado director técnico del equipo nacional alemán, en reemplazo de Jupp Derwall.

29 de junio de 1986
Participa por primera vez como entrenador en una final mundialista, pero es derrotado por la Argentina de Maradona, 2 a 3, en México

El técnico de Alemania, Franz Beckenbauer (centro), celebra después de que su equipo venciera 1-0 a Argentina, en la final del Mundial de Italia, el 8 de julio de 1990 en Roma. Es su segundo título mundial, tras ganarlo como jugador en 1974 y el tercero entonces de Alemania, en 1954, 1974 y 1990 (archivo de Rodrigo Calvo).

8 de julio de 1990
Gracias a un penal de Andreas Brehme en el minuto 84, Alemania gana su tercera Copa Mundial. Es, junto con el brasileño Mario Zagallo, el único que ganó el Mundial como jugador y entrenador.

24 de octubre de 1991
Retorna al Bayern Munich como vicepresidente. En diciembre de 1993, reemplaza a Erich Ribbeck como entrenador y consigue el campeonato alemán en 1994.

14 de noviembre de 1994
Es nombrado presidente del Bayern Munich.

27 de abril de 1996
Después de la salida de Otto Rehhagel, regresa como entrenador y gana la copa UEFA frente a Burdeos francés.

24 de octubre de 1998
Finaliza su etapa futbolística como jugador y director técnico, luego de que es elegido vicepresidente de la Federación alemana y, poco después, embajador oficial de la candidatura de Alemania al Mundial 2006.

7 de enero del 2024

La leyenda del fútbol mundial fallece a la edad de 78 años en Salzburgo, Austria, según informó la familia del ex futbolista.

El alemán Franz Beckenbauer, el brasileño Mario Lobo Zagallo y el francés Didier Deschamps fueron los personajes del fútbol, de una corta pero privilegiada lista, que ganaron títulos mundiales de la FIFA como jugadores y directores técnicoes (fotos Jaime Macías/archivo de Rodrigo Calvo).

Franz Beckenbauer: Un triunfador del fútbol

Nombre: Franz Anton Beckenbauer.
Apodo: El Káiser (El Emperador).
Nacimiento: 11 de setiembre de 1945, en Giesing, próximo a Múnich, Alemania.
Fallecimiento: 7 de enero del 2024, a los 78 años, en Salzburgo, Austria.
Estado civil: Se casó tres veces. Padre de tres hijos, fruto de su primera relación con Brigitte Wittmann: Thomas, Michael y Stefan (fallecido de un tumor cerebral el 31 de julio de 2015, a los 46 años). Divorciado de su segunda esposa, Sybille Weimer. Su última esposa, Heidrun, es la presidenta de la Fundación Franz Beckenbauer, creada el 15 de mayo de 1982 en Hamburgo para ayudar a los discapacitados, enfermos y necesitados.
Peso y estatura: 75 kilos y 1,81 metros.
Puesto como futbolista: Mediocampista y defensor, éste último como líbero.
Clubes donde actuó: Su brillante carrera deportiva comenzó durante su juventud, cuando tuvo su primer equipo, el SC 1860 Múnich (1954-1958). Después como profesional jugó para el Bayern Múnich (1958-1977), el Cosmos de Nueva York (1977-1980), el Hamburgo SV (1980-1982) y nuevamente el Cosmos de Nueva York (mayo a noviembre de 1983).
Estadísticas en la Bundesliga de Alemania: Participó en 424 encuentros y marcó 44 goles (todos para el Bayern). Actuó 396 veces para el Bayern Múnich y 28 para el Hamburgo. Durante ese tiempo, tuvo una participación del 89 por ciento en todos los partidos de liga.
Seleccionado alemán: Anotó 14 goles y jugó 103 partidos internacionales ante 36 países distintos, entre 1965 y 1977. Mundialista de Inglaterra 1966 (2° lugar), México 1970 (3°) y Alemania 1974 (1°). Y en 50 actuaciones fue el capitán de Alemania.
Logros como jugador: Campeón mundial en Alemania 1974 y ganador de la Eurocopa en 1972, con la Selección de Alemania. Dos veces mejor futbolista europeo, al ganar el Balón de Oro (1972 y 1976). Vencedor de la Copa Intercontinental (1976), la Copa de Europa de Clubes Campeones (1974, 1975 y 1976) y la Recopa europea (1967), todos los trofeos con el Bayern Múnich. Cinco veces campeón de Alemania (cuatro con el Bayern, en 1969, 1972, 1973 y 1974; y una con el Hamburgo, en 1982), tres de Estados Unidos (1977, 1978 y 1980, con el Cosmos de Nueva York) y cuatro de la Copa alemana (1966, 1967, 1969 y 1971, todas con el Bayern Múnich). En cuatro oportunidades fue designado el Jugador del año en Alemania (1966, 1968, 1974 y 1976).
Carrera como entrenador: Selección de Alemania (1984-1990); Olympique de Marsella, Francia (setiembre a diciembre de 1990); y Bayern Múnich (diciembre de 1993 a noviembre de 1994; y abril a junio de 1996). También fue director deportivo del Olympique de Marsella.
Títulos como entrenador: Campeón mundial 1990 con la Selección de Alemania; fue finalista en México 1986. Ganador de la Copa de la UEFA (1996) y una vez campeón de Alemania (1994), con el Bayern Múnich.
Cargos posteriores: Tras dejar de ser entrenador tuvo distintos roles dentro del futbol. Fue presidente del Bayern Múnich (1994-2009), miembro de la Comisión de Futbol de la FIFA y embajador oficial y encargado de la candidatura de Alemania como sede del Mundial 2006. Asimismo fue el vicepresidente de la Federación Alemana de Fútbol, además de ser el principal organizador de la Copa Mundial 2006 en Alemania; a su vez, fue nombrado “Miembro de honor” de la Federación alemana de fútbol. Hasta el día de su muerte, tenía el reconocimiento de “Presidente de honor” del Bayern Múnich.

