El domingo 15 de setiembre de 1996, hace 24 años, Ave María Alpízar Jiménez pasó a la historia como la primer árbitra que pitó un partido de la Primera División masculina en el fútbol de Costa Rica.
Alpízar fue la encargada de impartir justicia en el duelo entre Goicoechea y Pérez Zeledón, por la segunda fecha del torneo 1996-1997, que finalizó con victoria de los sureños por 2-3. Al día siguiente, el periódico La Nación le dio a ella una calificación de ‘6’, apenas regular, en la escala tradicional de ‘0 a 10’.
Aquella fecha dominical, en la vieja estructura del Estadio Nacional, en La Sabana, San José, Ave María marcó el camino que poco después seguirían mujeres como Clareth Jiménez (dirigió un clásico Alajuelense-Saprissa, en setiembre del 2000, en Alajuela), Éricka Vargas, Milena López, Belkis Cortés, Patricia Miranda, Kimberly Moreira, Marianela Araya, Kimberly Sánchez, Nelly Alvarado, Rebeca Mora y, el último caso, Saphire Stockman, estadounidense que tiene nueve años de vivir en el país –Katherine Jiménez falleció en el 2016, ahogada–.
La silbatera josefina (de entonces 34 años) saltó al terreno de juego con los guardalíneas Federico Vargas y Rodolfo Ledezma, y cumplió con una “regular labor”, según las crónicas publicadas por los diarios La Nación y La República.
“Iba un 80% preparada, pero el resto eran puros nervios y estrés. Por dicha me pusieron dos muy buenos asistentes y, aunque no fue un derroche de talento, saqué la faena. Eso me dio mucha confianza para el futuro. Ya después yo entraba como… bueno, no como un toro, porque ese es un macho, pero sí con mucha energía”, explicó sobre ese juego en una entrevista con La Nación, en mayo del 2017.
La principal polémica de aquel juego fue la sanción de una falta de penal que significó el momentáneo empate 2-2 de los generaleños. “Era mi primer encuentro, estaba tensa y nerviosa. Sé que cometí errores producto del nerviosismo, pero ingresé al campo a tratar de hacer las cosas bien, con justicia”, reconoció Alpízar un día después del partido.
Sin embargo, el entonces técnico del Municipal de Pérez Zeledón, Henry Duarte, criticó duramente la labor de la árbitra central durante el cotejo.
“Fue flojo, sin criterio, en la primera parte hubo jugadas muy rápidas para ella, quien no marcó algunas faltas. En la segunda parte mejoró un poco. Creo que es negativo que el árbitro central sea una mujer, ella no puede determinar lo que sienten dos jugadores en un roce. Por ahora, la mujer no está capacitada para pitar juegos. El día que la FIFA tenga árbitros profesionales femeninos, las aceptaré”, dijo con vehemencia el estratega sureño en el diario La República.
Las severas críticas de Duarte no fueron compartidas por el entonces presidente de la Comisión de Arbitraje, el exjuez Juan Soto París, quien defendió la labor de su pupila.
“Anduvo bien, en términos generales, solo estuvo un poco indecisa en el penal que sancionó, pero el castigo estovo bien. Tuvo una buena coordinación con sus líneas, aunque lució un poco lenta en algunas jugadas”, describió Soto París en el mismo matutino.
La inclusión de mujeres en el arbitraje del fútbol de hombres comenzó en la década de 1990 por una iniciativa propuesta por la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), que requería una mayor presencia femenina en el deporte. De inmediato, la Federación Costarricense de Fútbol (Fedefútbol) se encargó de reclutar rápidamente promesas vestidas de negro que impusieran su liderazgo en un terreno de juego, con el propósito de que el país tuviera una representación femenina.
Esta revolución en el mundo del arbitraje se reflejó claramente en esa época. Por ejemplo, hasta 1997, la FIFA había registrado a 56 mujeres de 39 países –entre ellas una tica, Ave María Alpízar– en su lista de árbitras internacionales. Casi todas habían pitado antes juegos de fútbol femenino.
Ave María Álpizar, ruta a la Primera División
La josefina Ave María Alpízar, hoy de 58 años y madre de dos hijas, empezó en 1990 como profesora de Educación Física en el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) y, de alguna manera, se vinculo al fútbol como árbitra, cuando participó ahí en un curso de esta disciplina junto con su esposo, el exárbitro Luis Mejía, con la intención de aprender y poder enseñarle a sus alumnos.
“Yo sabía de fútbol, pero no de arbitraje; ni siquiera entendía qué era un fuera de lugar. Entonces para aprender y poder enseñarle a mis alumnos asistí al curso. Incluso cuando me inicié ni siquiera me gustaba este deporte (…). Si voy a arbitrar como central es porque he trabajado duro para ganarme el puesto, no es porque tengan una consideración especial hacia mí”, confesó Ave María en una entrevista con La Nación, antes de su estreno oficial en 1996.
