Cuando se habla del mejor fútbol holandés de todos los tiempos, las miradas del recuerdo se posesionan sobre Johan Cruyff, pilar y responsable directo en la cancha de un equipo naranja que revolucionó el deporte con su concepto de “fútbol total”.
Portaba la camiseta con el número 14, que lo hizo famoso en su época de juventud con la selección holandesa, al nivel de los más grandes de la historia del fútbol universal, junto al rey Pelé, Franz Beckenbauer, Alfredo Di Stéfano y Diego Armando Maradona.
Aunque jamás conquistó la Copa del Mundo, Johan fue el ganador de la revista parisiense France Football de tres Balones de Oro al “Jugador Europeo del Año” (1971, 1973 y 1974), con la mayor distinción individual para un futbolista; mientras que en 1999 fue seleccionado como el mejor futbolista europeo del siglo 20.
El volante era todo un organizador del juego, una figura clave que no se acomodaba a ninguna posición y que revolucionó su puesto en el campo en la década de 1970, al defender las camisetas del FC Barcelona (al que entrenó años después con gran suceso), del Ajax de Amsterdam y de la selección holandesa, finalista en el Mundial de Alemania 1974.
Como jugador, precisamente, Cruyff fue la encarnación del denominado “fútbol total”, un estilo de juego fluido en el que los jugadores alternaban constantemente posiciones, se centra en la posesión del balón y los pases rápidos, y que involucra a todos los miembros de un equipo, tanto en ataque como en defensa.
La táctica revolucionó el deporte más popular del mundo y luego fue aplicada por Cruyff en su época como entrenador.
Johan Cruyff 1947-2016 (RIP)
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En la mejor era de su exitosa trayectoria deportiva, Cruyff se transformó en uno de los mejores futbolistas del mundo en esa época, cuando ayudó al Ajax de Ámsterdam a ganar tres veces la Copa de Europa de forma consecutiva entre 1971 y 1973.
El exdelantero se unió en 1973 al FC Barcelona por una transferencia récord para aquellos años de dos millones de dólares y poco después, en 1974, llevó al club catalán a su primer título de la liga española en casi 15 años.
El monto de aquella transferencia fue un récord mundial para el momento, y es considerado como un punto de inflexión en la comercialización del deporte. Además, fue uno de los primeros futbolistas en tener patrocinios comerciales.
El jueves 24 de marzo del 2016, este gigantesco futbolista de la historia fue noticia de impacto en el mundo entero, luego de que su cuenta oficial de la red social Twitter anunció en tres idiomas su fallecimiento a los 68 años, después de lidiar una dura lucha de casi seis meses contra el cáncer pulmonar.
“El día 24 de marzo 2016, Johan Cruyff (68 años) ha fallecido en Barcelona, rodeado de su familia después de una dura lucha contra el cáncer. Os pedimos con gran tristeza que se respete la privacidad de la familia durante el tiempo de duelo”, informó su familia a través de la página web de Cruyff.
NACIDO PARA EL FÚTBOL
Nacido en Amsterdam el 25 de abril de 1947, Johan Cruyff revolucionó el fútbol moderno primero como futbolista, especialmente en la selección holandesa y en los dos clubes que marcaron su vida, el Ajax de Amsterdam y el FC Barcelona, y posteriormente como entrenador, donde creó escuela con su estilo de corte ofensivo.
El holandés más famoso del planeta futbolístico ha sido el gran emblema del FC Barcelona, en su historia más reciente, primero cuando recaló en 1973 como futbolista, y especialmente después cuando durante la presidencia de Josep Lluís Núñez fichó como entrenador.
La suya fue una llegada que acarrearía el surgimiento del mejor Barça de la historia, bajo su mandato y después con las mejoras que tanto Frank Rijkaard y, especialmente, Josep Guardiola, dieron a la idea implantada por Cruyff a finales de los años 80.
A pesar de lo grandioso que su legado fue para al conjunto azulgrana, Cruyff ha sido siempre una figura que ha tenido tantos detractores como seguidores en el club catalán, y sobre todo cuando fue despedido en 1996.
Fue a partir de entonces cuando Cruyff se desvinculó de los banquillos, aunque dirigió en algunos partidos a la selección catalana, y estuvo vinculado a colectivos que intentaron asaltar la presidencia azulgrana, como el que lideró Joan Laporta.
Laporta acabó a la postre siendo presidente y en su último año de mandato lo nombró presidente de honor, un cargo del que el holandés decidió después desvincularse con la llegada de Sandro Rosell a la presidencia del club.
Cruyff fue pionero de una gran tradición de delanteros holandeses, que incluye a Marco Van Basten en los 80, Patrick Kluivert en los 90, y Ruud van Nistelrooy en los 2000.
Uno de sus alumnos más avanzados, Josep Guardiola, volvió a catapultar la idea futbolista del cruyffismo cuando en el 2009 Laporta le entregó la dirección del Barcelona, en realidad porque el holandés apostó por él ante la idea que existía en parte de aquella junta por contratar a Jose Mourinho, y el equipo azulgrana vivió la mejor época futbolística de su historia hasta ese momento.
