Alexandre Borges Guimarães (atrás) jugó con Costa Rica ante su país de nacimiento, Brasil, en la Copa del Mundo Italia 1990. Después publicó un libro, "La Gran Fiesta", sobre su experiencia en esa justa mundialista (Archivo de Rodrigo Calvo).

El duelo entre Costa Rica y Brasil por el Mundial de Italia 90, marcó hace 30 años un doble hecho histórico en el fútbol de ambos países. El 16 de junio de 1990 ambas selecciones se enfrentaron por primera vez en el marco de una Copa del Mundo y fue también la primera ocasión en que un futbolista nacido en Brasil jugaba ante su país natal en una cita mundialista.

El singular honor le correspondió al costarricense Alexandre Borges Guimarães, nacido en 1959 en Alagoas, Maceió, Brasil, y que se mudó con su familia a Costa Rica al cumplir los 12 años.

En 1984 optó por la nacionalidad costarricense, gracias al apoyo del entonces presidente del Saprissa Enrique Weisleder, y en 1985 fue llamado a la Selección Nacional que disputó las eliminatorias para el Mundial de México 1986. Participó en la primera etapa del proceso eliminatorio a Italia 1990 y fue llamado posteriormente a la Sele cuando el técnico yugoslavo de origen serbio, Velibor Bora Milutinovic, asumió el mando de la Tricolor camino al torneo en suelo italiano.

“Una de las cosas que tenía claro, era que en el momento que me caso (con Lina Mora) y tuvimos a Mauro, nuestro primer hijo, yo tenía que tomar una decisión con respecto a dónde me iba a afincar. Entonces, viene la decisión de nacionalizarme, y cuando me nacionalizo, tengo clarísimo que tengo que hacer todo lo posible para ser seleccioando y jugar un Mundial, confesó Borges Guimarães en una entrevista concedida al sitio digital Buzón de Rodrigo en noviembre del 2017.

“Y estar en Italia 90 para mí fue una alegría inmensa, no sólo jugarlo, sino que las coincidencias de la vida me hicieron jugar contra mi país de nacimiento. Fue una sensación muy fuerte, que ni en mis mejores sueños me hubiera imaginado”, añadió.

Luego de que el sorteo emparejara a Costa Rica y Brasil en el Grupo C de Italia 90, y al conocerse la convocatoria de Guimarães para la cita mundialista, la expectativa por un posible encuentro ante su país de origen comenzó a crecer, primero en Costa Rica y luego en la prensa internacional.

Sería la primera vez que un futbolista nacido en Brasil jugara contra la Verdeamarelha en una Copa del Mundo, lo que provocó que a su llegada a Italia, periodistas de diferentes países visitaran la concentración tica para conversar con el mediocampista nacional.

Antes del juego ante Brasil, la prensa internacional conversó con Alexandre Borge Guimarães sobre la posibilidad de enfrentar a su país de origen (foto archivo de Rodrigo Calvo).

Sin embargo, Guimarães sabía muy bien que, si jugaba esa tarde en Turín, sería como variante.

“En el partido ante Gales (Costa Rica cayó 0-1 en Cardiff, el 20 de mayo de 1990), que fue el último partido formal de preparación antes del Mundial, perdí la opción de ser titular. Empecé como titular, al medio tiempo Bora me cambió y ahí entendí que tendría que jugar otro rol diferente, ser el primer cambio en el mediocampo. Lo asimilé positivamente”, recordó.

La posibilidad de que Guimaraes enfrentara a su país de origen también generó curiosidad entre sus mismos compañeros de Selección.

Guima contó en su libro La Gran Fiesta (1990) que, antes del partido contra La Canarinha, el defensor Héctor Marchena lo buscó para preguntarle cómo se decía en portugués: “¡estate tranquilo, cabrón!”. “Le respondí: ‘Fica quieto, veado’. -Es que se lo voy a a decir a Careca- dijo con gran convicción”, confesó el hoy técnico en su texto.

Ya en el estadio Delle Alpi, de Turín, Italia, el volante costarricense vivió momentos de gran emotividad, como los actos protocolarios del juego ante los brasileños.

Alexandre Borges Guimarães (izquierda) disfruta hace tres décadas con José Carlos Chaves y Luis Gabelo Conejo (de espaldas) la histórica clasificación a la segunda ronda del Mundial 1990, luego de derrotar 2-1 a Suecia en Génova, Italia. El exvolante sirvió de cabeza el pase a Hernán Medford para que anotar el gol del triunfo (foto archivo de Rodrigo Calvo).

“Cuando sonaron los dos himnos en el estadio, para mí fue un sentimiento muy fuerte porque sabía que estaba entonando el de mi país natal así como el de Costa Rica, un lugar que me abrió las puertas y al que precio demasiado”, reveló el exmundialista a la cadena estadounidense ESPN.

Y el momento esperado llegó a los 78 minutos, cuando Bora Milutinovic ordenó la salida de Juan Arnoldo Cayasso y el ingreso de Guimarães. Fueron sólo 12 minutos sobre el terreno, cuando ya la Sele perdía 1-0, pero suficientes para marcar un hito en la historia futbolística de Brasil y de Costa Rica. Y hasta comenzó una curiosa relación Guima con el número 12.

