Nuestra Selección Nacional es una marca país. Y como tal debemos respetarla. El proceso que ha vivido la misma, a partir del año 2015, es serio, formal, responsable, disciplinado, táctico y todo gracias al trabajo igualmente disciplinado de la Federación Costarricense de Fútbol, encabezada por su presidente Rodolfo Villalobos.
Claro está que todos queremos que el equipo tricolor siempre gane. Sin embargo, eso no es posible. Muchos no están contentos con la etapa clasificatoria, que nos puso en un primer lugar con los partidos iniciales, y prácticamente aseguraron la clasificación, pues al final de dicha etapa no hicimos los mejores puntos para llegar holgados a Rusia 2018.
Pero estamos en el Mundial. Y como siempre, todo el país se convierte en un entrenador calificado y cada uno de nosotros emitimos nuestros veredictos de cómo nos va a ir en Rusia. ¡Que nos va bien, que nos va mal, que nos van a golear, que haremos el ridículo¡, etcétera.
Lo que duele leer, ver y escuchar en varios medios de comunicación, es el desconocimiento a la hora de emitir varios de esos pensamientos en cuanto al plan elaborado por don Óscar Ramírez (así, “don Óscar”).
Planificación es una palabra que no le gusta al tico. Todo lo deja para el final, cuando tiene el agua hasta el cuello. Así sucede con el pago del marchamo, de los impuestos, de las multas, etc. Siempre al final sacamos “el as bajo la manga” y vienen la mil excusas para justificar el no haber actuado planificadamente.
El “fanático” se vuelve loco porque no jugaremos contra Argentina, en un amistoso por invitación en Buenos Aires, a finales de mayo próximo, y hablan sin saber la razón por la cual no se puede hacer esta gira, por más Lionel Messi como carnada para esos juegos (al final ni cinco minutos juega). Y no tienen idea lo que significa juntar a los legionarios europeos con los de la Major League Soccer (MLS), de Estados Unidos. El desgaste que esto provocaría en los jugadores.
Estamos exactamente a 60 días del debut tico del Mundial ruso ante Serbia, el 17 de junio en Samara, Rusia. Para el 20 de mayo terminarán casi todas las competencias del planeta. A partir del 21 de mayo empiezan a llegar los legionarios a sus equipos de origen. La MLS tiene el aval de FiFA para terminar una semana después.
Esto significa que dentro de una planificación ya establecida por el entrenador nacional, a partir del 28 de mayo el equipo debe estar nuevamente concentrado. Con dos sesiones diarias en el Proyecto Gol para observar videos, trabajos grupales y hasta de vez en cuando salidas familiares.
Así las cosas, ¿cómo se les ocurre a muchos críticos que Costa Rica podría jugar contra Argentina, el día 28 de mayo?. Desde luego que este tipo de juegos les interesa a la televisión y prensa nacionales. A unos más que otros. Pero no saben nada de planificación, de planes, de organización… y hablan por hablar. Hablan “paja”, como se dice popularmente.
Porque en este país hay otro deporte y orgullo nacional, al igual que “el Yigüirro” y “La Guaria Morada”; es el “serrucho”. En vez de alabar la planificación deportiva de la Selección Nacional, realizada por la Federación Costarricense de Fútbol y el entrenador de la Tricolor, ahora se quejan de no haber aceptado el juego contra Argentina. Se quejan y hablan porque don Oscar Ramírez bajó 22 libras de peso. Si estaba gordo lo criticaban y ahora que no lo está siguen hablando “paja”. Fuera serruchos. Fuera negativismo.
Vamos con buenas “vibras” para la Selección Nacional. Que Serbia, Suiza y Brasil no son nada fácil, lo sabemos. Pero que no se confíen en el Mundial de Rusia, como le pasó a Italia, Uruguay e Inglaterra, en el “Grupo de la Muerte” de hace cuatro años en Brasil. Si los equipos grandes como estos últimos campeones mundiales sufrieron un terrible traspiés contra Costa Rica, cuidado y no sucede igual ahora en Rusia.
Si nos conectamos todos positivamente, nuestros jugadores recibirán ese apoyo emocional. La crítica puede ser positiva, para enmendar errores pero nunca para destruir el sueño de cinco millones de costarricenses.