Con el adiós de Johan Cruyff se va un personaje controvertido en el barcelonismo, y también en Holanda, pues son notables los pulsos mantenidos en el Ajax y en la federación neerlandesa.
No obstante, pocos en el Barça le discuten que, con su apuesta futbolística atrevida, el equipo catalán ha dado desde hace unos decenios un salto de calidad que le ha llevado a ser un punto de referencia en el mundo e incrementar los trofeos en las vitrinas de su ya poblado museo en el Camp Nou.
Johan Cruyff anunció en octubre del 2015 que padecía cáncer de pulmón y durante el tratamiento llegó a bromear con que le estaba ganando el pulso, pero en los últimos días su salud empeoró considerablemente hasta que después de un viaje a Oriente Medio empezó a sentirse mal.
Obsesionado con el fútbol hasta el final y siempre positivo, apenas el mes pasado Cruyff dijo que su recuperación marchaba bien. “Tengo la sensación de que estoy ganando 2-0 en el primer tiempo. El partido no ha terminado, pero sé que al final ganaré“, comentó entonces.
Cruyff era un fumador empedernido, pero dejó el tabaco en 1991, tras someterse a una operación quirúrgica del corazón.
En 1996 abandonó el banquillo azulgrana, y en 1999 fue elegido como mejor jugador del siglo en Europa. Su vínculo fue más allá del FC Barcelona, y se convirtió en una figura muy implicada con Cataluña. En setiembre del 2006, la Generalidad de Cataluña le concedió la Cruz de San Jorge, y luego se convirtió en seleccionador catalán del 2009 al 2013.
Tras sufrir más problemas cardíacos en 1997, prometió que nunca volvería a entrenar, aunque se mantuvo vinculado con el fútbol a través de su fundación y como analista, incluso llegó a dirigir sin gran exigencia a la selección de Cataluña entre el 2009 y el 2013.
Su muerte este 24 de marzo se produjo menos de seis meses después de que anunciara que le habían diagnosticado cáncer de pulmón. Estuvo casado con Danny, y tuvo dos hijas, Chantal y Susila, y un hijo, Jordi, quien también fue futbolista.
EL ESTILO Y LAS IDEAS A LO CRUYFF
El físico espigado de Johan Cruyff ocultaba un sorpresivo talento atlético, velocidad impredecible y agilidad para controlar el balón y eludir oponentes. Pero su verdadero genio estaba en su visión y en su mente, con un instinto para el juego casi inigualable.
El atacante podía pasar con una precisión milimétrica, y parecía estar siempre en el lugar correcto justo en el momento adecuado de las jugadas.
“La velocidad y la percepción suelen ser confundidos”, dijo en una ocasión. “Cuando empiezo a correr antes que los demás, entonces luzco más rápido”.
Pero su legado va mucho más allá que los goles, gracias a sus cualidades como líder, pensador y orador. Con un fuerte acento de Amtersdam, no se guardaba palabras para opinar sobre el fútbol y todo lo que rodea al deporte.
Sus comentarios solían convertirse en frases clásicas, como: “Cada desventaja tiene su ventaja”, y “No se puede ganar sin la pelota”.
Cruyff se involucró mucho en la parte táctica del deporte desde el comienzo de su carrera. Junto con Rinus Michels, su técnico en Ajax y Barcelona, ayudó a desarrollar el concepto de “fútbol total”.
Según esa filosofía, los jugadores se pasan el balón en forma constante e intercambian posiciones para buscar huecos en la defensa. Su selección holandesa, con su uniforme color naranja, se ganó el apodo de la “Naranja Mecánica“.
Cruyff fue la personificación de un futbolista total, ya que podía jugar retrasado o al frente, según el momento del partido, y era letal tanto en los extremos como en el centro del ataque. Fue uno de los primeros que consideró a los defensores como la primera línea de ataque de un equipo.
El cronista deportivo británico Dave Miller, que una vez llamó a Cruyff “Pitágoras con zapatillas” por su habilidad para calcular la geometría de una jugada, escribió que “pocos han podido tener semejante control, tanto física como mentalmente, en un partido desde un área hasta el otra”.
Las disertaciones de Cruyff sobre el deporte solían variar entre filosofía zen y sinsentidos, de acuerdo a los especialistas.
Al criticar los estilos de juego ultradefensivos, una vez dijo: “Los italianos no pueden ganarte, aunque puedes perder contra ellos“.
Otras de sus famosas citas eran: “No puedes anotar si no pateas“, y “Antes de cometer un error, no lo cometo“.
Según el artículo “Fútbol es fútbol: Johan Cruyff“, de Jorge Rodríguez Gascón, publicado en España el 18 de marzo del 2014 en el sitio olimpicogol.wordpress.com, Cruyff resumió su ideario futbolístico en sentencias sencillas y obvias que se han convertido en emblemas del juego:
“Si tienes la pelota, no hace falta defender, porque solo hay una pelota”.
