Un día como hoy, el 3 de junio del 2000, el exgoleador argentino Mario Alberto Kempes fue presentado oficialmente a los jugadores como el nuevo director técnico de la Asociación Deportiva Santa Bárbara; sin embargo, la histórica figura albiceleste no llegó a sentarse ni siquiera un segundo en el banquillo.
Cuatro días después, El Matador –máximo anotador y campeón mundial en la cita de la FIFA como local en Argentina 1978– tuvo que reconocer ante la prensa que “había sido engañado” y abandonado en Costa Rica por la empresa Brokers Deportivo y Asociados, cuyos representantes no llegaron a un acuerdo con la dirigencia barbareña.
Kempes había ingresado al país el 1.° de junio del 2000, acompañado por su hija y su esposa Julia. Desde el primer momento, se mostró amable con la prensa e ilusionado con llegar a uno de los equipos “pequeños” del país.
“Si Santa Bárbara es un equipo pequeño, yo como entrenador recién empiezo, y soy también pequeño, así que entre pequeños anda la cosa”, afirmó ese día al periódico La Nación.
Antes de haber llegado a Costa Rica, el timonel argentino había estado en el banquillo del The Strongest, de Bolivia, y había sido contactado en su país por Guillermo Muñoz y Guillermo Strazza, representantes de Brokers Deportivo y Asociados, para ofrecerle un contrato con los barbareños.
El 3 de junio, en un sencillo acto, Kempes fue presentado a la plantilla de su nuevo equipo. Además del entrenador, también brindaron breves discursos el presidente del club, Orlando Morales, y Guillermo Strazza.
“Esta es la única vez que me verán con saco, porque no acostumbro vestir tan formal. Gracias por su recibimiento y espero que podamos entendernos bien. Tenemos 45 días para conocernos”, dijo el suramericano, en referencia a la pretemporada que Santa Bárbara tenía planeado realizar en Argentina.
Sin embargo, ni el viaje ni la contratación se pudieron dar. Siete días después de su llegada al país, entre dolido y molesto, Kempes anunció su partida del banquillo rojiblanco.
“Este es un problema entre la empresa y Santa Bárbara. Nosotros no tenemos nada que ver. Yo hice todo lo que me pidieron: ¡Hasta fui a misa! Ellos (los empresarios y los directivos) son los que se tienen que arreglar; el problema es que ninguno da la cara”, dijo a La Nación.
“Tengo vergüenza ajena. A uno como extranjero en un país no lo pueden dejar botado. Te digo que hasta tuve que pagar el hotel. Eso no puede ser”, añadió el hoy reconocido comentarista deportivo.
El presidente barbareño reconoció después que no aceptaron las condiciones económicas planteadas por los contratistas, porque los suramericanos exigían que se depositara en una cuenta a su nombre una suma cercana a los ¢50 millones, cifra que comprometería el patrimonio del club.
Kempes habría llegado al banquillo de Santa Bárbara como relevo del nacional Rodrigo Kenton –que renunció dos días después de su nombramiento–, quien a su vez remplazaba al alemán Ulrich Kowalczyk, con quien el equipo había alcanzado una histórica sexta posición en la campaña 1999-2000.
Tras la partida del argentino, el técnico costarricense Róger Flores se hizo cargo de los barbareños esa temporada, en la que aunque ocuparon el sexto lugar en el Torneo de Apertura, cayeron de tal forma en el Clausura que se salvaron del descenso por un punto de diferencia.