José Rafael "Fello" Meza registró una exitosa carrera internacional, que duró 20 años en clubes de Costa Rica, México, Argentina, Colombia y Honduras. Aquí una muestra de camisetas que defendió; de izquierda a derecha, Cartaginés, Moctezuma de Orizaba (México), Estudiantes de la Plata (Argentina), Atlante (México), Universidad de Bogotá (Colombia) y Herediano (fotos archivo de Rodrigo Calvo; montaje de Randall Corella).

En la mañana del 6 de enero de 1957, todo fue memorable en el Estadio Nacional. Aquella vez, el legendario delantero de origen cartaginés, José Rafael Fello Meza Ivankovich, disfrutó de su despedida del futbol activo con una actuación sensacional, que provocó la estruendosa ovación de los fanáticos y resumió su experimentada carrera de 20 campañas entregadas al deporte. 

Aunque no anotó ese día, la huella de los servicios exactos y precisos del reconocido Maestro del balompié costarricense se reflejó en cuatro de los siete goles de su último club, el Club Sport Herediano, que se impuso con un apabullante 7-2 al Rapid de Viena, que era entonces una de las escuadras más respetadas de Europa. Un retiro a lo grande. 

“El veterano ‘crack’ de veinte años de labor, hizo su último encuentro con toda la cátedra que tanto renombre le dio, y con la que prestigió al país dentro y fuera de nuestras fronteras…”, consignó el periódico La Prensa Libre sobre el momento del adiós de un auténtico maestro del futbol, a unos diez minutos de iniciada la etapa complementaria. 

Era el capítulo final de una brillante trayectoria que se extendió de 1937 a 1957 en clubes de la Primera División de Costa Rica (Cartaginés y Herediano), México (Orizaba y Atlante), Argentina (Estudiantes de la Plata), Colombia (Universidad de Bogotá) y Honduras (Aduana), donde el gol fue el gran amor que lo acompañó. 

El legendario Fello Meza desarrolló una carrera grandiosa en el futbol nacional e internacional, durante dos décadas. La historia le tiene reservado un sitial de honor. Varios expertos dicen que fue uno de los más brillantes jugadores que ha dado el país y otros más concluyentes afirman que ha sido el mejor de todos los tiempos; por su clase, maestría con el balón, goles sensacionales e inigualables logros en el campo de juego.

Y es que Meza llegó a adornar las portadas de revistas y diarios del continente, debido a que llegó a concretar más de 300 veces, de todas formas y estilos, con la cabeza, de tiro libre, de media vuelta, gambeteando al portero, de cerca, de lejos o de espaldas al marco, de lujo o en forma dramática, pero siempre haciendo goles…, muchos goles. 

“Mi hermano Fello fue un centro delantero muy bueno, un fuera de serie como decía ‘Catato’ Cordero, que sobresalía sobre los demás. Era muy técnico, con una cintura para jugar que no la tenía ningún otro. Para mí, Alejandro Morera y mi hermano están taco a taco, como los dos mejores jugadores que hubo en Costa Rica”, dijo con orgullo su hermano ya fallecido, Jaime Meza Ivancovich, en entrevista con el diario La Nación, en setiembre del 2012.

Fello Meza en su debut en Primera División
José Rafael “Fello” Meza a los 16 años, cuando debutó en el conjunto de la Primera División del Club Sport Cartaginés, en la década del 30 del siglo pasado (foto colección de José Rafael Soto).

Los primeros trazos de Fello Meza

Fello –diminutivo de José Rafael– fue el quinto miembro de una familia acomodada de siete hijos en Cartago, donde gozó de una infancia muy feliz. El motivo era que disfrutaba los días enteros jugando mejengas hasta el anochecer con amigos o personas mayores a él en la plaza Iglesias, que estaba situada a escasos 150 metros de su casa. 

“Desde pequeño me gustó anotar goles. Era lo único que importaba. Nunca jugué de portero, ni de defensa, ni de volante, porque solo deseaba marcar goles y goles; y así fue mi carrera en todos los equipos donde jugué”, explicó en una edición dominical del periódico Excelsior, en los años 70. 