COLUMNA: Franz Beckenbauer, sinónimo de una nación

Por: Jorge Barraza (*)

Podría haber sido mariscal, emperador, canciller de Alemania, presidente de Mercedes Benz o de Lufthansa. Lo que hubiese querido. Corporizaba la confiabilidad, eso que nos inspira cualquier producto alemán. Poseía el don del liderazgo, la templanza y la serenidad aunados a la elegancia. Es una marca registrada del deporte universal, el sinónimo de una nación (de las grandes). Franz Beckenbauer fue el Beethoven de la pelota, o tal vez Beethoven el Beckenbauer de la música. Su presencia engalanaba cualquier acto de la FIFA o la UEFA, si acudía a un partido la cámara lo enfocaba en el palco. Encarnó como nadie el prestigio. Desde su juego, desde su comportamiento y desde su porte señorial. Los ingleses, con un producto así, hubiesen vendido millones de poleras, tazas, bufandas, gorros, libros…

Casi todos los diarios del mundo pusieron en portada la noticia de su fallecimiento, lo cual lo dimensiona. Muchos le dedicaron íntegra la tapa, sobre todo los deportivos. Similar a lo de Pelé y Maradona. Contrastan con la parquedad de los medios alemanes: “Franz Beckenbauer ha muerto”, “Nuestro Kaiser ha muerto”, “El último Kaiser”, títulos fríos, sosos, sin gracia ni afecto. Y el Süddeutsche Zeitung, de Munich, de donde era oriundo el fabuloso jugador, ni siquiera dio la noticia en tapa, en una clarísima muestra de desprecio.

Hay una explicación, está en el obituario escrito por Peter Ahrens para la famosa revista Der Spiegel. “Franz Beckenbauer fue mucho más que un futbolista destacado, es una figura social, un personaje de la historia contemporánea. Él dio forma a la República Federal como Konrad Adenauer y Willy Brandt. Entonces las revelaciones sobre el asunto Summer Fairy Tale lo alcanzaron. Pero sigue siendo una figura del siglo”, dice Ahrens. Summer Fairy Tale (cuento de hadas de verano) fue llamado el Mundial 2006, en el que toda la población vivió una excitación maravillosa. “Joseph Blatter sacó un papel de un sobre y dijo “Y el ganador es… Alemania”. Claro, ¿qué otra cosa podía pasar estando Franz de por medio sino ganar también esto…?”, escribe Ahrens. Luego se supo el caso de soborno -comprobado- por el cual Alemania compró votos para obtener dicho torneo y Beckenbauer era quien había hecho personalmente las gestiones.