En 1995 se transformó en la primera mujer costarricense en portar el gafete de la FIFA, y antes de arbitrar en la máxima categoría, ya había impartido justicia en partidos de certámenes de ligas menores, Segunda y Tercera Divisiones. También fue cuarta árbitra y guardalínea en varios juegos de la Primera División y amistosos internacionales.
Antes de su estreno en la Primera División en 1996, Alpízar recordó que en sus comienzos sus colegas hombres la cuidaban y la protegían más por ser mujer, pero su carácter y deseo de demostrar de lo que era capaz convenció a los compañeros de que ella era una más. “Nunca me he sentido menos que ellos y si tengo que sacar una tarjeta, la saco. Soy estricta en el cumplimiento de las reglas. En un partido expulsé a cuatro jugadores”, afirmó. Esa vez dijo que por ser mujer no escapaba de los insultos del público y los reclamos de los entrenadores.
Luego, a partir de su debut oficial hace 24 años en la máxima categoría, el 15 de setiembre de 1996, ella mostró una personalidad firme al momento de arbitrar. De esta manera arrancó su aventura que la llevó a destacar a nivel nacional e internacional, con una buena cantidad de juegos dirigidos en la Primera División, incluidas dos Copas de Oro Femeninas de la Concacaf (2000 y 2002) y un repechaje eliminatorio al Mundial entre Argentina y México, en 1998. Su retiro definitivo se presentó en el 2004.
El trayecto, sin embargo, estuvo lleno de espinas y ella siempre estuvo consciente de que, en arbitraje, siempre lo estará. “Eso es lo que atrae, el reto. Es muy difícil quedar bien, uno siempre trabaja duro y con toda honestidad, a veces cometemos errores como seres humanos que somos, pero cuando un partido (ojalá un partido difícil) se saca bien, ahí está la recompensa”, expresó Ave María a La Nación en el 2001.
Para Ave María, quien jamás sonría en la cancha pero sí con frecuencia sin el uniforme de réferi, lo más importante en el arbitraje cada vez que pisaba el césped era tener el control del encuentro e imponer su autoridad, sin dejar que nadie le intentara pasar por encima, aunque, al mismo tiempo, evitando broncas gratuitas.
“Hay árbitros que entran deseando sacar rojas. Yo prefería evitar eso y más bien prevenir para no manchar el partido”, declaró Alpízar en el 2017, en otro reportaje con La Nación que compartió con otras precursoras de la autoridad y el silbato, Éricka Vargas y Milena López; la primera debutó en 1999 y se retiró en el 2008; la segunda empezó en el 2000 y se alejó en el 2008.
La actitud hacia ella era distinto según el jugador o el técnico. Pero en este sentido, definitivamente fue Ave María quien tuvo que abrir brecha: “Me veían con menosprecio, eran despectivos conmigo. Les costaba aceptar que ellos tenían que acatar lo que yo decidiera”, afirmó en ese mismo artículo, aunque reconoció esa vez que poco a poco esa actitud fue variando.
No quiso hablar de los jugadores más altaneros, agresivos y reclamones cuando impartió justicia en la Primera División entre 1996 y el 2004, pero sí a los más caballerosos, que le ayudaban a su labor arbitral. Y entonces citó a Érick Lonis, Gilberto Tuma Martínez, Javier Delgado y Hugo Madrigal.
Uno de los momentos más duros de la carrera arbitral de Alpízar lo vivió en 1999, luego de que la FIFA la escogió para dirigir en el Mundial de Futbol Femenino en Estados Unidos. Sin embargo, dos días después de recibir esta noticia, se enteró que estaba embarazada de su segunda hija debió renunciar a la designación. “Pienso que si hubiera tenido que sacrificar todos los Mundiales por mi hija María José, igual habría quedado embarazada”, reflexionó ella en esa ocasión.
Ave María Alpízar Jiménez, la pionera de pioneras del arbitraje femenino nacional, abrió brecha y dejó huella en Costa Rica. Se jubiló en el 2017 y, como católica devota, dedica mucho de su tiempo a la iglesia. Nunca se arrepentió de su elección profesional: “Esto es una obsesión. Y también adrenalina pura”, concluyó en otra entrevista con La Nación, en el 2001.
“Iba un 80% preparada, pero el resto eran puros nervios y estrés. Por dicha me pusieron dos muy buenos asistentes y, aunque no fue un derroche de talento, saqué la faena. Eso me dio mucha confianza para el futuro. Ya después yo entraba como… bueno, no como un toro, porque ese es un macho, pero sí con mucha energía”.
Ave María Alpízar; 6 de mayo del 2017 (diario ‘La Nación’).