Su hermano Jaime Meza, exfutbolista profesional, corroboró hace ocho años esta versión y agregó que a su llegada al Cartaginés, Fello Meza siempre llamó la atención más que ningún otro, por “su gran destreza y habilidad técnica para manejar la pelota como un maestro, en especial cuando realizaba su distribución con pases milimétricos”

Era tal su fama inicial que, en 1933, la revista deportiva Olimpia publicó un artículo del periodista José J. Gómez, en el cual anticipaba lo que haría después en el profesionalismo. “He aquí un jugador de gran esperanza: tiene un juego lúcido, colocación, ‘dribling’ (regate), es oportunista, coloca buenas bolas, etc. Lo único que le falta es ‘shut’ (remate a marco). Lo que pasa es que es muy joven y de pequeña estatura. Ya tendrá ocasión la afición de verlo actuar”

Y así ocurrió. Poco después de que el conjunto blanquiazul ganó su segundo título de la historia, en 1936, la afición fue testigo del arranque de uno de los más admirables jugadores en la máxima categoría. 

Debutó el 4 de julio de 1937, ante el Herediano (los brumosos cayeron 5- 2), pero su consagración la lograría años después. 

Profesor en el exterior

Una legendaria temporada suya en 1940 le brinda al Club Sport Cartaginés el tercer título nacional de su historia en el fútbol nacional, y a Meza el galardón individual de máximo anotador del torneo, con 13 goles, méritos que prolongó un año más tarde con el seleccionado mayor, que ganó invicto el primer certamen de naciones a nivel centroamericano y del Caribe. 

Cuando el temido artillero pasó al equipo azteca Moctezuma, de Orizaba, que lo llevó a alcanzar el goleo del campeonato 1941-1942, el diario local As de fútbol no escatimó elogios: “El tico es un hombre de gran efectividad, que puede garantizar la labor de una delantera coronado las jugadas. No plantea juego técnico, ni tiene ribetes de catedrático, pero es un efectivo realizador, de oportunismo inteligente”

La prensa argentina también admiró su futbol, cuando viajó a Buenos Aires con una maleta cargada de ilusiones y pasó a formar parte de la nómina de Estudiantes, en 1942. “Un chico morochito, muy diestro para mover la globa (el balón) y muy valiente para luchar en la zona fuerte adversaria. Se llama Meza y jugando al futbol demuestra que procede de muy buena escuela”, escribió un columnista del diario argentino Clarín; en tanto que el periódico Cancha apuntó: Muestra una positividad y puntería notables, y anota con la precisión de un geógrafo”

Su paso por Argentina fue corto. “No tuvo mucha suerte”, según el periodista José Antonio Pastor, en su libro El Adiós del Maestro. Primero soportó la animadversión de sus compañeros y luego una seria lesión en su rodilla izquierda, que le dejó actuar en solo diez juegos oficiales. El 31 de diciembre de 1943 expiró su contrato y retornó a México. 

Su apogeo

Aunque fichó otra vez con la Unión Deportiva Moctezuma de Orizaba, José Rafael Fello Meza alcanzó su etapa más brillante con un cuadro de excepción, el Atlante, que tenía ocho jugadores extranjeros de categoría mundial, entre ellos Gregorio Blasco, Martín Vantolrá, Horacio Casarín, Mateo Nicolau y el tico Meza. 

En la temporada de 1945-1946, Atlante logró el vicecampeonato e impuso la increíble marca latinoamericana de 121 goles en 30 partidos (José Rafael hizo 30). En el campeonato de 1946-1947, los azulgranas llegarían al título con 16 juegos invictos y Fello aportó 19 tantos, convirtiéndose de la noche a la mañana en una de las figuras relevantes en México. 

“Esas fueron mis mejores temporadas como futbolista. A los 26 años había adquirido una experiencia indescriptible, al poder jugar al lado y en contra de los mejores jugadores argentinos, españoles y mexicanos de la época”, reseñó Meza en una entrevista con la revista deportiva Triunfo, en setiembre de 1984. 