Franz había sido llamado “La luz resplandeciente” de Alemania, pero a raíz de ese caso su luz se apagó y él se refugió en su casa de Salzburgo. No salió más. No podía ser que la pringosa mancha de la corrupción tocara a un ser perfecto, majestuoso, como él, de la que todos sus compatriotas se sentían orgullosos. El país calló, aunque interiormente le bajó el pulgar.

También su aire de superioridad lo distanciaba de las multitudes. “Beckenbauer era uno del pueblo, pero no para el pueblo. A Gerd Müller y también a Uli Hoeness, como hincha los habrías abrazado, pero no a Franz Beckenbauer”, agrega el editorialista Ahrens.

Uli Hoeness, presidente de honor del Bayern Múnich y excompañero de club y de selección comentó emocionado: “Fue la mayor personalidad que ha tenido el Bayern. Como jugador, entrenador, presidente o persona, es alguien inolvidable, nadie le podrá igualar. La gente puede presumir de que vio jugar a Franz Beckenbauer. Era además un amigo para mí, un compañero único y fue un regalo para todos”. Pese a la frialdad en Alemania en torno a la figura del Kaiser, Hoeness y Rummenigge están preparando un homenaje importante en el estadio del club.

Con Gerd Müller, siendo apenas dos muchachos, llevaron al Bayern Munich a la Primera División. Convirtieron un club de liga regional en la referencia mundial que es hoy. Y aún con 20 años jugó la final de la Copa del Mundo en Inglaterra. Luego ganó todo lo que un futbolista puede soñar: Bundesligas (varias), Champions (varias), Eurocopa, Mundiales como jugador y entrenador, Balones de Oro. Presidió el Bayern, la organización de Alemania 2006. Su rostro era una estampilla que garantizaba éxito, calidad, distinción. En poco más de dos años se fueron los dos: Müller y Beckenbauer. Franz adoraba a Müller. Siempre decía: “La grandeza del Bayern no me la deben a mí, todos se la debemos a él, a sus goles”. Y era rigurosamente cierto. “Gerd y yo éramos como hermanos”, comentó el Kaiser al diario Bild. “Antes de los partidos, él me pasaba a buscar para después irnos en el bus con el equipo. Si me retrasaba me decía ‘Apúrate que llegamos tarde’. Y yo le replicaba: Gordito, sin nosotros el Bayern no va a ninguna parte”. Franz Beckenbauer ayudó mucho a su viejo compañero cuando éste cayó en el abismo del alcohol y la depresión tras el retiro del fútbol.

Lo que no puede borrar el Beckenbauer dirigente es al Beckenbauer jugador, el que el mundo admiró. Cambió la imagen del futbolista alemán, de estilo panzer, por la de un atleta pensante y lucido con la herramienta. Era indistintamente zaguero y centrocampista, su exuberancia técnica se lo permitía. Seguramente hubo zagueros más tenaces y fuertes, superiores en la marca; pese a ello, Franz está en el pináculo de la consideración. Sus arranques desde el fondo con cabeza levantada, eludiendo adversarios son un tesoro del fútbol. A diferencia de la final de 1966, en la que pasó casi inadvertido, en 1974, ante Holanda, fue una figura imperial. Ahí jugó de defensa bien metido atrás (en Londres fue volante), imponiendo respeto y sabiduría, derrochando clase. Ese 7 de julio de 1974 se enfrentaron un genio (Johan Cruyff) y un comandante en jefe (Beckenbauer). Fue un juego de ajedrez entre ambos. Ganó el segundo por mayor inteligencia para diseñar la batalla y por ponerse al frente de su tropa.