Partido del recuerdo
Goicoechea 2
Pérez Zeledón 3
Fecha y hora: Domingo 15 de setiembre de 1996; 11 a. m.
Estadio: Nacional, de La Sabana, San José.
Alineaciones:
Goicoechea: Gerardo Hidalgo; José Eduardo Calderón, Pedro Bonilla, Otto Espinoza (Fabián Barquero, a los 22′), Esteban Escalante, Rodrigo López, Jaime Quesada (Gustavo Villar, a los 61′), Jorge Alfaro, Olman Oviedo, Álvaro Rojas y John González. Director técnico: Roger Flores.
Pérez Zeledón: Ronald Sequeira; Juan Carlos Gamboa, Freddy Gamboa, Aldrin Vargas, Geraldo Da Silva, Geovanny Hidalgo, Rafaello De Goes (Tony Marín, a los 60′), Wilbeth Pérez, Everaldo Da Costa (César Hernández, a los 53′), Taylor Morales (José Fernando Cordero, a los 88′) y Farlen Ilama. Director técnico: Henry Duarte.
Árbitros: Ave María Alpízar, central. Asistida por Rodolfo Ledezma y Federico Vargas.
Goles: 0-1 (24′): Everaldo Da Costa (Pérez Zeledón), con remate cruzado. 1-1. (49′): Olman Oviedo (Goicoechea), asistido por Álvaro Rojas. 2-1 (59′): John González (Goicoechea), con servicio de Jaime Quesada. 2-2 (66′): Farlen Ilama, de penal (Pérez Zeledón), tras falta en el área a Aldrin Vargas. 2-3 (86′): Wilberth Pérez (Pérez Zeledón), habilitado por Farlem Ilama.
Amonestados: Jaime Quesada, John González y Fabián Barquero (Goicoechea); Geovanny Hidalgo (Pérez Zeledón).
Motivo: Partido de la fecha 2 del Campeonato Nacional de la Primera División por la temporada 1996-1997.
La pionera dama de negro
Nombre: Ave María Alpízar Jiménez.
Edad: 58 años. Nació el 19 de setiembre de 1961, en San José.
Familia: Padres, Fernando Alpízar Marín (fallecido en el 2010) y Teresita Jiménez Rivera; tiene siete hermanos.
Estado civil: Casado con Luis Mejía Alpízar, exárbitro; madre de dos hijas, Ave María y María José.
Residencia: San Rafael de Alajuela. Es nativa de Pozos de Santa Ana, San José.
Ocupación: Profesora de Educación Física, actividad que ejerció de 1990 hasta el 2017, cuando se pensionó del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA). Cursó el diplomado en arbitraje, en la Universidad Nacional (UNA).
Pasatiempos: Departir con la familia.
Trayectoria deportiva: Se dedicó al arbitraje del fútbol desde 1990. Su esposo, Luis Mejía, que también era árbitro, le ofreció la oportunidad de intregrarse junto con él en un curso de arbitraje. La magia la atrapó instantáneamente y ahí nació su pasión por ser árbitra. Obtuvo el gafete de la FIFA en 1995 y desde ese año perteneció a la Comisión Nacional de Arbitraje. Fue línea en los partidos de la Primera División Belén-Turrialba; Saprissa-Guanacaste y en los internacionales Chung Dinos de Corea-Selección Olímpica de Costa Rica; Liga Deportiva Alajuelense-Spartak Trnava de Eslovaquia. En 1994 fue cuarto árbitra en los partidos entre Pérez Zeledón-Alajuelense y Selección de Costa Rica-Pérez Zeledón. Se destacó como línea y central en juegos de Tercera y Segunda División. Se convirtió en la primera mujer costarricense en dirigir un partido en la máxima categoría, tras debutar en la segunda fecha de la temporada 1996-1997, en el partido Goicochea-Pérez Zeledón (2-3). A partir de ahí siguió en la Primera División tica y luego a nivel internacional en el repechaje Conmebol-Concacaf del Premundial Femenino entre Argentina y México (2-3), el 19 de diciembre de 1998, en Buenos Aires, Argentina; dos Copas de Oro Femeninas de la Concacaf, la del 2000, en Estados Unidos y la del 2002 en Canadá; y en torneos de Centroamérica en Guatemala, El Salvador y Panamá. Arbitró en la despedida del exportero Érick Lonis, en el estadio Ricardo Saprissa, el 29 de junio del 2003. Se retiró del arbitraje local e internacional un año después, en el 2004.
FUENTES CONSULTADAS: Periódicos ‘La Nación’ y ‘La República’; ‘Semanario Universidad’, página web de la Fedefútbol y el archivo del sitio digital ‘Buzón de Rodrigo’. YouTube: Programa ‘Informe 11’, de Repretel. Fotografías: ‘La Nación’ y ‘La República’.