Fello Meza pasó luego al Moctezuma, para despedirse del futbol mexicano en el mismo equipo donde había comenzado. Su siguiente destino fue Colombia, donde jugó en la Universidad de Bogotá por un breve período, en 1950, debido a otra seria lesión en la rodilla izquierda, que le hizo recordar la triste historia en Argentina. 

Inactivo seis meses, Fello volvió al Cartaginés para el torneo de 1951 y vivió grandes momentos allí. Jugó su último campeonato con el Herediano, cuyo título de la campaña de 1955-1956 ganó sobre el Deportivo Saprissa y la Liga Deportiva Alajuelense. 

El Maestro Meza puso punto final a una carrera de dos décadas y después de él ningún otro delantero llegó a superar su clase internacional, pues sus goles estremecieron las tribunas de Costa Rica, México, Argentina y Honduras. 

A partir del adiós contra Rapid de Viena, a comienzos de 1957, pasó a ser una leyenda sin par en el futbol nacional. 

De goleador en la Tricolor al banquillo y… al retiro

La primera vez que Fello Meza se puso la camiseta de la Selección Nacional de Costa Rica le deparó satisfacciones al entonces delantero del Cartaginés. Sucedió hace 83 años, en mayo de 1941, cuando la Tricolor se adjudicó en forma invicta el trofeo de monarca del primer Campeonato Centroamericano y del Caribe de Fútbol, que se jugó en el viejo Estadio Nacional, de La Sabana, San José.

Al final, Fello recibió una copa que lo acreditaba como campeón goleador con ocho tantos. Diez años después, en 1951, el Maestro del fútbol tico fue convocado de nuevo a la Sele, en compañía de su hermano Jaime Meza. Aquella vez no le fue al equipo nacional, que disputó el quinto Campeonato Centroamericano y del Caribe de Fútbol, en Panamá.

Costa Rica perdió la corona ante los anfitriones y fue el subcampeón. Actos de indisciplina en el seleccionado dieron al traste con el objetivo del título regional. Varias figuras recibieron su reprimenda, incluido Fello, quien fue castigado dos años y se le excluyó de la Tricolor. En síntesis, José Rafael sumó 12 conquistas en sólo seis presentaciones con el equipo nacional de Costa Rica.

Una vez retirado en 1957, se dedicó a la profesión de entrenador de fútbol. Ya tenía varias experiencias en la época de jugador de haber dirigido al Moctezuma de México, el Cartaginés y el Aduana de Honduras.

Por 20 años dirigió a varios equipos nacionales, entre ellos el Cartaginés, Limón, Herediano, Turrialba y San Carlos, en Primera División; y a Golfito, Puntarenas, Pérez Zeledón, Paraíso y otra vez Turrialba, en la segunda categoría. Se retiró de los banquillos en 1980 por recomendación médica.

Años antes, el 10 de octubre de 1972, logró el honor de ingresar a la Galería Costarricense del Deporte, a la par del exboxeador Luis Portela y el exmotociclista de velocidad, Carlos Tuta Cortés.

Sin embargo, la mayor distinción de su carrera futbolística la recibió el 2 de agosto de 1973, cuando fue bautizado con su nombre el estadio de Cartago, en un partido amistoso entre el Cartaginés y el Liverpool FC de Montevideo, Uruguay. El juego finalizó 2-2. Con 53 años, entonces, Fello jugó diez minutos y dio una asistencia de gol a Leonel Hernández.

La provincia de Cartago y el fútbol nacional en general se enlutaron hace 35 años, el 15 de julio de 1988, con el fallecimiento en San José, a la edad de 68 años, de José Rafael Fello Meza Ivankovich, “el maestro de maestros” y una leyenda incuestionable en la historia del fútbol costarricense. Un homenaje a la figura extraordinaria del máximo ídolo de la provincia de Cartago, estrella de nuestro fútbol, nacido hace 103 años, el 5 de julio de 1920.