(*) EL AUTOR: Jorge Barraza es un periodista argentino de 69 años (nacido el 4 de abril de 1955), autor de libros y exeditor en jefe de la revista Conmebol, la publicación oficial de la Confederación Sudamericana de Fútbol. Es y fue columnista y reportero de varios periódicos importantes de América Latina, incluidos “El Comercio” de Perú, “El Universo” de Ecuador, “El Tiempo” de Colombia, “La Nación” de Costa Rica y “La Razón” de Bolivia. También se desempeñó como periodista para el periódico argentino “Crónica” y la extinta revista bonaerense “El Gráfico”, considerada una de las publicaciones deportivas más prestigiosas de América Latina.

GALERÍA: Su última etapa como dirigente del fútbol

Pelé y Franz Beckenbauer, dos leyendas del Cosmos de Nueva York a finales de los años 70 del siglo pasado, se reencontraron el 16 de abril del 2015 en el edificio Empire State, de Nueva York, Estados Unidos, para celebrar el comienzo del equipo neoyorquino de fútbol con el inicio de la temporada de ese año (foto archivo de Rodrigo Calvo).

GALERÍA: Homenaje póstumo a Franz Beckenbauer, enero del 2024

El FC Bayern Múnich rindió el 12 de enero del 2024 un sentido homenaje póstumo a Franz Beckenbauer, fallecido cinco días antes a los 78 años, y lo hizo antes del inicio del choque en casa contra el Hoffenheim, por la fecha 17 de la Bundesliga alemana. Aquel día, sus jugadores lucieron una camiseta especial con la leyenda en el pecho “gracias Franz” y el número cinco a la espalda. Luego, el día 21, previo al duelo ante el Werder Bremen, los aficionados depositaron coronas de flores de camino al estadio Allianz Arena, de Múnich, Alemania (foto X –antes Twitter– del FC Bayern Múnich).

FUENTES CONSULTADAS: Archivo del sitio digital “Buzón de Rodrigo”, diarios “La Nación” (Costa Rica), “El Clarín” y “La Nación” (Argentina), “El Universal”, “El Heraldo” y “Medio Tiempo” (México); sitio www.clarosports.com; Yahoo Deportes y las agencias EFE, AFP, AP, Reuters y DPA. Videos de YouTube: “CNN en Español” (Estados Unidos) diario “El País” (España) y Bundesliga (Alemania). Fotografías: Bayern Múnich, revista “France Football” (Francia), agencia EFE, periodista Julio Macías y archivo de Rodrigo Calvo.

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Rodrigo Calvo
Tiene 43 años de ejercer el periodismo deportivo. Estudió en la Universidad de Costa Rica, graduado en 1989. Laboró en Radio Monumental, Deportes Repretel y la oficina de prensa del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, IICA. Estuvo ligado por tres décadas al Grupo Nación, en la revista deportiva “Triunfo” y los periódicos “Al Día” y “La Nación”. Ha colaborado para medios especializados de la FIFA y en Centroamérica, Caribe, México, Estados Unidos, Canadá, Colombia, Argentina, Brasil, España e Italia. Obtuvo el Premio Nacional “Pío Víquez” de Periodismo en el 2007 y dos veces el Premio “Jorge Vargas Gené-Óscar Cordero Rojas". Su especialidad son temas de historia y estadística del deporte nacional e internacional. Desde 1995 escribe la columna “Buzón de Rodrigo” y desde 1989 es corresponsal del semanario deportivo “France Football” de Francia. Integra la Federación Internacional de Historia y Estadísticas de Futbol en Alemania y a partir del 2007 es miembro del jurado mundial del “Balón de Oro”, de la revista “France Football". Escritor de múltiples obras deportivas, como la colección "Aventura Tricolor: Mundial de Italia 1990, "Tiempos de Selección" (1997), "La Copa Mundial de Fútbol (1998), "100 años de Deportes" (1999), "Huellas del Fútbol Tico" (2009), "Legionarios" (2012), "CSH-100: ¡El equipo que nació Grande! 1921-2021" (2021) y "Crónica del Centenario 1921-2021" (2021).