Doce años después, Alexandre Borges Guimarães volvió a encontrarse con Brasil en una Copa del Mundo, pero esta vez fue como director técnico de la Selección de Costa Rica en Corea-Japón 2002.

“Esa vez sí fue muy diferente, porque era un partido donde nos definía las posibilidades a nosotros para pasar a la siguiente ronda, nos enfrentábamos a una selección campeona del mundo y yo tenía la responsabilidad de que la selección lograra el objetivo”, contó Alexandre a ESPN sobre ese juego que los ticos perdieron 5-2 y que fue declarado por la prensa internacional como uno de los mejores de aquel Mundial en Asia.

Otros 12 años después, Guima se volvería a encontrar con su país de origen en el marco de una Copa del Mundo, aunque ahora sería desde la grada y para apoyar a su hijo Celso Borges, figura de la Tricolor que hizo historia en la cita de la FIFA en Brasil 2014.

La revista deportiva “Triunfo” ilustró con esta caricatura de Rafael Campos una entrevista a Alexandre Borges Guimarães publicada después del Mundial Italia 90 (Reproducción de la revista deportiva “Triunfo”).

Otros brasileños que defendieron a otras selecciones

Brasil es cuna de jugadores de élite en el fútbol mundial, talentos excepcionales que muchas veces no llegan a la Selección Mayor, pero que encuentran una oportunidad defendiendo los colores de otras naciones.

THIAGO MOTTA (Italia)
Nacido en São Bernardo do Campo de São Paulo jugó para Brasil en la Copa de Oro del 2003, antes de asumir la ciudadanía italiana y comenzar a jugar para la Squadra Azzurra, con quienes disputó dos ediciones de la Eurocopa (2012 y 2016) y la Copa Mundial del 2014.

DONATO GAMA DA SILVA (España)
Exjugador del Vasco da Gama, alcanzó el estrellato en el fútbol español y aún hoy es venerado en La Coruña. Fue el primer hombre negro en jugar para la Selección española y usó la camiseta número 10 durante la Eurocopa de 1996.

PEPE (Portugal)
El exzaguero del Real Madrid es de Alagoas de Maceió, Brasil. Pepe llegó al fútbol portugués en el 2001, cuando tenía 18 años, y fue convocado por primera vez seis temporadas después. En total, Pepe jugó 109 partidos para Portugal, estuvo en las últimas tres Copas del Mundo y formó parte del equipo de campeones europeos en 2016.

DIEGO COSTA (España)
Jugó dos partidos amistosos con Brasil, pero después de nacionalizarse español aceptó jugar para La Roja. Con España disputó el Mundial de Brasil 2014, donde no fue recibido de la mejor manera.

MARCOS SENNA (España)
Mediocampista nacido en Sao Paulo, Brasil. Debutó con la Selección española en marzo del 2006, y meses después disputó la Copa del Mundo en Alemania. Con La Roja se coronó campeón de la Eurocopa del 2008.

DECO (Portugal):
Nació en Sao Paulo y debutó en el fútbol brasileño en 1995, para dar el salto a Europa en 1997, cuando actuó con el Benfica. Su debut como internacional se produjo en marzo del 2003, en la victoria de Portugal 2-1 sobre Brasil. Disputó las Copas del Mundo de Alemania 2006 y Sudáfrica 2010, y las Eurocopas del 2004 y 2008.

FUENTES CONSULTADAS: La revista deportiva “Triunfo”, el libro “La Gran Fiesta” (1990), el sitio web de la cadena estadounidense “ESPN”, “Blog del periodista brasileño Rafael Reis” en uol.com.br. Fotografías: Archivo de Rodrigo Calvo.

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Tiene 43 años de ejercer el periodismo deportivo. Estudió en la Universidad de Costa Rica, graduado en 1989. Laboró en Radio Monumental, Deportes Repretel y la oficina de prensa del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, IICA. Estuvo ligado por tres décadas al Grupo Nación, en la revista deportiva “Triunfo” y los periódicos “Al Día” y “La Nación”. Ha colaborado para medios especializados de la FIFA y en Centroamérica, Caribe, México, Estados Unidos, Canadá, Colombia, Argentina, Brasil, España e Italia. Obtuvo el Premio Nacional “Pío Víquez” de Periodismo en el 2007 y dos veces el Premio “Jorge Vargas Gené-Óscar Cordero Rojas". Su especialidad son temas de historia y estadística del deporte nacional e internacional. Desde 1995 escribe la columna “Buzón de Rodrigo” y desde 1989 es corresponsal del semanario deportivo “France Football” de Francia. Integra la Federación Internacional de Historia y Estadísticas de Futbol en Alemania y a partir del 2007 es miembro del jurado mundial del “Balón de Oro”, de la revista “France Football". Escritor de múltiples obras deportivas, como la colección "Aventura Tricolor: Mundial de Italia 1990, "Tiempos de Selección" (1997), "La Copa Mundial de Fútbol (1998), "100 años de Deportes" (1999), "Huellas del Fútbol Tico" (2009), "Legionarios" (2012), "CSH-100: ¡El equipo que nació Grande! 1921-2021" (2021) y "Crónica del Centenario 1921-2021" (2021).