La enorme historia de José Rafael “Fello” Meza durante 20 años en el fútbol salió en el programa “Hazañas del Deporte”, de Repretel Canal 6, en mayo del 2019.

Pasajes de “Fello”, maestro del fútbol costarricense

“Fello” Meza en corto

  • Nombre: José Rafael Fello Meza Ivankovich.
  • Nació: 6 de julio de 1920, en Cartago.
  • Falleció: 15 de julio de 1988, en San José, a los 68 años.
  • Familia: Padres, Francisco Meza y Rafaela Ivankovich (fallecidos). Fue el quinto de siete hijos. Casado en 1941 con Lydia Montoya, en 1941; tuvo 12 hijos, 33 nietos y 37 bisnietos.
  • Demarcación: Delantero.
  • Clubes donde brilló: Club Sport Cartaginés (1937-1941, 1944, 1950-1951, 1952 y 1952-1955); Unión Deportiva Moctezuma de Orizaba, México (1941-1942, 1944-1945 y 1949); Estudiantes de la Plata, Argentina (1942-1943); Atlante, México (1945-1948); Universidad de Bogotá, Colombia (1950); Aduana de Tela, Honduras (1951-1952 y 1952); y Club Sport Herediano (1955-1957). Se retiró en enero de 1957, ante Rapid de Viena (Austria).
  • Títulos en Primera División: Campeón costarricense, con el Cartaginés (1940) y Herediano (1955); de México, con Atlante (1946-1947); y de Honduras, con Aduana (1953). Monarca goleador en Costa Rica, con Cartaginés (13 anotaciones, en 1940); y en México, con Moctezuma (20 dianas, en 1941-1942). 
  • Seleccionado Nacional: Jugó con la Tricolor de 1941 a 1951; convirtió 1s goles en sólo seis partidos internacionales de categoría A. Campeón centroamericano y del Caribe, y máximo goleador del área, con ocho tantos (1941).
  • Equipos que dirigió: Unión Deportiva Moctezuma, de Orizaba (México); Aduana, de Tela (Honduras); Cartaginés, Limón FC, Herediano y Turrialba, en Primera División. San Carlos, Puntarenas, Golfito, Pérez Zeledón y Paraíso, en segunda categoría. Se despidió del banquillo en 1980, por recomendación médica.
  • Galardones: Ingresó a la Galería Costarricense del Deporte, en 1972. Se bautizó con su nombre el estadio de Cartago, en 1973. Mejor futbolista de la década 1940-1949, según la revista deportiva Triunfo (1989). Uno de los 25 mejores deportistas del siglo XX, para La Nación (1999).
Familia de Fello Meza
La familia de “Fello” Meza, en el 2012, con su esposa, Lydia Montoya, y ocho de sus 12 hijos, en su antigua casa en San Nicolás de Cartago. Arriba: María del Socorro, Orlando Alberto, Héctor Gerardo, José Rafael (“Fello” hijo) y Rosa Irene. Abajo: María de Lourdes, María de los Ángeles, Lydia Montoya (viuda de Meza, ya fallecida) y Patricia (foto archivo de Rodrigo Calvo).

Elogios al “Maestro” del fútbol azteca y del Cono Sur

El temido goleador José Rafael “Fello” Meza fue objeto de permanente elogio en revistas y periódicos especializados de México y Argentina, que lo valoraron como uno de los mejores futbolistas latinoamericanos, durante los años 40 y 50.

“El tico es un hombre de gran efectividad, que puede garantizar la labor de una delantera coronando las jugadas. No plantea juego técnico, ni tiene ribetes de catedrático, pero es un efectivo realizador, de oportunismo inteligente” (As de futbol, México. 1941).

“Estudiantes de la Plata alineó a un chico morochito, muy diestro para mover la globa y muy valiente para luchar en la zona fuerte adversaria. Se llamaba Meza. Jugando al futbol demostró que procedía de muy buena escuela” (Clarín, Argentina. 1942).