“El fútbol es sencillo, pero lo más difícil es jugar al fútbol de manera sencilla”. Y su variante: “La solución que parece más fácil es de hecho la más difícil”.
“En un partido solo hay tres minutos, repartidos en fragmentos durante todo el encuentro, en el que todo se decide”.
“Mis delanteros solo deben correr 15 metros, a no ser que sean estúpidos o estén durmiendo”.
En otras frases utilizó el fútbol como aliado para expresar sus ideas, a veces con mucho ingenio:
“No soy creyente. En España, los 22 jugadores se santiguan antes de salir al campo. Si Dios existiera siempre habría empate”.
Cruyff fue el máximo exponente de un nuevo fútbol: más ofensivo y menos encorsetado, donde primaba la diversión, el buen juego y el espectáculo. Y estos requisitos eran un medio imprescindible para obtener triunfos:
“Demostramos al mundo que puedes divertirte mucho como futbolista, que puedes reír y pasártelo en grande. Yo represento una época que dejó claro que el fútbol bonito es divertido y que, además, con él se conquistan triunfos”.
Johan, pese a ser un ganador durante toda su carrera, resumió a la perfección la épica de la derrota:
“Si hubiéramos ganado, quizá nadie habría hablado tanto de ese partido, de lo buenos que éramos y de la perfección de nuestro fútbol”, “Las leyendas también pueden alimentarse de una derrota”.
Definitivamente, según Jorge Rodríguez Gascón, “Cruyff pasó a la historia como un futbolista diferente, de talento irrepetible y cambio de ritmo mortal. Pero también mostró un carácter peculiar y rebelde. Lleno de provocación y excentricidades”.
FUENTES: Páginas ‘web’ de Johan Cruyff, FC Barcelona, FIFA y olimpicogol.wordpress.com; Agence France-Presse (AFP), Asociated Press (AP), Agencia EFE, YouTube, Yahoo Noticias y archivo de Rodrigo Calvo (Crónica.cr).
LA VIDA DE CRUYFF EN IMÁGENES
Cruyff, el Madrid y Butragueño
Por: Luis Villarejo (agencia EFE).
Madrid (España). Johan Cruyff fue un grande. Ídolo de niños y mayores de los años 70, Cruyff puso siempre elegancia en el campo.
En la temporada 1973-1974, fue protagonista de un famoso 0-5 que está en las páginas de historia.
Su presencia fue una revolución en España y en el Bernabéu. Era la primera súper gran estrella que entraba tras permitirse la presencia de dos extranjeros en la Liga.
Cruyff y Sotil; Netzer y Óscar Más; Keita y Jara; Luiz Pereira y Leivinha. La Liga española se llenaba de extranjeros de perfil alto.
Pero Cruyff era diferente. Lideró en el Bernabéu un 0-5 con goles de Asensi (2) Juan Carlos, Sotil y el propio Johan. Aquel Barça dejó su tarjeta de visita. Enfrente, García Remón, Benito, Pirri, Zoco, Netzer… Cruyff fue imparable. Sus duelos con el Real Madrid inolvidables. Su pugna con Goyo Benito, en el recuerdo.
Cruyff dejó en el césped acciones de manual. Cambios de ritmo, bicicletas, regates en estático pasándose el balón por detrás con magia. Tenía aire de profeta, de inventor, de tipo inconformista, de intentar crear jugadas, como el famoso penalti con toque en él área, que hace poco vimos a Messi a modo de homenaje a Johan.
Emilio Butragueño fue un gran admirador suyo. Del repertorio de Cruyff eligió un regate que a Emilio le funcionó de maravilla toda su carrera.
Para el recuerdo, Butragueño imitando a Johan en el famoso Dinamarca-España del Mundial México 1986 en Querétaro. A punto entrar en él área, Butragueño esconde el balón, lo pasa por detrás de tacón y provoca el penal de Jesper Olsen. Aquello fue una acción con Cruyff en la memoria.
Johan dejó un legado y fue admirado primero como jugador y luego como entrenador.
Lució la camiseta número “9” con el FC Barcelona; el “14” con su selección. Con libertad de movimientos, los centrales rivales lo sufrían y al mismo tiempo lo admiraban. Algunos como Iselín Santos Ovejero, histórico, duro, noble y entrañable defensa argentino del Atlético de Madrid, decía incluso: “Y lo bien que huele cuando pasa a tu lado. En el césped pasa por delante y deja un perfume…”.
Cruyff anunció pinturas en la tele, plantó cara al tabaco, consumió chupa chups en los banquillos a modo de redención, y volvió a regenerar tácticamente el FC Barcelona. Con su primera Copa de Europa, con él comenzó todo. Pep Guardiola esculpió luego su obra inicial y ahora Luis Enrique la conserva.