El lunes 8 de mayo del 2000, minutos antes de las 4 p.m., el departamento de prensa de Liga Deportiva Alajuelense invitó a los medios de comunicación para presentar a su nueva contratación: Rayner Robinson.
Sin embargo, el viaje del talentoso delantero desde Limón acabó con el destino menos esperado y se convirtió en uno de los fichajes más polémicos en la historia del fútbol costarricense.
Hoy hace exactamente 20 años, el entonces goleador limonense firmó por dos temporadas con el Saprissa y dejó plantados a los directivos manudos cinco días después de haber llegado a un arreglo verbal para vestirse de rojinegro.
“Con Rayner Robinson firmamos hoy un precontrato que sería ratificado por la junta directiva en su sesión de la noche”, confirmó al diario La Nación el entonces presidente de Saprissa, Bernardo Méndez.
El jerarca morado aseguró que la contratación de Robinson no violaba el “pacto de no agresión” que existía entre los archirrivales, porque se trataba sólo de fichajes entre jugadores saprissistas y rojinegros.
Sin embargo, horas después el entonces presidente manudo, Rafael Solís, aseveró en Radio Monumental que el pacto había acabado. “El pacto no existe. Ellos (Saprissa) lo rompieron. Cualquier jugador saprissista que desee jugar con la Liga puede hacer la solicitud”, dijo.
Un año antes, Saprissa, Alajuelense, Herediano y Cartaginés habían llegado a un acuerdo verbal de no quitarse jugadores entre sí, “con el fin de abaratar costos y bajar la inflación”.
No obstante, la inesperada firma de Robinson con los morados dio pie a una “guerra declarada” con los erizos, que unas semanas más tarde contrataron a Steven Bryce, un jugador de cuna saprissista.
En el 2017, Robinson admitió que antes de firmar con Saprissa era aficionado al equipo manudo, e incluso quería vertirse de rojinegro por el buen momento que atravesaban los erizos, entonces campeones al mando de Guillerme Farinha.
“La gente en la calle siempre me pregunta por qué no me fui a la Liga. Es una decisión que cambia la vida. Saprissa me ofreció un mejor salario y el estudio. Y me incliné por eso. El sábado estaba todo concretado con la Liga y sólo faltaba la firma, pero no llegamos a eso. El domingo la directiva de Saprissa me habló y el lunes ya me esperaba en el estadio”, recordó Robinson a La Nación.
El atacante militó durante una temporada con los morados, después jugó con Santos de Guápiles, Herediano, Santa Bárbara, Puntarenas, San Carlos y Limón.
“No le pareció el contrato (con los manudos), porque él sintió que no se le cumplía con lo estipulado en las conversaciones. Le dijeron una cifra, luego se la cambiaron y él sintió que estaban jugando con su honra. También le disgustó que en caso de una oferta del exterior, a él no se le tomaba en cuenta. Entre viernes y sábado Rayner lo pensó mejor y avisamos nuestro cambio de parecer. No sé por qué nos estaban esperando (en Alajuela)”
Julian Watson, tío y representante de Robinson