“El centro delantero costarricense muestra una positividad y puntería notables. Juega de cabeza maravillosamente. Anota con la precisión de un geógrafo. Un dios del futbol; de haber vivido en Atenas y si allí se jugara futbol, hubiera sido habitante del Olimpo. Sin embargo, es un humano, 21 años apenas, y se llama Fello Meza” (Cancha, Argentina. 1942).

“Los espectadores que llenaron el Parque Asturias sentían justificada curiosidad por ver en acción al paraguayo Mellone. Pero el sensacionalismo de que él se esperaba cambió de persona y fue Fello Meza, el tico interior derecho del Atlante, en que lo acaparó. Meza desparramó por la cancha tal cantidad de futbol, que subido sobre él hizo que su figura quedase a varios codos de altura sobre los demás” (Excelsior, México. 1946).

“Jugadores de las más exóticas procedencias desembarcaron sus ilusiones para tentar fortuna. Unos pocos fueron ídolos, otros causaron gracia, la mayoría fracasó… En Centroamérica no sobran los talentosos, sus hazañas son de consumo interno. Pero hubo algunos que dejaron el sombrero de paja y la guayabera, por el tango y el funyi marrón. En 1943 vino a Estudiantes de la Plata el centro delantero Jose Rafael Meza, de Costa Rica. Tan mal no anduvo: lo pusieron sólo 10 veces y marcó cinco goles…” (Revista deportiva El Gráfico, de Buenos Aires, Argentina. 1999).

Dibujo del artista Edén Pernía sobre José Rafael “Fello” Meza (izquierda), con el uniforme del Atlante de México, y Alejandro Morera, con el del FC Barcelona de España, que aparecieron en el 2012 en la portada del tomo 1 del libro “Legionarios”, de la serie coleccionable del diario “La Nación” sobre los futbolistas ticos en el extranjero (archivo de Rodrigo Calvo).

FUENTES CONSULTADAS: Periódico “La Nación”, revistas deportivas “Triunfo” (Costa Rica) y “El Gráfico” (Argentina), tomo 1 del libro “Legionarios”, de la serie coleccionable sobre los futbolistas costarricenses en el extranjero (2012); y archivo del sitio “Buzón de Rodrigo”. YouTube: Diario “La Nación”, “Costa Rica y su Historia.com”, Programa “Siete Días”, de Teletica Canal 7; Repretel Canal 6 y “Buzón de Rodrigo”. Fotografías: Familia de José Rafael “Fello” Meza y archivo de Rodrigo Calvo.

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Tiene 43 años de ejercer el periodismo deportivo. Estudió en la Universidad de Costa Rica, graduado en 1989. Laboró en Radio Monumental, Deportes Repretel y la oficina de prensa del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, IICA. Estuvo ligado por tres décadas al Grupo Nación, en la revista deportiva “Triunfo” y los periódicos “Al Día” y “La Nación”. Ha colaborado para medios especializados de la FIFA y en Centroamérica, Caribe, México, Estados Unidos, Canadá, Colombia, Argentina, Brasil, España e Italia. Obtuvo el Premio Nacional “Pío Víquez” de Periodismo en el 2007 y dos veces el Premio “Jorge Vargas Gené-Óscar Cordero Rojas". Su especialidad son temas de historia y estadística del deporte nacional e internacional. Desde 1995 escribe la columna “Buzón de Rodrigo” y desde 1989 es corresponsal del semanario deportivo “France Football” de Francia. Integra la Federación Internacional de Historia y Estadísticas de Futbol en Alemania y a partir del 2007 es miembro del jurado mundial del “Balón de Oro”, de la revista “France Football". Escritor de múltiples obras deportivas, como la colección "Aventura Tricolor: Mundial de Italia 1990, "Tiempos de Selección" (1997), "La Copa Mundial de Fútbol (1998), "100 años de Deportes" (1999), "Huellas del Fútbol Tico" (2009), "Legionarios" (2012), "CSH-100: ¡El equipo que nació Grande! 1921-2021" (2021) y "Crónica del Centenario 1921-2021" (2021).